jueves, 10 de julio de 2008

Los Fueros contra los "Países Catalanes"

San Vicente Ferrer en el Compromiso de Caspe

La última ocurrencia en relación al derecho foral ha venido, ni más ni menos, que de ERC a través de un artículo publicado en el diario El País por Josep Huguet, miembro del consejo ejecutivo de dicho partido y consejero de Innovación, Universidades y Empresas (ya no saben como justificar sus puestos) de la Generalitat de Cataluña. El consejero reclamaba un "modelo de financiación foral para los Países Catalanes", aunque señala que con el actual desarrollo estatutario no es posible un régimen de concierto o convenio económico como el que se da con Navarra o los territorios históricos de las Provincias Vascongadas.


La argumentación es innovadora, porque ERC se ha caracterizado por un acendrado espíritu centralista, aunque a la catalana. Pese a la fortaleza del derecho foral catalán apenas han apelado al mismo, ni siquiera como mito movilizador tal cual en ocasiones ha hecho el nacionalismo vasco. En cualquier caso, como en casi todo lo que expresa ese partido, hay altas dosis de demagogia y superficialidad, aunque bien aderezados por la confusión reinante en torno al modelo de financiación de algunos territorios españoles y en general el caos ocasionado por el sistema de financiación autonómica. Empecemos por decir que las haciendas forales poco tienen que ver con los modernos regímenes fiscales confiscatorios, que es lo que pretende ERC, partido socialistizante y totalitario. El problema principal es que la partitocracia desvirtúa el modelo foral, pues ideologiza el gasto público, por lo que no se podría hablar en sentido estricto de modelo económico foral en el actual sistema político.

Sin embargo y aún con esta cautela los restos del antiguo modelo foral lejos de ser un privilegio representa, aún con las contradicciones y carencias actuales, un ejemplo de equidad y responsabilidad en cuanto al gasto público mucho mayor que el despilfarro de la mayoría de las autonomías, que endeudadas por encima de su capacidad acaban generando desequilibrios severos. La aplicación estricta del régimen foral impediría en realidad estos despropósitos. Un ejemplo claro es el caso de Navarra que paga el 1,6 por ciento del PIB cuando representa el 1,4 de la población española, con lo que hace válido el principio de solidaridad de forma más efectiva que cualquier autonomía gobernada por los socialistas.

No obstante con esta propuesta lo que ERC pretende es avanzar en la consolidación de su proyecto separatista y nacionalista, que para que sea viable inevitablemente pasa por el Reinos de Valencia y de Mallorca. La machacona argumentación en torno a la mentira de las balanzas y los déficits fiscales es una tremenda mentira que pretende asegurar la posición del capital catalán mientras mantiene importantes inversiones estatales y el colchón de la hacienda estatal para responder en última instancia de posibles déficits. La restauración del régimen foral requiere gobiernos responsables, no ideologizados, no derrocharores y no confiscadores. Requiere la vigencia del principio de subsidiariedad, de una sociedad viva y una verdadera soberanía social en la que el gasto público sirviese solo para corregir posibles desequilibrios sin ejercer una política arrogante y asfixiante de la iniciativa social. Entonces si seria posible y muy necesaria una hacienda foral para el Principado de Cataluña y otra para el Reino de Valencia. Pero jamás una macroagencia tributaria y confiscatoria del soviet pancatalanista. Que es lo que bajo eufemismos foralistas pretende el consejero Huguet mientras su socio de gobierno anula desde Madrid una recuperación del derecho foral valenciano apelando a los decretos de nueva planta.

domingo, 6 de julio de 2008

520 años de la Jura de los Fueros de Chinchilla de Monte-Aragón por los Reyes Católicos



En agosto del año 1488 los Reyes Católicos juraron los Fueros de Chinchilla de Monte-Aragón, capital de La Mancha Aragonesa y confluencia de los esfuerzos reconquistadores de las hispánicas Coronas de Aragón y de Castilla, junto a las Órdenes de Calatrava y Santiago.

El respeto y veneración por las libertades concretas eran freno al absolutismo y garantía de un poder templado además de una singularización del derecho hispánico que el despotismo primero y especialmente la revolución liberal después terminaron por pisotear, despojando entre otros a las villas, regiones, gremios y corporaciones de un legítimo ámbito de libertades. Esas libertades eran además ejercidas de modo responsable, y conllevaban en contrapartida una serie de obligaciones. Asimismo el fuero posee un carácter dinámico que lo aleja de la arqueología legislativa o el anquilosamiento consuetudinario, aunque se circunscribe siempre dentro del esquema de los principios religiosos y políticos de la Tradición. Lo que se salga de allí, pese a posibles adornos terminológicos, no es sino “plagio”, que diría d´Ors.

Junto a la reivindicación foral este Círculo quisiera hacer patente que en la Tradición se encuentra la actualización y depuración constante de lo mejor de nuestro pasado. En el caso de los Fueros de Chinchilla de Monte-Aragón la decadencia de la Villa vino precisamente con el eclipsamiento de sus Fueros, ya antes de la eclosión del liberalismo, y la creación, con retazos diversos, de un régimen provincial que no termina de representar adecuadamente a nadie. La restauración de un poder católico y legítimo en una sociedad bien jerarquizada es precisamente la garantía del mantenimiento de todas las justicias que el neoliberalismo desconoce.

Círculo Carlista Marqués de Villores