Madrid, 16 noviembre 2011, festividad de Santa Gertrudis, virgen. La Secretaría Política de S.A.R. Don Sixto Enrique de Borbón ha hecho públicos este comunicado y el artículo que le sigue.
El Carlismo ante las próximas Elecciones Generales
El domingo 20 de noviembre de 2011 se celebran elecciones generales en España. No se presentan candidaturas de la Comunión Tradicionalista. El proceso electoral en curso --que es, no está de más recordarlo, de por sí ilegítimo-- tenía ya en su normativa las marcas del totalitarismo, la corrupción legalizada, el clientelismo y la incongruencia, que aseguraban la nula representatividad de los elegidos. Hace unos meses, las maquinarias de los partidos del sistema han dado un paso más en su dictadura democrática, al añadir requisitos para presentar candidaturas que hacen extraordinariamente difícil la presencia de otras voces que no sean las suyas, las de los oligarcas. El partido único --de hecho-- formado por PP, PSOE, IU y nacionalistas, no quiere competencia.
No existe obligación moral de votar ni de participar en el proceso electoral. El próximo domingo, en casi toda España, la obligación moral es la contraria: la abstención.
La única opción lícita de voto se circunscribe a una región. Es legítimo otorgar el sufragio a las candidaturas de la Plataforma por Cataluña (PxC).
En todas las demás, no es lícito votar. Tampoco debe optarse por el voto en blanco, que la absurda ley electoral hace que favorezca a las listas electas, ni por el voto nulo. Trabajemos por la regeneración de España, al margen de las urnas. El 20 de noviembre, ABSTENCIÓN.
El abstencionismo militante de la Comunión Tradicionalista
El Carlismo ante las próximas Elecciones Generales
El domingo 20 de noviembre de 2011 se celebran elecciones generales en España. No se presentan candidaturas de la Comunión Tradicionalista. El proceso electoral en curso --que es, no está de más recordarlo, de por sí ilegítimo-- tenía ya en su normativa las marcas del totalitarismo, la corrupción legalizada, el clientelismo y la incongruencia, que aseguraban la nula representatividad de los elegidos. Hace unos meses, las maquinarias de los partidos del sistema han dado un paso más en su dictadura democrática, al añadir requisitos para presentar candidaturas que hacen extraordinariamente difícil la presencia de otras voces que no sean las suyas, las de los oligarcas. El partido único --de hecho-- formado por PP, PSOE, IU y nacionalistas, no quiere competencia.
No existe obligación moral de votar ni de participar en el proceso electoral. El próximo domingo, en casi toda España, la obligación moral es la contraria: la abstención.
La única opción lícita de voto se circunscribe a una región. Es legítimo otorgar el sufragio a las candidaturas de la Plataforma por Cataluña (PxC).
En todas las demás, no es lícito votar. Tampoco debe optarse por el voto en blanco, que la absurda ley electoral hace que favorezca a las listas electas, ni por el voto nulo. Trabajemos por la regeneración de España, al margen de las urnas. El 20 de noviembre, ABSTENCIÓN.
El abstencionismo militante de la Comunión Tradicionalista
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