domingo, 27 de junio de 2010

Apaciguar para claudicar


El 27 de junio, en recuerdo del primer asesinato de la banda de izquierda nacionalista ETA (la niña de 22 meses Begoña Urroz Ibarrola; posteriormente la siguiente acción de ETA fue intentar hacer descarrillar un tren que conducía a excombatientes requetés que regresaban a sus hogares, después de haber celebrado el XXV Aniversario del inicio de la Cruzada) se ha establecido como "día de las víctimas del terrorismo". Se ha celebrado en el Congreso de los Diputados, en un acto institucional presidido por el jefe del Estado la conmemoración de dicho día, con todos los partidos políticos con representación parlamentaria, incluidos los nacionalistas e izquierdistas. No obstante los políticos se han cuidado mucho de no dar voz a las propias víctimas, y se han limitado a organizar un infame "minuto de silencio" y unos discursos de retórica vacia del jefe del Estado y del presidente del Congreso. Después de que las instituciones de la democracia juancarlista hayan sometido a las víctimas del terrorismo al desprecio más absoluto durante años este acto puede parecer un avance enorme en la dignificación de las mismas. Pero en el actual contexto político no es más que una cortina de humo (a la que se ha unido el PP) que beneficia a la táctica claudicatoria en que está empeñado el gobierno de Zapatero.

Dicho acto se conmemora el mismo día en que desde el PSOE se reconoce ya sin complejos ni medias tintas lo que veniamos denunciando desde meses atrás: los contactos del gobierno y el PSOE con ETA (nuevamente, como en la anterior fase de claudicación, a través del maltratador de mujeres Jesús Eguiguren). Coincide asimismo con el último movimiento de la izquierda proetarra, siendo acogida por EA, escisión del PNV. Y sin dejar pasar de vista que se sigue ocultando la vergüenza del chivatazo a ETA en el "caso Faisán" o que en las cárceles los etarras cada vez gozan de mayores beneficios (algo que se veía venir desde el nombramiento como directora de instituciones penitenciarias a la maoísta Mercedes Gallizo.

Este "día de las víctimas del terrorismo" se ha convertido lamentablemente en una penosa pantomima con la que apaciguar las ansias de Justicia de las Víctimas del terrorismo, mientras vuelve a recibir sinecuras y parabienes políticos todo el entorno de ETA, en una táctica muy propicia para la paulatina desmenbración de España que desea el PSOE, a través del instrumento de los Estatutos cainitas separatistas.

miércoles, 2 de junio de 2010

Una vez más el cínico Nuevo Orden Mundial



El brutal asalto perpetrado por el Estado sionista (y pirata) de Israel contra una flotilla de ayuda humanitaria dota, una vez más, de máxima actualidad a la sentencia acuñada e insistentemente difundida (y documentada en miles de artículos) por nuestro inolvidable Carlos Etayo "el cínico y satánico Nuevo Orden Mundial". Como el padre de la mentira y engañador maestro, el N.O.M. a través de sus instituciones mundialistas, especialmente la ONU, y mediante el Estado más sinárquico del planeta, los Estados Unidos, y el concurso de la UE, ofrece total libertad e impunidad a los hijos de la sinagoga para perpetrar toda clase de crímenes. Se trata de los mismos actores que durante décadas condenaron e intentaron destruir social y económicamente a España por haber vencido al comunismo y a la masonería en el campo de batalla y haber vuelto a establecer una confesionalidad católica, que se aproximaba a su tradición política. Recordemos que el Carlismo durante aquellos años ejerció una labor continua de oposición interior al franquismo, luchando especialmente contra la libertad religiosa incipiente (uno de los grandes dogmas mundialistas), precisamente por los guiños totalitarios de Falange y por las contradicciones que elementos liberal conservadores, que llegaban hasta la Jefatura del Estado, suponían con la Cruzada y que a la larga la acabaron malogrando. Sin embargo, como también hizo el Carlismo durante la crisis de 1898, se puso al lado del gobierno de facto para defender la independencia de España frente a los ataques infames de la ONU, los Estados Unidos y la "Europa democrática".

El estado sionista de Israel ha restringido la libertad de información --supuesto dogma sagrado democrático-- y ha impuesto la censura, filtrando pequeños detalles que intenten justificar la magnitud del asalto. Pese a ello resulta simplemente hilarante que se intenten justificar las al menos catorce muertes perpetradas por la presencia de cuchillos de cocina o pequeños palos casi imprescindibles en la más pequeña embarcación de recreo. La ausencia de armas de fuego en la flotilla de ayuda humanitaria fue total. Cualquier Armada de cualquier país está lo suficientemente preparada para realizar un asalto sin víctimas mortales si los asaltados carecen de elementos de fuerza y más todavía si no se ha producido un ataque previo. Se nos intenta vender por la propaganda sionista que la flotilla estaba organizada por la institución turco-islamista IHH, algo totalmente incierto, pues quien promovía esta flotilla es la organización Free Gaza, muy celosa de mostrar su independencia respecto de cualquier islamismo. Pero a lo que las absurdas manifestaciones que estos días llenan el planeta con banderas islamistas, velos y burkas que deben desaparecer de España cuanto antes, es a reducirlo todo a una dicotomía entre Islam y Judaísmo que no se compadece con la realidad, pues ambas falsas religiones, además de coincidir en puntos esenciales, han ido continuamente unidas. Entre el heterogéneo grupo que formaba la flotilla de ayuda a una Gaza sometida a un cruel bloqueo y al injusto expolio de sus recursos naturales (especialmente el gas) por Israel estaba el Arzobispo greco-melkita (¡de 88 años!) Hilarion Capucci --uno de los más destacados opositores, junto a S.A.R. Don Sixto Enrique de Borbón, a la guerra de devastación de Iraq-- así como judíos de organizaciones no sionistas o el escritor sueco Henning Mankell, que ha condenado la lacra del islamismo en África.

Sin duda Israel ha querido castigar las intenciones de Turquía de jugar un papel más relevante en torno a las negociaciones diplomáticas en la región, pues la mayoría de los tripulantes de la flotilla atacada eran turcos y de Turquía zarpó dicha flotilla. Israel quiero dejar claro que no reconoce a otro interlocutor que a Estados Unidos. La Turquía actual, kemalista, es decir esquizofrénica entre el intento de homologarse a la democracias liberales y el sentimiento islamista de la mayoría del pueblo se sitúa en una posición muy compleja, entre su definitiva alineación con un islamismo sin máscara y el papel de potencia moderada, alineada habitualmente con los sionistas y europeizada, pues el Islam entra perfectamente dentro de la concepción laica de Europa. Israel además se puede permitir este ataque ante la debilidad intrínseca de Turquía, país con una economía tercermundista basada en el contrabando y el paso de la heroína hacia el continente europeo, con una corrupción atroz. Y que además practica una política de exterminio hacia los kurdos (algo que jamás hizo el Iraq de Sadam Hussein, quien pese a ser árabe dotó a los kurdos de gobierno regional con amplias atribuciones y reconoció su identidad cultural e idiomática propia; y un aspecto en el que siempre tuvo la colaboración de Israel, como en el caso de la detención por el Mosad del líder kurdo Obsalam Ocalam, condenado a cadena perpetua en Turquía), mantiene una ocupación atroz de la mitad de la Isla de Chipre y prohíbe que se hable sobre el reciente genocidio armenio, algo en lo que recibe total apoyo de Israel, interesado en que el único genocidio del que se hable sea el de la II guerra mundial, con todas las implicaciones religiosas y políticas que tiene para el judaísmo. Esta es Turquía, la "potencia" a la que tantos halagos dedicó Aznar y ahora Zapatero y uno de nuestros principales "aliados" comerciales y en el disparate sincretista de la "alianza de civilizaciones".

El papel del gobierno de ocupación de España ha sido una vez más bochornoso, de lamebotas de Estados Unidos e Israel, demostrando su debilidad internacional y la inutilidad de sus dirigentes, y ello pese a que como hemos reseñado Turquía pasa por ser uno de los principales aliados de este gobierno de ocupación y del empeño pro-islámico del mismo. Fue precisamente el PSOE en su anterior gobierno de corrupción y ruina nacional bajo la presidencia de Felipe González el primer gobierno de España que reconoció oficialmente el Estado pirata de Israel. De hecho el sionismo en España siempre ha ido de la mano del socialismo. Dirigentes socialistas como Enrique Múgica Herzog afirmaban en los 80 que "mis únicas banderas son la ikurriña y la del Estado de Israel".

Este cínico N.O.M. sin duda hubiese vuelto a condenar a España en el caso de que durante la recuperación del Islote Perejil algunos soldados marroquíes, armados hasta los dientes y que cometieron una acción de hostilidad previa, hubiesen fallecido. No hace más que imponer restricciones al uso de la fuerza en la lucha contra el contrabando y el narcotráfico por mar o frente a las organizaciones de piratas que asolan los pesqueros y los mercantes. Es necesario luchar por una reorganización urgente de las relaciones internacionales; para ello hay que recuperar el derecho de gentes que los juristas hispánicos cincelaron con tanta maestría. Y para ello es absolutamente necesario que España vuelva a establecer su papel predominante sobre el planeta como durante los siglos de la Monarquía Tradicional, monarquía misionera al servicio de la Verdad y la Justicia.