viernes, 24 de diciembre de 2010
lunes, 20 de diciembre de 2010
Desmemoria histórica en el centenario de Miguel Hernández.
En cualquier caso la suerte de Miguel Hernández cambió gracias a la intermediación del bilaureado General José Enrique Varela. El General Varela, por aquel entonces era Ministro del Ejército. Su hoja de servicios fue impresionante, y ascendió siempre por heróicos méritos de guerra hasta General, particularmente por su valentía durante la guerra de Marruecos. Pese a su condición de militar su identificación con las ideas carlistas era total, hasta el punto de participar en la organización del Requeté. Al General Varela se le debe el texto de la Ordenanza del Requeté. Al acabar la guerra además contraerá matrimonio con doña Casilda Ampuero y Gandarias, ilustre dama vizcaína que habia sido Delegada Nacional de Frentes y Hospitales durante la guerra, organización carlista en la que estaban encuadradas las margaritas y todos los que no podían ir al frente para prestar sus servicios en los hospitales de sangre de la retagurdia. Pues bien, fue el General Varela quien intercedió directamente por la vida de Miguel Hernández en una reunión mantenida con Franco el 18 de enero de 1940. Habia muchos escritores de la España Nacional empeñados en la conmutación de la pena de muerte para Miguel Hernández, pero fue el General Varela quien por su posición y autoridad determinó que finalmente se le concediese la clemencia al poeta oriolano, con quien no tenia ninguna relación personal previa. La pena de muerte fue finalmente conmutada, sin que se le solicitase ni siquiera arrepentimiento alguno al poeta. Su pena de prisión fue incluso revisada con los años. Miguel Hernández habria salido de prisión en los años cincuenta de no haber sufrido una cruel tuberculosis que acabó con su ya de por si frágil salud.
domingo, 28 de noviembre de 2010
Razones de una opción electoral puntual y condicionada.
El domingo 28 de noviembre de 2010 se celebran elecciones al llamado «Parlamento de Cataluña». No se presentan candidaturas carlistas. El proceso electoral en curso —de por sí ilegítimo— está, además, viciado por la normativa electoral vigente, ejemplo de totalitarismo, incongruencia y corrupción legalizada. Sea quien fuere quien afirme lo contrario, no existe obligación alguna de participar en el mismo: la abstención es no sólo una opción legítima, sino seguramente la más legítima de todas.
No obstante, en atención a las particulares circunstancias del momento, en especial a la amenaza que la creciente presencia mahometana supone para la Fe, para la tradición catalana e hispánica y para la convivencia civilizada, la Comunión Tradicionalista considera aceptable que aquellos que así lo deseen ejerzan su voto en favor de las candidaturas de «Plataforma por Cataluña» (PxC). Aunque dicha formación presente algunos planteamientos que los carlistas no pueden suscribir, su decidida oposición a la expansión mahometana pueden hacerla merecedora de los votos de los tradicionalistas y, en general, de los católicos conscientes.
Noviembre de 2010
Secretaría Política de S.A.R. Don Sixto Enrique de Borbón
La opción de voto a la PxC sólo un malintencionado la entendería como identificación con la totalidad de sus planteamientos. Por el contrario se deja claro que pese a las divergencias de planteamientos se produce un apoyo condicionado, en tanto en cuanto dicha Plataforma se ha configurado como un instrumento eficaz para frenar la islamización de Cataluña, y por tanto de España, en cuanto Cataluña es parte esencial de nuestra Patria. Quienes frivolizan o no conceden la importancia que tiene la amenaza islámica demuestran un criterio antipolítico y alejado de la realidad. El apoyo no supone un cheque en blanco, sino un voto de confianza ante la contienda electoral. Si dicha candidatura se apartase un ápice de las razones por las que se ha apoyado la legitimidad para la crítica sería total. Ello además no compromete la integridad del ideario, que sí se vería peligrosamente mermado en supuestas coaliciones con grupos inspirados en confusos “humanismos cristianos”, sobre la base de unos “principios” que disuelven la reivindicación total.
La Comunión Tradicionalista desde la instauración del actual régimen de partidos antirrepresentativo e incluso en última instancia antidemocrático (refiriéndonos a la democracia como forma de gobierno, nunca como nefasta ideología) ha intentado en la medida de las posibilidades influir para evitar la debacle. Dando una importancia menor a las contiendas electorales, entendiéndolas sólo como aspecto parcial de una acción política y social de mucho mayor calado. Así en los 70 contribuyó a la formación de las candidaturas de Alianza Nacional del 18 de julio (elecciones de 1977) y de Unión Nacional (elecciones de 1979), que tuvo un relativo éxito. Después ha organizado y apoyado candidaturas independientes como la del Tercio Católico y ha estado en la gestación de diversas candidaturas regionalistas, como Unión Valenciana, Unión Foral Vizcaína, Alianza Foral Navarra o Unidad Alavesa. Apoyó a las candidaturas del partido C.T.C., haciendo un importante esfuerzo militante para que las mismas no cayeran en el mero testimonialismo, llevando el peso de la campaña electoral en circunscripciones como Valencia o Asturias, u organizando directamente la misma en otras. Asimismo también fue decidida su implicación en la oposición a los referéndums celebrados en esta última etapa partitocrática, haciendo campaña por el NO en el constitucional de 1978, en el de integración en la OTAN de 1986 o en el de la constitución europea de 2005.
Frente a una opción política meramente simbólica y testimonial que algunos querrían para el Carlismo, convertido en una mero grupo folclórico y familiar, la Comunión Tradicionalista mantiene el depósito íntegro de la Tradición Española, sin ceder a las tentaciones de la corrección política o del modernismo eclesiástico, y además está dispuesta al apoyo a las opciones políticas que con ánimo constructivo y realista sean válidas para frenar una parte del caos antes de que sea demasiado tarde.
miércoles, 17 de noviembre de 2010
Emergencia Saharaui. Vergüenza e infamia para España.
Hace apenas dos semanas la agencia de prensa oficial de Marruecos difundió la calumnia de que un marroquí había muerto a manos de la Guardia Civil en Melilla. Demostrada la falsedad de dicha información la agencia marroquí no difundió ninguna nota rectificativa. La diplomacia española, en manos de la fracasada Trinidad Jiménez, ni siquiera fue capaz de hacer llegar la noticia verdadera a los medios de comunicación árabes independientes: Al Jazeera la hubiese difundido sin ningún problema.
Viene bien recordar esta reciente noticia para analizar los últimos actos de represión marroquí en el ocupado Sahara Español y la ignominia del Gobierno de España, un gobierno de ocupación pro marroquí, en el intento de defender la desinformación procedente del sultanato.
La criminal represión ejercida por el ejército marroquí contra los saharauis acampados en El Aaiún —en legítima protesta contra las inhumanas condiciones de vida a las que les ha condenado el invasor marroquí y contra el expolio de sus recursos naturales— ha contado con la aquiescencia del Gobierno (de ocupación) de España. Cada vez queda más claro, por si aún hiciera falta, el carácter plenamente marroquí del Gobierno de ZP. Trinidad Jiménez (perdedora de todas las elecciones a que se ha presentado, incluso de las elecciones primarias de su partido) se empeña en parecer la peor Ministro de Exteriores posible (y eso que su antecesor Moratinos lo parecía a su vez). Incapaz de acceder a los cursos de la Escuela Diplomática por sus nulas dotes académicas y su ignorancia del derecho internacional y la política exterior, el único mérito para ocuparse de la cartera de Exteriores ha sido su fanatismo pro marroquí. Pese a que su condición de mujer le impone todo tipo de humillaciones en su contacto con las autoridades marroquíes, siempre ha mendigado el reconocimiento de las mismas. Célebre fue el acompañamiento a un desconocido José Luis Rodríguez Zapatero durante su etapa de pseudo oposición al PP en un viaje a Marruecos en el que se adhirieron públicamente todas las reivindicaciones expansionistas del nacionalismo marroquí, así como al liberticida régimen alauita. Desde entonces no ha cesado la sumisión: críticas a la recuperación del Islote Perejil, exculpación a Marruecos de cualquier implicación en los atentados del 11-M (pese a que cuando menos está demostrado que fue perpetrado por súbditos marroquíes), desvíos de millones de euros para Marruecos, indiferencia ante el acoso sobre Ceuta y Melilla y un larguísimo etcétera de agravios para España. Eso explica en gran parte el vergonzoso compadreo de este Gobierno (de ocupación) con el último acto del genocidio contra el pueblo saharaui. En el que además ha sido asesinado un español, y los invasores marroquíes han expulsado de El Aaiún a periodistas y cooperantes españoles, para impedir que puedan dar noticia de la matanza.
Días antes de esta última invasión varios periodistas españoles, que seguían un juicio en Casablanca, ya fueron brutal y cobardemente agredidos por marroquíes. La escalada de violencia contra cooperantes españoles en el Sahara por parte de invasores marroquíes durante los últimos años ha crecido considerablemente, así como las provocaciones y actos de guerrilla urbana organizada por inmigrantes marroquíes en Ceuta y Melilla. En el resto de España su comportamiento dista mucho de ser ejemplar, sobre todo con las mujeres, dedicados en su inmensa mayoría a parasitar los servicios y las ayudas públicas, a difundir el Islam, a los robos, delincuencia y sobre todo al tráfico de hachís que traen del propio Marruecos. Pese a ello todos los gobiernos de la partitocracia liberal han regalado anualmente millones a ese Estado, un dinero a fondo perdido malversado por la corrupta red que controla el poder en Marruecos, el majzen. Y es que Marruecos es un Estado totalmente innecesario y artificial, sostenido únicamente en el terror contra la población civil, en el expolio de los mares españoles y el territorio saharaui y en el chantaje a los débiles gobiernos de España.
Decretado el veto informativo sobre los sucesos del Sahara Español, cualquier especulación sobre el número de víctimas mortales, heridos y encarcelados siempre se quedará corta. Más todavía si recordamos las prácticas habituales del artificial y dictatorial Estado marroquí. Con cuentagotas se van conociendo detalles de miles de abusos cometidos. El gobierno de Rodríguez Zapatero, adalid de las causas falsamente humanitarias más recónditas, prefiere pasar página. Tiene la inmensa caradura de afirmar que no se trata de un asunto que afecte a España, demostrando una ignorancia supina tanto del derecho internacional positivo como de la historia reciente. E incluso en el supuesto caso de que España no fuese aún hoy en día el administrador de iure del Sahara Occidental (que lo sigue siendo de acuerdo con el derecho internacional), ¿cómo olvidar nuestra presencia en aquel querido territorio durante siglos? ¿Cómo desvincularnos del sufrimiento de un pueblo y una tierra que fue plenamente española y que durante tanto tiempo acogió fraternalmente a los españoles de todas las tierras de la Patria?
La vinculación de todos los españoles con el Sahara es indudable. Casi todas las familias de la Península o las Islas tienen algún miembro que hizo el servicio militar o sirvió en el Ejército en el Sahara, o que fue allí para realizar actividades comerciales, administrativas o religiosas. No olvidemos el particular odio de los invasores marroquíes contra el catolicismo, que en la primera Marcha Verde (cuando Juan Carlos entregó el Sahara al sátrapa marroquí de entonces, Hassán II, al que llamaba «primo» y en cuyo funeral lloró desconsoladamente) se plasmó en la profanación de iglesias y símbolos católicos que poblaban el Sahara. Odio extendido a cualquier vestigio de presencia española en el Sahara, presencia que levantó ciudades, infraestructuras, desarrollo social y económico, cultura y la Religión Verdadera.
Las televisiones públicas en España no proporcionan imágenes sobre la represión de Marruecos en el Sahara. Por contra, mientras los saharauis están siendo exterminados, emiten documentales sobre las inexistentes virtudes culturales del sultanato de Marruecos, en una serie producida por el endófobo y pro mahometano Juan Goytisolo (el turismo español en Marruecos, tan del gusto de los progres, es una de las principales fuentes de sostenimiento del régimen marroquí). La labor de la falsa oposición del PP no puede ser más lamentable. Su afección por Marruecos es menor, pero ante todo oponen las directrices que vengan desde Estados Unidos, siendo éstas favorables al régimen del sátrapa marroquí. Oportunistamente usan al pueblo saharaui, al igual que oportunistamente se oponen a la inmigración islámica en Cataluña mientras que el mismo PP institucionaliza en Ceuta y Melilla la bárbara fiesta islámica del cordero, al tiempo que por toda España les cede locales para sus celebraciones.
A pesar de las indebidas cesiones territoriales que el liberalismo español hizo a las potencias extranjeras que lo sostenían en el poder, la historia del Sahara Español está muy clara:
• 1476. La Monarquía Hispánica toma posesión de territorios del Sahara Occidental. Se producen los primeros asentamientos de pescadores canarios, que fundan Santa Cruz de la Mar Pequeña. El Norte de África, incluyendo territorios de la costa occidental fueron parte de la Hispania romana y visigótica.
• 1502. Bula papal incluye territorios saharauis entre los enclaves que concedía a España, que se hace presente en la costa comenzando una gran labor de desarrollo y prosperidad para esos territorios y sus habitantes.
• 1885. Se construye una factoría en Río de Oro y otra en la Bahía Oeste. España envía su primera guarnición al Sahara y comienza la construcción de Dajla (Villa Cisneros).
• 1886. Expedición Cervera-Quiroga al Adrán Temar, organizada por la Sociedad Geográfica Comercial Española, que resulta en la firma de un acuerdo con el sultán por el que se reconocía la soberanía española sobre Río de Oro. La administración española tiene cada vez más necesidades lo que multiplica la presencia de españoles de la Península y de Canarias en el Sahara, con la correspondiente prosperidad para los saharauis, integrados con preferencia en la administración y en el comercio español.
• 1904. Acuerdos fronterizos con Francia.
• 1958. Provincia española.
• 1963. El Sahara en la lista de territorios no autónomos.
• 1975, 1976. El Tribunal Internacional de Justicia de La Haya condena las pretensiones de Mauritania y Marruecos sobre el territorio saharaui. «No existen vínculos de soberanía territorial alguna entre el Sahara Occidental y el Reino de Marruecos, por un lado, y Mauritania, por el otro», y, en consecuencia, «no se reconoce la existencia de vínculos legales que pudiesen alterar la aplicación de la Resolución 1514/XV de la Asamblea General de la ONU, concerniente a la descolonización del Sahara Occidental y, en especial, la aplicación, en su territorio, del derecho de autodeterminación con miras a asegurar a sus habitantes la posibilidad de expresar libre y francamente su voluntad». Sin embargo, Juan Carlos entrega el Sahara Español a Marruecos y Mauritania. Los EE.UU., la República Francesa y el Estado pirata de Israel apoyan la invasión. El Gobierno de Juan Carlos obliga a los españoles de origen peninsular a evacuar el Sahara, abandonando sus casas, negocios y pertenencias.
• Enero-febrero 1976. Se bombardea a los saharauis con fósforo blanco y napalm. Miles de muertos. Los que quedan con vida sufren el expolio de sus tierras, casas y posesiones por colonos marroquíes. Los refugiados saharauis se establecen en campamentos de refugiados en la desértica región argelina de Tinduf.
• Abril 1976. Mauritania y Marruecos se reparten el Sahara. Mauritania es derrotada por el Frente Polisario, firma la paz con éste y renuncia a sus pretensiones territoriales.
• 1979. Marruecos reclama todo el territorio, incluyendo la parte que inicialmente había asignado a Mauritania, e intenta su invasión.
• 1981. Marruecos acepta la celebración de un referéndum del Sahara Occidental.
• 1984. La República Árabe Saharaui Democrática (RASD), impulsada por el Frente Polisario, es admitida como estado miembro de la Unión Africana, además de ser reconocida por multitud de Estados a nivel internacional. Marruecos protesta.
• 1991. La Organización de Naciones Unidas aprueba una resolución que detalla el calendario del plan de apoyo y crea la MINURSO (Misión de Naciones Unidas para el Referéndum en el Sahara Occidental). Se establece el 6 de septiembre de ese año como fecha para el alto el fuego y el 26 de enero de 1992 para el referéndum. Ambas son aceptadas por las dos partes, pero el referéndum nunca se celebra.
• 11 marzo de 2004. Un enorme atentado terrorista acaba con la vida de 200 personas en Madrid. Hasta hoy planea la incógnita sobre los autores intelectuales de la cruel matanza. Los autores materiales fueron súbditos marroquíes. Después del atentado se produce un vuelco electoral gracias al que sube al poder el PSOE y el destacado pro marroquí José Luis Rodríguez Zapatero.
• Febrero 2005. El gobierno de Zapatero condecoró con la Gran Cruz de Carlos III a dos generales marroquíes condenados por instancias internacionales de derechos humanos. Uno de ellos estaba acusado en España de un delito de genocidio. El otro, Driss Jetou, era el Ministro del Interior y máximo responsable de las tropas que invadieron el islote español de Perejil.
• Marzo 2007. El ejecutivo de Zapatero apoyó el plan autonómico de Marruecos para el Sáhara Occidental, desoyendo las resoluciones de la ONU sobre la antigua provincia española.
• Abril 2007. Zapatero reconoce la soberanía marroquí sobre el caladero canario-sahariano, una vez más, saltándose la legalidad internacional y las resoluciones de la ONU.
• 2010. Se produce el enésimo acto de represión de Marruecos contra el pueblo y el territorio saharaui. Cientos de muertos y miles de heridos y encarcelados. El Gobierno (de ocupación) de España, participado por Marruecos, guarda un silencio cómplice, ante la indignación de la parte sana del pueblo español.
jueves, 28 de octubre de 2010
Excarcelación de terroristas
Los argumentos con que se trata de justificar esta decisión son espurios. En primer lugar, la petición de perdón de los etarras, si es que existe, no se hace pública, ni siquiera los afectados directamente se enteran de que se les está pidiendo perdón ni en qué términos se hace; en segundo lugar, los terroristas, que son insolventes, no están en condiciones de pagar ninguna indemnización de las que por Ley se hace cargo el Estado. ¿Cómo podemos comprobar que efectivamente lo van a hacer al salir de prisión? ¿Quién nos lo va a contar?; en tercer lugar, los terroristas no reniegan de sus convicciones, no dejan de creer en el ideario de ETA, simplemente van quemando etapas. Una de esas etapas es la cárcel. La última —si el Estado lo propicia— será un retiro dorado, respetados y arropados por los suyos. Cuando un joven radical, dispuesto a entrar en la banda criminal, ve que al ser detenido después de pasar unos años matando al servicio de la causa, le basta con decir que está arrepentido para recibir todo tipo de beneficios y salir de prisión en pocos años, ¿No se le está estimulando a hacerse terrorista?
Esta excarcelación atenuada y el modo de comunicarla es un paso más de la estrategia perfectamente trazada por el Gobierno, que se está cumpliendo inexorablemente, de ir preparando a la opinión pública para la salida escalonada y constante de los etarras de la cárcel. La política penitenciaria se emplea como un instrumento para presionar a ETA y dar premios o castigos al albur de los designios del Gobierno. A cambio, las víctimas, que en este propósito son claramente un estorbo, pierden su derecho a la justicia y el Estado pierde credibilidad, solvencia y dignidad. Los terroristas, en cambio, ganan impunidad y una peligrosa libertad que pone en riesgo nuestra integridad, la de todos los españoles.
Para más escarnio, la Audiencia Nacional que ha respondido favorablemente y con gran diligencia a la solicitud del fiscal de acoger a «Txelis» al famoso y arbitrario artículo 100.2 del Reglamento Penitenciario, no actúa con la misma eficacia y rapidez cuando los familiares de una víctima presentan un escrito solicitando la revisión o reapertura de un sumario. Hay casos en que pasan los meses sin que se digne a responder; en otras ocasiones, los delitos han prescrito porque no se han hecho diligencias para impedirlo y en otras no se ha procesado a terroristas con pruebas inculpatorias flagrantes, lo que constituye un escándalo mayúsculo, un golpe moral terrible para las familias afectadas y una omision de funciones inaceptable. Desgraciadamente, esto es lo que está en marcha. Habilmente, el Gobierno se ha propuesto conseguir que empecemos a interiorizar que es legitimo emplear la política penitenciaria para sortear el cumplimiento de las sentencias judiciales y que el derecho a la justicia se puede supeditar a otros fines cuando le conviene al poder.
Por eso el miedo, la impotencia, la desconfianza, la intranquilidad, el desasosiego invade los corazones de las familias de las víctimas del terrorismo que lo único que pedimos y pediremos incansablemente una y otra vez es justicia.
martes, 19 de octubre de 2010
RAMÓN ROCHE, CARLISTA IRREDUCTIBLE DE LA SIERRA DE LIÉTOR
Escudo de Liétor
Centrémonos hoy en el estudio de la figura de Ramón Roche. Para lo que usaremos fundamentalmente el estudio mencionado de Antonio Matea Martínez, posiblemente el mejor conocedor de las sierras albaceteñas y promotor del centro excursionista de Albacete, por lo que su acercamiento a la figura de Roche es totalmente “apolítico” y recoge más que una investigación histórica puramente académica un acercamiento a las vivencias, los parajes y a la transmisión oral de la presencia de Roche (sin restar rigor histórico alguno). En la investigación sobre Roche y su entorno es cita obligada también (precisamente Antonio Matea reconoce en su estudio su ayuda e investigaciones como "inestimable ayuda" sin la que "no hubiese sido posible escribir estas líneas") referirse a la labor de don Francisco Navarro Pretel, cura párroco de Liétor. Don Paco Navarro Pretel guarda en el museo de su parroquia, en medio de una escenografía deliciosa de objetos de principios del siglo pasado, la navaja de once muelles que usaba Roche y el que pudo ser su sombrero de coronel. El otro estudio, este más academicista aunque no por ello exento de torcideras y en ocasiones absurdas interpretaciones históricas del carlismo, es el realizado por el profesor Ricardo Montes Bernárdez en “El Carlismo en el Noroeste de la Región de Murcia”.
Ramón García Montes, más conocido como Ramón Roche, fue un oficial carlista de la tercera guerra que a finales de marzo de 1873 y al mando de 120 hombres recorrió los municipios de Ontur, Albatana y Hellín, recibiendo en este último el especial apoyo de la población. Unos días más tarde causó destrozos y confiscó dinero, víveres y caballerías en Alatoz, Carcelén, Hoya Gonzalo, Villa de Ves, la Estación de Chinchilla y Pozohondo. En verano de 1873 realiza incursiones por dos veces en Calasparra, según “El Cantón de Caratagena” de 22 de julio de 1873. Una columna de cantonalistas salió de Cartagena en su persecución, pese a lo cual el día de Santiago Apóstol entra nuevamente en Calasparra, requisando en esta ocasión 40.000 reales. Había nacido en Montealegre del Castillo en 1833, por lo que conocía toda la zona a la perfección y siempre sabía por donde se movía lo que imposibilitaba su captura por las tropas del gobierno liberal. Para contrarrestar el apoyo de la población a Roche y a los demás carlistas, el gobernador republicano Ramón Moreno llegó a solicitar a los sacerdotes que desde el púlpito instasen a sus feligreses a que no les ofreciesen apoyo. Al tiempo mandó detener a trece personas en la capital por colaboracionistas y a un juez en Hellín.
Tanta incursión carlista por los pueblos de Albacete y en la propia capital llevó a muchos ayuntamientos, a tomar medidas para evitar que las tropas carlistas llegasen a sus localidades, sobre todo cuando una partida se encontraba en alguna población cercana. Durante la tercera guerra carlista los ayuntamientos eran puros departamentos funcionariales y administrativos de los gobernadores civiles y del poder central. El título VIII de la Constitución de 1869 aún limitaba mucho más la autonomía municipal, repartida entre burgueses adinerados con el saqueo de la desamortización y entre meros funcionarios técnicos afectos a los gobiernos liberales (la depuración que hicieron los liberales en la administración fue brutal, pese a que ellos propagaban la libertad de pensamiento... para el mal), siguiendo el esquema de administración napoleónica. En Liétor por ejemplo se reunió el Ayuntamiento en asamblea permanente ante la llegada del cabecilla Rico a Peñarrubia y Elche de la Sierra al frente de casi 500 hombres, a finales de octubre de 1873. Se decidió cortar el puente sobre el río Mundo, situado en el camino que conduce a Elche de la Sierra. También se enviaron exploradores por ese camino para avisar de la llegada de los carlistas, se ordenó que se reuniesen y tomasen las armas todos los voluntarios de la República y la colocación de luces artificiales en todos los balcones o ventanas que dan vista a la vía pública por la noche. De igual forma el Ayuntamiento de Liétor decidió la publicación de un bando para que todos aquellos ancianos, niños y mujeres que quisieran salir del pueblo por su propia voluntad pudiesen hacerlo inmediatamente. Se comunicaba a la población que al toque de corneta o de campanas todos los varones mayores de 20 años y menores de 60 debían presentarse en la plaza para defender la población. Se decía además que aquellos que no acudiesen al tocar a rebato sin una causa justificada serían castigados con una multa de 25 pesetas, sin perjuicio de que se abriese también un sumario contra ellos.
Acabada la I República española, tras el golpe militar del general Pavía en enero de 1874, en diciembre de ese mismo año se restauraba en el trono a la Dinastía liberal. Alfonso (XII), hijo de la destronada Isabel (II), tuvo como principal objetivo en su nuevo poner fin a la guerra carlista. Estas derrotas forzaron al pretendiente carlista, Carlos VII, a cruzar la frontera por Valcarlos (Navarra) el 28 de febrero de 1876 rumbo al exilio. Ese mismo camino del exilio tuvo que ser tomado por numerosos oficiales y altos jefes carlistas, aunque la mayoría de los combatientes decidieron acogerse al indulto que muy pronto concedió el nuevo rey liberal. Sin embargo otros carlistas como Ramón Roche, marcados fuertemente por una doctrina y unos principios que creían justos, no decidieron aceptar la rendición ni tomar ninguno de los dos caminos anteriores, por lo que se echaron al monte y comenzaron a vivir en la vida clandestina y bandolera. Pero transcribamos a Antonio Matea:
“Roche, un señor bandido.
(…)
Pero Roche no fue un vulgar ladronzuelo que se dedicó a asaltar a pobres caminantes, como hicieron otros muchos bandoleros. Roche era un señor bandido, un hombre distinguido, con educación y con principios, y como tal era tenido por los habitantes de las zonas por donde actuaba, quienes todavía lo recordaban con afecto muchos años después de su muerte. Además algunas de sus acciones durante la guerra habían sido verdaderamente espectaculares, como la que realizó en el Ayuntamiento de Hellín en 1873. Se cuenta que haciendo creer a las autoridades que un enorme ejército carlista mandado por Lozano rodeaba la ciudad, entró dentro del pueblo acompañado únicamente de diez hombres que estaban a sus órdenes. En el consistorio exigió la entrega de todos los fondos que allí había, y además mandó bajar a la plaza toda la documentación existente en el Registro Municipal con la que hizo una gran hoguera, para así poder destruir títulos de propiedad, deudas no pagadas, etc. A continuación marchó completamente tranquilo hacia las afueras del pueblo perdiéndose a la vista de los asombrados hellineros. Desde el fin de la guerra Roche estuvo continuamente en boca de la gente, que hablaba de él en tertulias de café de pueblos importantes como Hellín, Tobarra, o incluso en la misma capital albaceteña. También en las tabernas o en las ventas de los caminos reales era el tema principal de conversación de aquellos años finales del siglo XIX. Al igual que ocurría en los mismos cortijos y aldeas de la comarca de Hellín, donde, una vez entrados en bureo toda la familia o varios vecinos, al calor de la lumbre de la chimenea y entre trago y trago de vino, contaban historias del bandido, a veces ciertas, pero que otras veces superaban en muchos puntos a la misma realidad. Además Roche era muy admirado por las gentes humildes por el solo hecho de enfrentarse a las fuerzas del orden y al poder establecido, y veían en él a un hombre que se había echado al monte por defender unos ideales que creía justos. Por todo ello, en los caseríos aislados y aldeas a los que llegaba, se le daba cobijo y alimento sin necesidad de que tuviera que tomarlos a la fuerza.
(…)
Se cuenta que incluso hubo bandidos que tomaron su nombre para cometer algún robo, como así dicen que ocurrió en cierta ocasión mientras Roche estaba en la casa de un tal Isidoro Molina. Hasta allí llegó un bandido, al que denominaban el Zapaterín de la Reja, que se puso a llamar a la puerta diciendo ser el Roche. Pero el verdadero Roche salió y agarró al bandolero apócrifo por el pecho y tras darle dos bofetadas le dijo quien era y que no lo volviese a ver más por allí mientras él estuviese por la comarca. Incluso se decía que se constituyó en defensor de los humildes contra estos bandidos de poca monta que merodeaban por el lugar, como así hizo también luchando con un sanguinario bandolero llamado Peliciego. Sin embargo a las gentes acaudaladas y poderosas les obligaba a darles parte de su fortuna, “más aún si estos habían sido partidarios durante la guerra de las tropas gubernamentales”.
Las personas mayores recuerdan haber oído a sus abuelos contar muchas historietas sobre Roche, historietas que posiblemente muchas veces fueran pura ficción. Decían que no sólo era respetado por las gentes del campo sino que además hacía todo lo posible por socorrer a esas gentes. En cierta ocasión ayudó a dos jóvenes que estaban cortando leña y además les dio de comer de lo que él llevaba. Otra vez se cruzó con un campesino que iba montado sobre un burro que era tan viejo que parecía un auténtico esqueleto. Roche al ver al animal lo mató y entregó dinero a su dueño para que comprara otro más joven. Incluso se dice también que dio unas monedas a otro hombre que estaba por Las Hermanas y llevaba esparto a la espalda para sacar algún dinero. Otros contaban lo alto que era y la enorme fuerza que tenía el carlista y que nadie era capaz de vencerlo en un pulso. Además se decía de él que poseía una puntería envidiable.
Juan Antonio Alcantud, un hombre de edad avanzada, contaba en 1994, que su abuelo, que había sido guarda de Las Hoyas durante más de 30 años, fue muy amigo de Roche. La amistad tuvo su origen en cierta ocasión en que el bandido encontró al guarda en un camino y le pidió de comer, cosa a la que éste no rehusó. También hablaba este hombre de la bondad y generosidad del bandido con los pobres, pues obligaba a las gentes de dinero a socorrer a los más necesitados. De ahí el apoyo que tenía entre las clases más humildes.
El escritor hellinero Mariano Tomás López, nacido precisamente en el año que sería el de la muerte del bandido, lo hizo protagonista en su novela Semana de Pasión, aunque allí el teniente carlista aparece con el nombre de Antonio Roche. En ella se cuentan historias como el asalto al Ayuntamiento de Hellín, la ayuda prestada a una mujer de la misma localidad al liberar a su hermano, soldado gubernamental prisionero por su coronel Lozano, y otras en las que seguramente se mezclen muchos hechos reales con otros imaginarios. En esa obra, reeditada en edición facsímil en 1999 por la Asociación de Peñas de Tamborileros de Hellín, se cita también la aventura pasional del carlista con la joven a cuyo hermano libera, aunque en la realidad el carlista estaría ya casado con Ana López con quien tuvo tres hijas y dos hijos. También se le ofrece en la novela la posibilidad de acogerse al indulto y permanecer en el ejército con su graduación militar, pero sus principios e ideas, totalmente entregados a la causa carlista, le obligan a rehusar.
(…)
Tras echarse al monte, una vez finalizada la última guerra carlista, Roche casi siempre anduvo en solitario, aunque hubo una época, que coincidió posiblemente con la acción de Minateda, en que reunió una pequeña cuadrilla. En esa cuadrilla se integraban un tal Riyes y otro llamado Zapaterín, ambos de Montealegre del Castillo, y otro hombre que se llamaba Antón el Hospitalero. Este último hombre, que era natural de Liétor, debió ser mucho más joven que el bandido, pues tras ser detenido por la Guardia Civil y una vez cumplida la condena a la que fue sentenciado, murió de viejo en Liétor sobre el año 1930. Pero el sentido de la justicia que tenía Roche, su cultura, caballerosidad y honorabilidad, de la que tanto hablaban aquellos que lo conocían, le hacía ir casi siempre en solitario antes que unirse a gente de baja ralea.
La muerte de Roche.
La muerte de Roche, como la de los grandes y épicos bandoleros, al producirse de manera trágica y violenta, facilita la entrada de este personaje en la leyenda. De esta manera como ocurrió y ocurriría después con otros bandidos son varias las versiones que corren sobre su desgraciado final. Según la versión oficial, puesta de manifiesto en el atestado del teniente Manuel Arroyo, jefe de la Línea de Tobarra, se dijo que dicho teniente, al mando de un pelotón de once guardias iba en persecución del criminal Ramón García Montes, alias Roche, a las 11 de la noche del día 15 de julio de 1891, víspera de la festividad de Nuestra Señora del Carmen. El citado oficial distribuyó la fuerza en dos grupos, siendo el grupo mandado por el guardia José Ojeda e integrado por otros tres guardias civiles más quienes descubrieron a Roche desde lo alto del Collado de Pozo Tomillo. Los guardias, según cuenta el oficial de la Benemérita en su informe, pudieron reconocer fácilmente al bandido gracias a la luz de la luna, pues resaltaba claramente su elevada estatura y porte. Además llevaba un garrote en la mano derecha y una escopeta terciada sobre el brazo izquierdo lo que confirmó todavía más las sospechas de los agentes del orden. Según el informe del oficial el bandido marchaba por el camino que desde Híjar se dirige hacia Casa Sola, Casa de la Rambla de Maturras y Villarejo. Pero al darle la voz de alto Roche contestó disparando por lo que los guardias le acribillaron a balazos.
En una publicación de la época se cuenta que el resultado de la autopsia contempla la muerte del bandido como consecuencia de un disparo en el cuello y otros cinco más en el pecho, estómago, vientre, ingle derecha y pierna derecha. Pero además presentaba tres impactos de posta en la pierna, muslo y costado, una munición no usada por la Guardia Civil. Esto último y su mal estado en el momento de su muerte (se dice que estaba muy enfermo, con los pulmones muy deteriorados y el corazón de tamaño muy reducido) llevó a pensar a las gentes de la comarca en otras versiones que difieren bastante de la versión oficial contada por el teniente en el atestado. Además es bastante extraño que un teniente y once guardias (acostumbrados a patrullar casi siempre en parejas) fueran por un lugar tan solitario, a no ser que se hubiese preparado una trampa al bandolero o se hubiese recibido alguna delación de alguna persona cercana a él.
Una de estas versiones sobre su muerte afirma que fue asesinado por el guarda del Castillarejo, quien lo mató en su propia casa con la escopeta de postas cuando estaba allí durmiendo y luego dio aviso a los miembros de la Guardia Civil, que lo llevaron en una burra hasta Pocico Tomillo, donde, ya muerto, se efectuaron el resto de los disparos. Otra versión diferente cuenta que Roche mandó al guarda para que comprara un medicamento y allí fue descubierto por el teniente de la Benemérita, quien le ordenó que al regresar a su casa lo matara o lo detendría a él por ser cómplice suyo. Incluso otras personas piensan que el guarda se gastó el dinero en el juego y por temor al bandido cuando le contase que se había quedado sin él lo mató. Otra más dice que estaba descansando en una covacha que utilizaba habitualmente por escondite cuando fue descubierto por un pastor que lo mató para cobrar la recompensa que se ofrecía por él. El ya citado Juan Antonio Alcantud decía que su abuelo, el guarda de Las Hoyas, afirmaba que Roche fue muerto en la Casa de la Rambla (Rambla de Maturras), donde se había refugiado en numerosas ocasiones, y de allí fue bajado por la Guardia Civil hasta Pocico Tomillo. En fin son muchas las versiones que difieren de la oficial y según el sitio donde vayamos podemos encontrar otras tantas diferentes, aunque la mayoría citan como culpable de su muerte al guarda del Castillarejo.
(...)
La muerte trágica del bandido impactó de forma profunda entre las gentes de Liétor, del campo de Hellín y de Montealegre del Castillo, pueblo este último donde el nombre de Roche aún se conserva, pues un hijo suyo llegó a ser alcalde y todavía vive una nieta que, aunque domiciliada en Madrid, tiene allí una casa”.
Hasta aquí Antonio Matea, como decimos el mejor conocedor y defensor de la etnografía y la ecoantropológica de las sierras albaceteñas, manchegas y del Reino de Murcia. La propaganda afín al gobierno liberal intentó pintar a los carlistas, sobre todo a los que no deponían las armas nunca como simples “bandidos” o “bandoleros”. Fenómeno que curiosamente también se repitió en otras luchas contrarrevolucionarias, como los resistentes del Reino de las Dos Sicilias o los Cristeros. Denominación que llega hasta hoy día y crea ciertas confusiones. Véase el artículo reproducido por el blog tradicionalista del Reino de Castilla Foramontano, con la rúbrica Carlismo y bandidaje: Episodios de violencia política y social en Campoo en el s. XIX Encarnación-Niceas Martínez Ruiz (Cuadernos del Campoo, nº4, 1996).
Sin embargo no es necesario acogerse a la idealización que de los bandoleros se hace popularmente para señalar las diferencias entre los carlistas que llevados por sus convicciones y ante la imposibilidad del exilio se negaban a integrarse en la sociedad liberal y el puro pillaje. Antonio Matea lo ha puesto de relieve magníficamente.
En el caso de Ramón Roche su espíritu sigue vivo en las sierras del Reino de Murcia, alimentando aspectos de la historia doméstica. Su recuerdo no perecerá.
"En la Rambla de Maturras,
a vista del Villarejo,
mataron a Ramón Roche
a traición como a un conejo."
martes, 28 de septiembre de 2010
Sobran las razones. Huelga-pantomima NO.
viernes, 24 de septiembre de 2010
Los trabajos (o fatigas) de la Esperanza
“Así dice Yahvé: Paraos en los caminos y mirad; preguntad por los senderos antiguos; ved cual es el camino bueno y andad por él” Jer 6, 16
La doble misión del profeta de Anatot fue la de denunciar la apostasía y la destrucción subsecuente de Israel, y la de anunciar la restauración futura. Con la firmeza y la convicción de su deber moral condena la vana alegría poniendo los ojos en la verdadera esperanza. Válido siempre el criterio del profeta sirvámonos hoy hacer una relectura de su aparente pesimismo para, como él hizo, aprender de la gran maestra que es la Historia y, a su tiempo, transmitir la herencia recibida.
Otro es el tiempo, igual la lucha. Los políticos actuales (con raras excepciones), como lo hicieran los falsos profetas antaño, anuncian y se envanecen de un falso bienestar; hablan de paz cuando hay guerra; engañan alimentando falsas libertades; su afán es el propio lucro mientras conducen a otros a la degeneración; dominan al pueblo mientras lo degradan sin reconocerse responsables de ello con lo que estorban su regeneración moral. Y haciendo uso de una selva mediática a su servicio enredan a aquellos a quienes gobiernan en una catequesis de lo inmoral que empieza por la relajación de las costumbres (moral acomodaticia) para acabar en las mayores abyecciones.
“... a quienes la palabra de Dios acusa de predicar cosas falsas y engañosas son los que, temiendo denunciar los pecados, halagan a los culpables con falsas seguridades y, en lugar de manifestarles sus culpas, enmudecen ante ellos.” Regla Pastoral, San Gregorio Magno.
Es signo de estos tiempos reducir a quien esto denuncia al ostracismo ya que lo que al sistema interesa es el embrutecimiento y la fractura de la dignidad de la persona para así afianzar más su poder. Rota la familia, roto el hogar patrio y envilecido el orden social y político y a merced de los que consideran la religión opio del pueblo, ¿podemos mantenernos en silencio los hijos de la Tradición? ¿Acaso no somos el resto de Israel?
Está claro que se nos quiere llevar o que ya nos han llevado a un desierto moral que no todos perciben. De hecho es más doloroso para quien así lo entiende. Justo como ocurría con Jeremías...
El peso de la tradición nos exige levantar nuestra voz en calles y plazas, incluso aunque tengamos que soportar las burlas y las chanzas del foro. Porque la Esperanza que podemos y debemos transmitir nos obliga.
Gracias a Dios, a la Verdad y a la Justicia no les faltan paladines que las defiendan, aun a costa de su propia salud o de su patrimonio. Y mártires que han dado su testimonio muriendo, asesinados, al grito de “Viva Cristo Rey”.
“Para terminar, hermanos, buscad vuestra fuerza en el Señor y en su invencible poder. Poneos las armas que Dios os da, para poder resistir a las estratagemas del diablo, porque nuestra lucha no es contra hombres de carne y hueso, sino contra los soberanos, autoridades y poderes que dominan este mundo de las tinieblas, contra las fuerzas sobrehumanas y supremas del mal.
Por eso, tomad las armas de Dios para poder resistir en el día fatal y, después de actuar a fondo, mantened las posiciones. Estad firmes, repito: abrochaos el cinturón de la verdad, por coraza poneos la justicia, bien calzados para estar dispuestos a anunciar la noticia de la paz. Y, por supuesto, tened embrazado el escudo de la fe, donde se apagarán las flechas incendiarias del malo. Tomad por casco la salvación y por espada la del Espíritu, es decir, la palabra de Dios.
Al mismo tiempo, con la ayuda del Espíritu, no perdáis ocasión de orar, insistiendo y pidiendo en la oración. Tened vigilias en que oréis con constancia por todo el pueblo santo.” Ef, 6, 10-18
P. de Beira
miércoles, 25 de agosto de 2010
XL del primer atentado contra El Pensamiento Navarro
Juan Félix Eriz, industrial de Elorrio ya fallecido, relata en su libro Yo he sido mediador de ETA, la forma en que los huguistas (corriente en la que militaba) prepararon aquel atentado. Eriz afirma que la idea de colocar una bomba en El Pensamiento Navarro surgió en el Colegio Mayor Belagua, donde los miembros del GAC se reunían aprovechando la circunstancia de que uno de ellos era miembro del Opus Dei. (Curioso el empeño de muchos pseudointelectuales de la prelatura por ir contra el tradicionalismo al tiempo que dentro de la misma había marxistas terroristas).
El 23 de agosto, cinco miembros de los llamados "Grupos de Acción Carlista" penetraron en el periódico armados con pistolas, encerraron a los empleados en un cuarto y colocaron la bomba. "El impacto fue tremendo -escribe Juan Félix Eriz-. Afortunadamente y tal como se había previsto, la explosión sólo afectó a la maquinaria y en especial a la rotativa".
Pese a no causar víctimas mortales el impacto psicológico y físico para los trabajadores secuestrados fue enorme. Muchos no volvieron a trabajar nunca más. Los culpables de estos hechos nunca fueron detenidos. Sin embargo pese a los cuantiosos daños materiales que tanto dañaron económicamente al periódico el atentado no sirvió para desmoralizar al consejo de redacción, que mantuvo inalterable su línea sin ceder al chantaje de los criminales. En 1972 sufrió un nuevo atentado con bomba que afectó a la máquina rotativa, retrasando la aparición del diario. Recientemente la banda terrorista de izquierdas y nacionalista ETA se atribuyó en un boletín interno el atentado contra El Pensamiento Navarro de 1970, lo que pone de manifiesto las intimas y estrechas vinculaciones entre el huguismo y el terrorismo etarra, que se empezaba a hacer presente en Montejurra hasta el año 1976.
No será el atentado contra El Pensamiento Navarro la única acción armada de los terroristas mal llamados "Grupos de Acción Carlista", atentando principalmente contra personas y medios carlistas, como Radio Requeté de Pamplona y prestándo ayuda y cobertura a ETA y a otros grupos terroristas, como el "Movimiento Ibérico de Liberación", de tendencia anarquista, comandado por el tristemente célebre criminal Salvador Puig Antich. También se formarán por los huguistas unas llamadas "Fuerzas Armadas Revolucionarias Carlistas" (FARC), cuyo acrónimo coincide expresamente con el de la guerrilla narcoterrorista colombiana.
El Pensamiento Navarro pese al acoso y las presiones seguirá saliendo, con su ejemplar director Juan Indave Nuin al frente. Desde allí se librarán importantísimas batallas doctrinales, sobre todo desde la tercera del diario, en contra de la Constitución atea y antiespañola en curso y en defensa de Navarra frente al intento de hacerla desaparecer en un "Euzkadi" artificial y de inspiración sabiniana. Por ello seguirá en el punto de mira de la mafia terrorista ETA. Destacadas familias carlistas de Navarra, especialmente los Baleztena, sufrirán el calvario del acoso y persecución de la mafia etarra y proetarra, que continúa hasta nuestros días, por su gallarda oposición al despotismo de Carlos Hugo y sus secuaces en el intento de robo de El Pensamiento Navarro y de expolio de todo el patrimonio carlista. El empresario Jiménez Fuentes, uno de los principales anunciantes del periódico sufrió un intento de secuestro, por lo que tuvo que abandonar Navarra con su familia; meses después sus oficinas fueron destruidas por un potente artefacto, que costó la vida a un policía cuando intentaba desactivarlo, en Pamplona. En 1982 ETA asesinaba al carlista pamplonés, suscriptor durante toda la vida de El Pensamiento Navarro Alberto Toca Echeverría. Su hermano, el también carlista Ignacio tuvo que abandonar Navarra por amenazas a finales de los setenta, sufriendo un infarto al poco tiempo de su marcha por la presión a que se vió sometido. También el jefe de las Juventudes Tradicionalistas del Señorío de Vizcaya José María Arrizabalaga Arcocha fue un destacado suscriptor y difusor del periódico; así como otros carlistas de Vascongadas asesinados aquellos años por ETA. También en la trinchera religiosa no se claudicará, pese a los cambios eclesiásticos (los nefastos años del nacionalista vasco Cirarda en la archidiócesis de Pamplona y diócesis de Tudela). En El Pensamiento Navarro escribían las plumas más destacadas de la Tradición Española y otras afines, por lo que se convertía en un periódico de referencia en toda España. Allí estaban las firmas de Francisco López-Sanz (que había sido director de 1933 a 1966), Rafael Gambra, Jesús Evaristo Casariego, Raimundo Aldea Eguilaz, Casilda Elizalde, Ignacio de Orbe Tuero (barón de Montevilla), Juan Sáenz Díez, Nemesio Cortes Izal, José María Codón, el canónigo y ex rector del Seminario de Pamplona don Carmelo Velasco, Miguel Ayuso Torres, Carlos Etayo Elizondo, Manuel Ángel Vieitez Pérez, Francisco Guinea Gauna, Fco. Sánchez de Muniain Gil, Andrés y José Miguel Gambra, Serafín Argaiz Santelices, Alberto Ruiz de Galarreta (con sus diversos pseudónimos), Anselmo Ruiz, el Capitán de Navío Camilo Menéndez Vives, Federico Cantero Núñez, don José Ricart Torrens, Pascual Molins, Guillermo de Padura, Javier Nagore, Eulogio Ramírez, don Luis Madrid Corcuera, Andrés Caso-Sanz, Ramón Salas Larrazábal, Stanley G. Payne, Javier Morte, etc. Sin embargo el formato de diario se vió sobrepasado por el cambio operado en los hábitos periodísticos de los españoles, interesados más en la información generalista y deportiva frente a los periódicos con una línea doctrinal muy marcada. Además el boicot de la publicidad institucional fue prácticamente total, al igual que se hizo contra el periódico de la Confederación de Ex-Combatientes, fundado por los requetés que defendieron el Alcazar de Toledo, El Alcazar. En este contexto fue imposible competir contra los grandes grupos periodísticos, apoyados por capital público y financiero que tanto han empobrecido a la prensa en España desde la llamada transición. El 13 de enero de 1981 aparece el último número de El Pensamiento Navarro. Con la intención de continuar la senda doctrinal marcada por El Pensamiento Navarro en el ámbito religioso nace en 1982 Siempre P´alante, como semanario navarro católico (después pasará a ser quincenal, con el doble de páginas) que se sigue publicando de manera ininterrumpida hasta hoy, siendo uno de los máximos defensores (pese a la distinta factura de algunas de sus colaboraciones) de la Unidad Católica de España.
El 13 de enero de 1981, el número 27.276 de El Pensamiento Navarro seria el último en ver la luz. En un contexto según recogia el periódico aquel día: "demoliberal, con consenso marxistoide y separatista". Con un artículo bajo la rúbrica "Volveré.... con mis principios, si España es salvable (Carlos VII)" el carlista asturiano J. E. Casariego señala ."Denunciar y combatir el error y señalar la verdad es misión nobilísima, clarividente, salvadora, propia de espíritus dignos e íntegros. Tal fue la visión de El Pensamiento Navarro, que llega a esta hora con el orgullo, la satisfacción y la alegría del deber cumplido". El consejo de administración de "Editorial Navarra S.A." escibiría por su parte en un artículo titulado "La tradición, alma de la vida nacional": "No nos duelen prendas. Repetimos aquí que gracias al carlismo tradicionalista (antes era imposible separar tales conceptos), ironizado por muchos, gracias a él fue posible por algunos, odiado por muchos, gracias a él, fue posible que españoles y navarros no cayeran en el marxisno antirreligioso, antipatriótico y antiforal, antimonárquico. Si hoy otros 'gárrulos sofistas' -demócratas totalitarios, neoliberales y marxistas, reunidos- han empobrecido, mermado y desolado a un pueblo al que encaminan a un rápido suicidio, nosotros, los tradicionalistas, no tenemos la culpa".
El espíritu y la lucha de El Pensamiento Navarro, contra el que no pudieron las bombas ni las amenazas marxistas y separatistas, sigue en la Comunión Tradicionalista.
sábado, 21 de agosto de 2010
Carlos Hugo ante el reto de la historia.
Tras un período de apartamiento de la Familia Real y de la Causa carlista, el entonces Príncipe de Asturias, Don Carlos Hugo, retornó a las mismas en 1956, y en mayo 1957 fue presentado en el anual acto de Montejurra por don Rafael Gambra Ciudad (quien años más tarde se convertiría en Jefe de la Secretaría Política de Don Sixto Enrique, hermano de Carlos Hugo y actual Abanderado del Carlismo).
Los años que siguieron fueron de entusiasmo y de fortalecimiento del Carlismo, de la Comunión Tradicionalista, que salió con fuerza de la semiclandestinidad en que vivía desde 1937. Don Carlos Hugo, de personalidad atractiva y aparentemente entregado a la Causa, ganaba apoyos por todas partes. Muchos pensaron que el General Franco se vería obligado a reconocerlo como su sucesor, ya que había rechazado a su padre, Don Javier (legítimo Rey de las Españas desde 1952). Esta creencia marca la primera de las desviaciones de la ortodoxia carlista promovidas por Carlos Hugo: el colaboracionismo franquista, que gradualmente se fue intentando imponer a los carlistas.
El 29 de abril de 1964, en las Basílica de Santa María la Mayor de Roma, Carlos Hugo casó con la Princesa Irene de Lippe-Biesterfield, hija de la Reina Juliana de Holanda. De este matrimonio nacieron cuatro hijos: Carlos Javier (1970), los gemelos Margarita y Jaime (1972) y María Carolina (1974).
La década de mil novecientos sesenta trajo la gran tragedia para la Cristiandad que supuso el Concilio Vaticano II, especialmente grave para una causa estrictamente católica como el Carlismo. Amparados en la confusión de aquellos momentos, Carlos Hugo y el equipo que se formó alrededor --en el cual el papel de ideóloga quedó en manos de su hermana la ex Infanta María Teresa, convertida al marxismo más radical, y el de asesor "espiritual" en las del jesuita ultramodernista Arturo Juncosa-- pasó rápidamente del tradicionalismo al franquismo con ribetes demócrata-cristianos, y de éstos a un extraño "socialismo autogestionario". Apartando a quienes habían sido colaboradores y hombres de confianza de su padre el Rey Don Javier, y aprovechando la cada vez más delicada salud de éste, intentó cambiar por completo al Carlismo, poniéndolo al servicio de ideologías y de caprichos diametralmente opuestos a los principios que dicha Causa venía sosteniendo ininterrumpidamente desde 1833.
Para cuando se produjo la ruptura definitiva, en 1975, se había pasado de cientos de miles de militantes entusiastas a unos pocos miles, divididos entre quienes, engañados, creían permanecer fieles a la Dinastía intentando seguir los constantes cambios de Carlos Hugo, y quienes de verdad permanecieron fieles al viejo lema de Dios, Patria, Fueros y Rey legítimo. En 1976 Carlos Hugo provocó graves incidentes en el acto anual de Montejurra, al invitar a toda la extrema izquierda de la llamada Transición, terroristas incluidos. El 7 de mayo de 1977 murió el Rey Don Javier, cuyos últimos meses fueron amargados por el maltrato moral y hasta físico que sufrió a manos de su hijo Carlos Hugo y las hermanas solteras de éste, María Teresa, María de las Nieves y Cecilia, convertidas en sus cómplices. La Reina viuda, Doña Magdalena, denunció todo esto, y su condena llegó hasta a prohibir la presencia en su propio velatorio y funeral, en 1984, de otros hijos que no fueran Doña Francisca y Don Sixto Enrique.
Mientras tanto, Carlos Hugo, erigido en "presidente" del sospechosamente legalizado y mal llamado "Partido Carlista", ya completamente escindido de la Comunión Tradicionalista Carlista, recibió un vergonzoso otorgamiento de la nacionalidad española legal por parte del Usurpador Juan Carlos, con quien se reunió en numerosas ocasiones, y se presentó a las elecciones generales de 1979, en las que obtuvo resultados insignificantes. En 1980 abandonó sin más explicación el "Partido Carlista" que había creado, dejando considerables deudas a quienes quedaban. Poco después se separó de él su esposa, la Princesa Doña Irene. Hoy prácticamente ha desaparecido aquel "Partido Carlista", cuyos escasos miembros se caracterizaron por detestar a Carlos Hugo, después de su defección, más aún que los verdaderos carlistas.
Tras residir en varios países, Carlos Hugo fijó en Bruselas su residencia habitual. En el año 2002 añadió a su larga lista de felonías la de entregar al Gobierno liberal de Madrid el archivo del Rey Don Alfonso Carlos que se conservaba en Puchheim (Austria), incrementado con el que la ex Infanta Cecilia custodiaba en París. Antes y después reiteró en numerosas ocasiones su reconocimiento de Juan Carlos como "rey", y llegó a enviar a hijos suyos a actos de la familia del actual Jefe de Estado.
Ayer ha muerto Carlos Hugo en la barcelonesa Clínica Quirón, la misma a la que al parecer acude con frecuencia el propio Juan Carlos. La corte holandesa se ha hecho cargo de las exequias, que resultan algo extrañas: indignamente dejado primero el cadáver en el Tanatorio San Gervasi, se anuncia su posterior traslado a La Haya, para luego ser llevado a Parma y sepultado en la cripta de la iglesia de la Stecatta. Es necesario recordar que Carlos Hugo nunca llegó a ser legítimo Duque de Parma, y que desde 1975 no ostentaba legítimamente título alguno, por rebeldía contra su Rey y padre y por rechazar los principios fundamentales de la legitimidad española.
El Carlismo, la Comunión Tradicionalista, sigue su historia, bajo el mando de Don Sixto Enrique de Borbón. Que Dios, en su infinita misericordia, se haya apiadado de Carlos Hugo y consuele y guíe a sus hijos. Requiescat in pace.
miércoles, 18 de agosto de 2010
Ante la muerte de Carlos Hugo de Borbón Parma
ANTE LA MUERTE DE CARLOS HUGO DE BORBÓN PARMA
Ha fallecido don Carlos Hugo de Borbón Parma. No es este el momento de recordar su nefanda defección, de tan trágicas consecuencias para la Causa de la legitimidad española. Que Dios misericordioso le haya perdonado.
S.A.R. Don Sixto Enrique de Borbón se encuentra naturalmente afectado por la muerte de su hermano Carlos Hugo, y ruega oraciones por su eterno descanso.
Don Sixto Enrique, Regente desde el fallecimiento de su padre el Rey Don Javier, ante la situación tan anómala y dolorosa que don Carlos Hugo creó, se condujo en todo momento con la prudencia pero también con la fortaleza que el caso requería. En diversas ocasiones, públicas unas, reservadas otras, ha recordado no sólo los fundamentos doctrinales del Carlismo, sino también los deberes de los miembros de la Dinastía. En particular, en una carta firmada en Trieste el 18 de julio de 2009, centenario de la muerte del Rey Carlos VII, requirió personalmente a sus sobrinos Don Carlos Javier y Don Jaime, hijos del finado, que declarasen si asumían los principios intangibles de la legitimidad española (recogidos en el Real Decreto promulgado por Don Alfonso Carlos el 23 de enero de 1936), u optaban por seguir los pasos de su padre.
En ese requerimiento, redactado con delicadeza y comprensión ante la dificultad que siempre supone desautorizar a un padre, les ofrecía que asumieran la plenitud de los derechos y obligaciones de la Dinastía Legítima, tras un período transitorio de formación bajo la supervisión de su tío. No es buena señal el silencio que ha seguido a tal comunicación, como tampoco lo es el matrimonio desigual anunciado por Don Carlos Javier, pues inhabilita a sus posibles descendientes para suceder en la Corona (Pragmática Sanción de Carlos III de 23 de marzo de 1776). Pero, en puridad, el ofrecimiento sigue abierto. Que Dios les ilumine y les consuele en estos graves momentos.
En Madrid, a 18 de agosto de 2010.