miércoles, 23 de diciembre de 2009

Santa y Feliz Navidad


Santa y Feliz Navidad os desea la dirección de este humilde blog.


"Los Reyes Magos, guiados por celeste luz, van a postrarse ante la cuna del Dios hombre como ejemplo del deber que tienen todas las potestades de rendirse ante la suya, y como muestra de la obligación que pesa sobre los reyes de hincar la rodilla y ofrecer la corona al que da y quita los reinos, y juzga las justicias de los hombres.

"En el portal de Belén comienza aquella frontera que termina en el Calvario y que separa perpetuamente dos mundos [...] Sobre Belén y el Calvario se levanta el arco triunfal de la civilización cristiana rematada por la Cruz".

Juan Vázquez de Mella y Fanjul

(De la felicitación de Navidad 2009 del Círculo Vázquez de Mella del Principado de Asturias).

domingo, 13 de diciembre de 2009

Basta de gobiernos marroquís en España


De entre los diversos grupos que se reparten el poder del gobierno de ocupación de España destaca notablemente el marroquí. Un absoluto desconocido, José Luis Rodríguez Zapatero, en su etapa de jefe de la pseudo-oposición al PP ya mostraba singulares desvelos por ese Estado artificial e innecesario llamado Marruecos. Por aquel entonces en plena crisis con Marruecos, no tuvo el menor empacho en hacerle una visita al sultán marroquí, haciéndose una foto con el sultancito, y un mapa de Marruecos que incluía a las Canarias, los reinos del sur de la Península, Ceuta y Melilla. Significativo fue también el apoyo del PSOE a Marruecos durante la invasión de Perejil. Se valió de su medio oficioso, El País, para publicar artículos de supuestos "expertos" apoyando la tesis de la marroquinidad del islote en cuestión. Desde la llegada al poder del PSOE, como consecuencia del pucherazo mahometano del 11-M (del cual aún es una incógnita el alcance del apoyo marroquí, que en cualquier caso existió y no es descartable que como venganza por la reconquista de Perejil) se ha pasado a una situación de total sometimiento a Marruecos de acuerdo con la máxima "se hará todo lo que Marruecos quiera".
Esta contextualiación es necesaria para abordar la crisis de incierta solución en torno a Aminatu Haidar. Recordemos los hechos que han derivado en dicha crisis:

El Sahara Occidental jamás ha sido parte de ese engendro llamado Marruecos y según la pura legalidad internacional –-a la que dice someterse tanto el Estado artificial de Marruecos como el gobierno de ocupación de España-- obliga a que se mantenga un status jurídico diferente del de la potencia que lo administre o lo ocupe.

Aminatu Haidar quiso entrar en su tierra, el Sahara Occidental, tras recibir en los Estados Unidos un premio de reconocimiento a su lucha pacífica por los derechos humanos en el Sahara Occidental ocupado.

Marruecos le impidió entrar en su tierra y le quitó el pasaporte de la potencia ocupante, Marruecos.

Fue introducida contra su voluntad en una aeronave española. Cuando el Comandante del avión constató que no tenia pasaporte no permitió su entrada en el mismo, pero una "orden superior" del gobierno de ocupación de España obligó al Comandante a embarcarla, contraviniendo la propia legilslación que ellos aprobaron, pisoteando de ese modo el Estado de Derecho.

Desde entonces Aminatu Haidar mantiene una huelga de hambre como protesta por una situación de absoluta ilegalidad, tanto desde el derecho interno como el internacional, pero en el que hay un trasfondo más problemático: la lucha por la dignidad y la libertad del pueblo saharaui, sojuzgado por Marruecos.


Las "soluciones" que el gobierno de ocupación de España ha ofrecido han sido lamentables, y seguramente diseñadas por el grupo marroquí que ostenta el poder en España. Jugando con la frágil salud de Aminatu se le ofreció un salvoconducto por el que fue embarcada de nuevo con dirección a Marruecos, pero en el último instante se le impidió volar. Una maniobra más que evidente para desmoralizarla y debilitar su frágil estado de salud. En esta maniobra una vez más una "orden superior" hizo que la Delegada del Gobierno (de ocupación) en Canarias se impusiera al cumplimiento estricto de la ley, pues el jefe del puesto fronterizo del aeropuerto de Arrecife quiso cumplir la ley solicitando un nuevo salvoconducto para permitir la entrada en el país de Aminatu Haidar. Esta había cruzado la frontera y había salido de España y, por tanto, para volver a entrar necesitaba una nueva autorización. Entonces, el director del gabinete de Moratinos le pidió al agente que estampase el sello de entrada en el salvoconducto, a lo que él se negó porque el documento sólo servía para salir. El agente argumentó que lo más lógico era que Aminatu Haidar se quedase en la zona de tránsito del aeropuerto, que es el lugar donde aguardan los extranjeros que van a ser devueltos a su país porque no tienen la documentación en regla. De esta forma, sería más fácil presionar a Marruecos, ya que la activista no se encontraría en territorio español, sino en una zona internacional. Finalmente, intervino el comisario del aeropuerto de Arrecife que le dijo al jefe del puesto fronterizo que se fuese porque estaba destituido del servicio. Aminatu Haidar volvió así a entrar, muy a su pesar, en territorio español.

Esta crisis merece varias observaciones. La primera es que no es descartable que la misma no haya sido espontánea, sino organizada, aunque seguramente no calculó Marruecos el valor y la determinación de Aminetu Haidar. El régimen de Mohamed VI se asienta en la represión de su pueblo y sobre el majzén, algo más que la corte: toda una red de intereses y corrupción en torno a la pseuomonarquía chapucera alauita. Unas bases ciertamente débiles, pese a la extrema crueldad de las mismas. Por lo que en ocasiones le viene muy bien ensañarse con los aún más débiles (el pueblo saharaui, expoliado y privado de su territorio) para fomentar un artificial nacionalismo. La doctrina oficial de la pseudomonarquía chapucera alauita es la del partido nacionalista Istiqlal, un engendro que vendría a ser algo así como un PNV marroquí, que reivindica el disparate del "Gran Marruecos". Estas concepciones cada día son más débiles y gozan de menor apoyo popular. Primero por la absoluta artificialidad del Estado marroquí. De ello deriva el giro izquierdista del nacionalismo marroquí, que ha ocasionado puntuales distanciamientos con la pseudomonarquía. Y después por el significativo crecimiento de los partidos islamistas radicales, especialmente el Partido de la Justicia y el Desarrollo, que antepondrían la sharia más radical a cualquier consideración estatal. Por más que la pseudomonarquía alauita se asiente sobre ese mismo islamismo radical y de hecho haya impulsado el crecimiento de esos partidos, el llevar hasta las últimas consecuencias esas pretensiones podría acabar imponiendo una república islámica como la de Irán, llevándose por delante a los pseudomonarcas alauitas y todo el majzén. Además el crecimiento de esos partidos irrita a Estados Unidos, que en última instancia es el culpable de la creación del artificial estado de Marruecos y su principal mantenedor. Por tanto estos episodios le vienen muy bien a Marruecos para escenificar una posición de nacionalismo que deje en un segundo plano sus tremendos problemas de estabilidad. Sin embargo si Aminetu persevera en su decisión resquebrajará la alianza de Marruecos con la infracultura progre en su ocupación de España.

Por último hay que tener cautelas en torno a las asociaciones que se dicen de apoyo al pueblo saharaui. Las mismas en su origen nacieron de peninsulares y canarios que habían realizado el servicio militar o habían servido en el ejército o en la administración civil en el Sahara Español (los saharianos). Pero después la progresía (otro de los grupos que se reparte el poder en el gobierno de ocupación de España) las copó y adoptó un nuevo discurso ideologizado "anticolonialista", cuando el Sahara Español para nada era homologable a las aventuras coloniales de las potencias europeas. Y eso a pesar de que su colonización se hizo prácticamente por gobiernos liberales e izquierdistas, muy lejos del afán misionero de la Monarquía Hispánica. Asimismo dichas organizaciones empezaron a organizarse de un modo un tanto extraño, abandonando el carácter de federación nacional con órganos de gobierno comunes y siguiendo de repente las separaciones de las "comunidades autónomas" para organizarse independientemente. Al calor de esta separación han surgido asociaciones que reproducen la organización puramente separatista, como la Koordinadora Otsailak en las Provincias Vascongadas y Navarra (no obstante hubo asociaciones tanto en Vascongadas como en Navarra que rechazaron ese engendro y siguieron trabajando independientemente). En muchas ocasiones bajo estas asociaciones lo que hay son veladas plataformas de apoyo al llamado derecho de autodeterminación de sus respectivas regiones, en lugar de un verdadero apoyo a la dignidad y libertad del pueblo saharaui.

Este gobierno de ocupación de España no puede durar más tiempo. No podemos ser por más tiempos esclavos de los intereses extranjeros. Es hora de derrocarlo.


Adenda: En medio de toda esta tormenta el gobierno de ocupación de España regala a Marruecos 14 millones de euros “dicen” que para reformar su sanidad:

http://www.canarias7.es/articulo.cfm?id=150945

sábado, 5 de diciembre de 2009

Pequeña derrota del neomarxismo tras las elecciones en Honduras

El profesor Porfirio Lobo, ganador de las elecciones en Honduras.

Honduras puede respirar tranquila... de momento. La restauración de la pura legalidad positiva (que no otra cosa fue la expulsión del neomarxista narcorridero Zelaya) llegó hasta el final, pese a las insufribles presiones del bloque izquierdista hispanoamericano, más o menos radical. Es decir, desde Micheletti hasta Castro, pasando por los Kirchner, Vázquez (Mújica seguirá su senda en la región), Lula, Ortega, Correa y Chávez. Presiones constantes, que se aprovecharon además de la "Cumbre Hispano-Lusa" para intentar desprestigiar aún más a los poderes constituidos de Honduras que se limitaron a aplicar la ley. Zelaya en esta crisis ha jugado un papel auténticamente circense, demostrando el poco apoyo popular del que goza. El presidente interino Micheletti por tiempos demostró su falta de capacidad y talla política, flaqueando ante presiones que han quedado en nada. Por momentos se especulo con la posibilidad de la ilegal restitución de Zelaya, situación que habria generado en un enorme enfrentamiento civil y la no descartable intervención armada directa de regímenes neomarxistas en Honduras.

El gobierno neomarxista de ocupación de España ha hecho otro clamoroso ridículo, desdiciéndose continuamente sobre su reconocimiento de las elecciones en Honduras. Finalmente reconoce el resultado de las mismas, pese al tono chulesco y prepotente con el que el Ministro de Exteriores se dirigió al pueblo hondureño, animándole a boicotear las elecciones. La vacilante política exterior norteamericana también dió un giro y respetará el resultado electoral, sin duda ante la percepción de la inutilidad de las presiones internacionales para restituir a Zelaya.

Finalmente las elecciones se celebran en paz y tranquilidad, reconocido hasta por la prensa más furiosamente progre. Triunfó el candidato conservador, Porfirio Lobo, del Partido Nacional con el 56% de los votos. Y la participación fue la normal. Es decir, baja.

Sin embargo si los pueblos hispánicos quieren salir de esta dinámica enfermiza de golpes y contragolpes es momento oportuno para repensar el frágil equilibrio de las repúblicas que comenzaron a nacer hace dos siglos. Así como la oportunidad para reencontrarse con los fundamentos que dieron auténtica paz, prosperidad y libertad al continente, que no fueron otros que la Religión y la Monarquía Hispánica.
Libro especialmente recomendado a este efecto: Españoles que no pudieron serlo de José Antonio Ullate, Ed Libros Libres

viernes, 4 de diciembre de 2009

Suiza valiente. Consideraciones ante el referéndum sobre los minaretes y las formas tradicionales de gobierno.

Procesión en Ecône, Suiza, símbolo de la resistencia católica.

Cuando la oligarquía dominante recurre a instrumentos de verdadera democracia suele llevarse grandes disgustos. Suiza es una nación que mantiene muchos de estos mecanismos, no como innovación revolucionaria, sino como manifestación de sus tradiciones políticas seculares. El parlamentarismo suizo es débil y el sufragio universal no se estableció hasta 1971, de nuevo mediante grandes presiones externas.

Pese a la paulatina degradación de estos instrumentos tradicionales de verdadera democracia (en el sentido de forma de gobierno, no de ideología) en esta ocasión el pueblo suizo demostró su voluntad de no claudicar ante la imposición del dogma islamista. Los suizos han aprobado el domingo 28 de noviembre la iniciativa lanzada por el partido Union Démocratique Fédérale a fin de prohibir la construcción de minaretes en las mezquitas. El “sí” ha ganado con extraordinaria mayoría. El 57,5% de los votos, venciendo además en la mayoría de los 26 cantones de Suiza. Sólo se han manifestado en contra Ginebra, Vaud, Neuchâtel y Basilea-Ciudad. Es decir, en los territorios más calvinistas y protestantes. Es significativo que si se exceptúa el cantón montañés protestante de Glaris, sólo los cantones católicos han venido practicando con continuidad la democracia directa, la Landsgemeinde. Este resultado representa una sonora bofetada para el conjunto de la clase política suiza, la cual se había enfrentado de forma unánime al proyecto, respaldado por una iniciativa popular que había recogido 113.000 firmas.

Además hay que tener en cuenta las presiones de la casta política (tanto de derechas como de izquierdas, partido ecologista incluido), la enorme ofensiva emprendida por la práctica totalidad de los medios de comunicación, las imprecaciones lanzadas por la Conferencia Episcopal Suiza, las tergiversaciones lanzadas adrede por los institutos de sondeos, los cuales habían pronosticado una contundente derrota de una iniciativa popular, que sólo iba a obtener, según ellos un 37% de los votos. El poder ha entorpecido todo lo posible la propaganda favorable a la prohibición de los minaretes, mandando a la policía a requisar multitud de propagandas que se limitaban a reproducir textos del Corán bajo la excusa de que "resultaban discriminatorios". (Obviamente resultaban discriminatorios, pero para los no mahometanos). La actitud promahometana de la Conferencia Episcopal Suiza (¡cuanto defendió Mons. Lefebvre al Papado denunciando los males del colegialismo!) es coherente con sus múltiples heterodoxías. El futuro presidente de la misma, Norbert Brunner, ha señalado que el celibato de los curas católicos debería ser voluntario y que estaría dispuesto a ordenar a sacerdotes casados y a mujeres de presbíteros. Evidentemente los seguidores de un catolicismo consecuente, tradicional por tanto, no paran de crecer en Suiza. Que es uno de los puntales de la resistencia católica antimodernista. También los judíos apoyaron el "sí" a la construcción de minaretes a traves de un comunicado de la económicamente influyente "Federación Suiza de Comunidades Israelitas".

Pese a acoger muchas instituciones internacionales Suiza es una nación muy celosa de su independencia y soberanía. Suiza tiene uno de los sistemas de gobierno más antiguos, democráticos --no en el sentido ideológico, sino como forma de gobierno-- y equitativos del planeta. Además de una concepción confederal en las antípodas del centralismo, sin que haya habido nunca tentativas secesionistas pese a la heterogeneidad cultural de la misma. Su identidad política está muy definida y existe un enorme patriotismo, pese al carácter de confederación cantonal. Su ejército es una milicia de voluntarios, los profesionales no llegan al 7%. Han sido muchos los carlistas, los regionalistas partidarios de la reintegración foral o los simples estudiosos del derecho histórico español los que han trazado un paralelismo entre el sistema suizo y el tradicional hispánico. Las innovaciones liberal constitucionalistas siempre se han impuesto por la fuerza de las armas, primero con la invasión napoleónica y después con el desenlace de la Sonderbundskrieg. El gobierno de muchas aldeas y pueblos es lo más similar al concejo abierto hispánico (hoy día restringido y tutelado por poderes foráneos tras la constitución del 78) y el equilibrio entre los poderes cantonales y el confederal es admirable, y ello pese a la ausencia de una Monarquía que represente los principios de autoridad y totalidad, pudiendo ejercer de moderador.
Si Suiza ha votado no a los minaretes de acuerdo con su idiosincrasia lo más probable es que lo lleven adelante, dando al mundo una lección de no dejarse avasallar ni por la invasión islámica ni por las presiones mundialistas. No pesa ningún racismo ni xenofobia en esta votación. Desde siempre Suiza ha acogido a millones de inmigrantes (muchos españoles y portugueses, por cierto) desde hace cientos de años. Solo la llegada de indeseables hijos de la secta de Mahoma ha dado problemas. Los mismos ante los que el gobierno masónico de ocupación y su nefasto sistema constitucional-liberal nos pretende arrodillar.

miércoles, 2 de diciembre de 2009

¿Puede un tradicionalista ser empleado del Estado?


Colaboración del Caballero de la Legitimidad Proscrita Manuel de Santa Cruz.


Cuando un joven acaba la carrera y se pone a buscarle una salida para independizarse económicamente de sus padres es frecuente que piense inicialmente en situaciones “puente”. Claro está que toda la vida puede ser, si se le encuentra un sentido, una serie de “puentes” sucesivos. Llamamos “puente” a una situación profesional que se ocupa, pero no se abraza, que no es vocacional, en la cual uno tiene que instalarse por razones económicas a la espera de poder saltar a un quehacer más interesante, más vocacional. Primun vivere, deinde philosophare. Luego resulta que aparecen vocaciones tardías que llevan al acostumbramiento, a aceptar y a quedarse en el puente.

Puede funcionar como puente el colocarse en un colegio de monjas de segunda enseñanza para costearse la larga preparación de una oposiciones a un cuerpo del Estado. Es decir, ir inicialmente a la iniciativa privada, a la Sociedad, para después poder pasar, definitivamente, al Estado. Hay otro puente que se cruza en dirección contraria: hacer unas oposiciones sencillas y baratas a un cuerpo del Estado modesto para desde él poder saltar, tranquilamente, a una oportunidad en la vida civil. Es decir, ir inicialmente a la Administración para pasar en cuanto se pueda a la sociedad.

En las dos áreas, Sociedad y Estado-administración, se puede plantear en el mejor de los casos, una prolongación del estricto deber hacia la vocación. El pero de los casos, el más frecuente, no esencialmente malo, es el de los que no tienen vocación a nada y se quedan asentados para siempre en el cumplimiento de su estricto deber positivo de empleados. Otros sienten una vocación en el grado menor de “afición”, que no es suficiente para saltar desde el deber del puesto de funcionario a una vocación intensa y liberada, de gran plenitud. El intento de evolución de estos últimos podría titularse “desde la afición hasta la vocación”.

Creer y amar. Este binomio aparece en la exégesis del Primer Mandamiento de la Ley de Dios. No es lo mismo creer que amar, ni pensar y cavilar acerca de la existencia de Dios que tratar con Jesucristo mediante la Oración. El Primer Mandamiento no manda “creer” sino “amar”. En la vida laboral este distingo se muestra en que una cosa es cumplir estrictamente y fríamente con el deber pactado y otra diferente y diferenciada ir después más allá, a desarrollar con entusiasmo unas iniciativas no pactadas ni exigibles, pero fecundas y bellas, que presuponen y nacen de una vocación estética. Ética y estética es otro binomio a considerar. El que no tiene vocación a nada, el liberal que no cree en nada, se dedica al cumplimiento de su deber escuetamente. El que tiene una vocación política, sensu lato, y dentro de ella siente una especialización tradicionalista y religiosa está en tensión por ir más allá del deber exigible y piensa y trama “hacer cosas” útiles y hermosas, con un significado profundo, inefable.

Hemos llegado a la disyuntiva final: ¿Desde dónde va a desarrollar el joven tradicionalista la parte generosa, origional y personal, estrictamente no exigible de su vocación? ¿Desde el Estado o desde la Sociedad? En cualquiera de los cauces que se elija, el Estado o la Sociedad, las actividades más allá del deber reportar beneficios, y no pequeños. ¿A cual de los dos, Estado o Sociedad, va el joven tradicionalista a regalar sus beneficios?

No es malo servir al Estado. Pero es mejor servir a la sociedad, si se puede, en un país con un Estado monstruosamente hipertrofiado que lo acapara todo. Recordemos que las relaciones del Estado con la Sociedad, fuera de la Monarquía Tradicional, suelen estar en un equilibrio inestable, peligroso y de recíproca rivalidad y recelo. Son clásicos los recelos entre la Iglesia y el Estado en todo tiempo y lugar. Recordemos la consigna tradicionalista “más Sociedad y menos Estado”. Recordemos el Principio de Subsidiariedad del Derecho Público Cristiano. Su proposición inversa es paradigma de la aberración anticristiana de los totalitarismos.

martes, 24 de noviembre de 2009

El cupo hoy. ¿Fueros o fraude?


De entre los pocos estudiosos de las instituciones jurídicas de la Tradición Española el Catedrático de Historia del Derecho de la Universidad del País Vasco Jon Arrieta Alberdi ha publicado análisis bien ponderados sobre la foralidad vascongada. Si bien condicionados por manejar en ocasiones términos poco rigurosos en relación con el derecho tradicional hispánico y por un ambiente intelectual donde hay dogmas civiles bien asentados por el nacionalismo que acaban influyendo en el contexto general de la obra, restándole valor. Además están realizados en un ambiente donde es muy difícil pensar o expresarse en libertad, como la UPV, tan copada por el terrorismo etarra. En cualquier caso, pese a sus carencias, nos gustaría destacar el esfuerzo de comprensión y explicación realizado, que nos lleva a enlazar con la actualidad del falso sistema foral vascongado. El profesor Arrieta realiza la siguiente explicación de la foralidad en su obra La idea de España entre los vascos de la Edad Moderna:


3. EL MUNDO INSTITUCIONAL VASCO: LA FORALIDAD COMO JURISDICCIÓN PROPIA

El periodo abordado en esta exposición (siglos XVI-XVIII) coincide con el asentamiento y madurez de las instituciones vascas de derecho público. El proceso de pacificación y asentamiento de la sociedad vasca en el bajo medievo estuvo centrado en la reducción de la superioridad abusiva de los Parientes Mayores y en la formación de cuerpos provinciales organizados a modo de hermandades, en las que las villas, a la sazón bastante consolidadas, pasaron a ocupar una posición de mucho peso. Las provincias vascas eran, en definitiva, un espacio en el que privaba la implantación de núcleos dotados de jurisdicción propia, dando lugar a un conglomerado de entes capacitados para ejercerla en un mosaico plural y dinámico (López Atxurra).

En la base se encuentra la jurisdicción municipal y la de las corporaciones (consulados de mercaderes, y gremios potentes como los de ferrones). Téngase en cuenta que la Baja Edad Media fue el periodo en el que en estas tierras se consiguió llegar a un equilibrio social y territorial, el primero por superación de los conflictos entre y con los Parientes Mayores, y el segundo por la organización de los núcleos de población en el nivel municipal y urbano –por un lado– y el provincial (Juntas Generales y Diputación) por otro. Los municipios ostentaban la mayor parte de la gestión y ejercicio de la vida pública, pero su representación provincial aparecía cada vez con una forma y presencia más madura y organizada, de modo que era necesario tenerla en cuenta en su relación con otros núcleos, jerárquicamente más elevados, de potestad jurisdiccional (las propias Juntas y el Corregidor, Chancillería de Valladolid, Consejo de Castilla).

La jurisdicción propia requiere de un territorio definido. Las provincias consolidan su forma y proporciones y ligan cada vez más sólidamente a ellas sus instituciones. La madurez jurisdiccional se manifiesta en la capacidad normativa de los municipios en su ámbito y de las Juntas para asuntos provinciales; en la policía y orden público, fomento y algunas prestaciones sociales; en el procedimiento judicial basado en el juez natural y, para Vizcaya, jurisdicción propia en la Chancillería de Valladolid. En cuanto a la fiscalidad y al comercio, los defensores de la foralidad, fiscalidad propia y libre comercio, los explican siempre en función de la defensa, es decir, trasladan la justificación al terreno de las obligaciones.

El conjunto potestativo, que en forma de privilegios, diferencias y ventajas constituye la foralidad, tiene su otra cara en las obligaciones que implica. Todos los defensores de las instituciones forales se refieren a un mismo hecho: las provincias exentas cumplían una función defensiva de la Monarquía. Su situación geográfica era determinante, particularmente ante Francia, que representó en estos siglos el riesgo político, dinástico y religioso por excelencia. Los Pirineos pasaron a ser en el siglo XVI, tanto para Francia como para España, un compacto bloque de defensa integrado por las poblaciones montañesas asentadas y permanentemente preparadas para la guerra. Las provincias y reinos pirenaicos defienden a la Monarquía defendiéndose a sí mismos.

La pertenencia a un gran Imperio, líder entonces del mundo católico, era una garantía de seguridad para provincias que se hallaban geográficamente situadas en zonas de riesgo. El respaldo general que la Monarquía podía proporcionar era la contraprestación lógica al compromiso de actuar como primer frente de defensa contra potentes enemigos, ante cuyos potenciales ataques, a su vez, el volumen y la solidez del Imperio ejercían un efecto disuasorio tranquilizador para las pequeñas provincias fronterizas. Éstas se sentían relativamente cómodas y seguras y, al mismo tiempo, alejadas, casi ajenas, a la acción jurídico-administrativa directa de la Monarquía. Es curioso comprobar la gran proximidad de ideas y argumentos que podemos encontrar en las descripciones y defensas de los ordenamientos jurídicos propios de autores guipuzcoanos, catalanes o sardos de la época moderna, cuando Fuenterrabía, el Rosellón y la isla de Cerdeña tenían un valor estratégico considerable.

En lo que a las provincias vascas y a Navarra se refiere Francia representó el riesgo político, dinástico y religioso por excelencia en los siglos XVI y XVII. Valois y Borbones estuvieron intensamente enfrentados con los Habsburgo y estas dos últimas casas tuvieron siempre la vista puesta en conseguir la titularidad del liderazgo político militar de la cristiandad europea. Cuando se abrió el frente de la Reforma y ésta caló en la, hasta entonces, católica Francia, el problema de la posible contaminación provocó el cierre aún mayor de la frontera pirenaica, en parte de la cual, precisamente, había prendido especialmente la nueva confesión.


Como vemos históricamente la foralidad, no solo vascongada, sino también de los reinos hispánicos fronterizos, está determinada además de por un fortalecimiento del poder provincial en detrimento del municipal por su posición de avanzados y fidelísimos reinos ante la más que posible invasión. Así, el profesor Arrieta reconoce los derechos forales se complementan con obligaciones principalísimas. Faltaría además profundizar algo más en la filosofía jurídica foral. Era un modo de atemperar cualquier tentación absolutista, ajena a la Tradición Española y respondía a la concepción orgánica de la sociedad. Los fueros no solo eran territoriales, y no solo provinciales, pues también los habia municipales. Y al tiempo los habia eclesiásticos, universitarios, militares, etc. con plena vigencia todos en el Señorío de Vizcaya y las Provincias de Álava y Guipúzcoa. En el ámbito económico los Fueros territoriales de los reinos hispánicos fronterizos disfrutaban de ciertas exenciones fiscales en un contexto de precarísima hacienda pública. Las contribuciones fiscales no eran universales, porque estamos en el contexto de una sociedad jerarquizada en la que cada cuerpo, cada estamento o cada territorio asume circunstancias singulares. En el contexto de los reinos fronterizos estas exenciones se explican por ser los primeros en defender la integridad de la Monarquía. El cupo tal y como lo conocemos hoy vendría después, como desenlace de la III Guerra Carlista en un intento de salvar algún rasgo de foralidad, que enseguida fue usado por los liberales vascongados para sus intereses económicos particulares. En esos años nace un incongruente fuerismo liberal que acabará desembocando en el nacionalismo racista actual.
Esta introducción histórica es muy útil para realizar una reflexión sensata sobre el actual cupo económico de la Comunidad Autónoma Vasca o Euskadi siguiendo la nefasta terminología del racista Sabino Arana. Recientemente el cupo ha vuelto a ser actualidad en primer lugar por el blindaje que el PSOE ha pactado con el PNV del mismo, a cambio del apoyo sin matizaciones de la nueva ley del genocidio abortista y de otras leyes anticristianas. Y en segundo lugar por la reciente propuesta del partido UPyD, nacida de la delegación del partido en Vascongadas, de anular el cupo vascongado y el concierto económico navarro.
Mal se puede hablar con propiedad de fueros en medio de un parlamentarismo soez, de un Estado anticatólico y antitradicional y mucho menos de cupo y haciendas "forales" cuando las mismas lo única que hacen es ser administradores de un régimen fiscal confiscatorio. La mera especulación de los mismos en el debate parlamentario por si sola invalida la presunción de autenticidad de los actuales "fueros". Pero mucho peor es la dinámica en que se circunscriben: la del liberalismo constitucionalista, que no puede reconocer más derechos que los de la soberanía popular, lo que impide nuevamente la vigencia de un derecho consuetudinario y tradicional como es el foral. Más difícil se hace todavía hablar de fueros cuando estos sirven para amparar las políticas contranaturam de los parlamentos liberales, sean estos estatales o autonómicos, cuando los fueros en su origen eran una custodia y estaban sometidos a la ortodoxía pública católica.
En este contexto el cupo hoy día no es más que una coartada de los nacionalistas para alegar "hechos diferenciales", cuando si en algo se diferenciaban los fueros de los reinos hispánicos fronterizos es que se justificaban por una lealtad que se entendia inquebrantable a Dios, a la Patria y al Rey. Además del aspecto exótico que defienden hay que considerar el poder económico que suponen unos presupuestos controlados por los nacionalistas, pues su gran poder económico es una de las explicaciones de la dictadura nacionalista. El desfalco y fraude que ha protagonizado el cupo desde que está en manos de los nacionalistas es uno de los robos más grandes de la historia. Mientras que el régimen navarro dentro de sus carencias y debilidades ha aportado con justicia al sostenimiento de los gastos comunes el cupo ha sido la excusa para chantajear y chulear al Estado aportando siempre objetivamente mucho menos de lo que se recibe y no colaborando en los gastos generales de los que se benefician los vascongados (la propia fundación del BBVA lo ha denunciado en el mismo Bilbao), como en el reciente caso de la defensa de atuneros españoles por las Fuerzas Armadas. Los tradicionalistas se encontraron además con un apoyo esencial a la reivindicación foral con la doctrina católica --defendida por la máxima autoridad magisterial de todos los Papas-- del principio de subsidiariedad. Dicho principio ya estaba de hecho en la configuración tradicional de las Españas. Por contra los actuales "cupos" y "pseudofueros" no hacen más que reproducir la indeseable inmiscusión de lo público allá donde no le corresponde.
Más que la anulación del cupo de las Vascongadas, lo que deseamos es la restauración y correspondiente dignificación de todo el régimen foral hispánico y de su Monarquía legítima, corolario y garantía plena del mismo.

domingo, 22 de noviembre de 2009

Alakrana: vergonzoso punto y seguido.

Los desarrapados piratas mahometanos huyen con el botin. Se lo gastaron en prostitutas y drogas.
Una vez más el débil gobierno de ocupación neomarxista ha hecho el más clamoroso de los ridículos institucionales en el desenlace del secuestro del atunero "Alakrana". La rendición ante las exigencias de unos bandidos tercermundistas absolutamente desalmados --el relato del Patrón del atunero es espeluznante-- que están gastando el dinero del rescate, pagado por todos los españoles, en drogas y prostitutas pone de manifiesto la absoluta inutilidad del gobierno para enfrentarse a grandes crisis en las que se ponen en juego los intereses de toda una nación además de conceptos tan elevados como Justicia y Autoridad absolumente desconocidos y pisoteados por el mismo. Los medios del sistema por otra parte apenas han reparado en el sacrilegio cometido por los piratas mahometanos contra una imagen de la Virgen del Carmen, así como tampoco sobre la actitud del proetarra ayuntamiento de Bermeo, que además de solo ondear en su balcón la ikurriña también cuelga del mismo una bandera en favor de ETA (¿dónde está la deslegitimación institucional del terrorismo de la que hablan Ares y Basagoiti?).
Poco después del desenlace del secuestro ya se han intentado nuevos asaltos a barcos españoles. Las medidas aprobadas por el gobierno amparan intereses bastardos, pero no una preocupación sincera por nuestros barcos. Finalmente, pese a que se aseguró que legalmente no era posible, se apobó el embarque de seguridad privada en los barcos. Y la prestación de servicios de seguridad privada se ha concedido a Segur Ibérica. Dicha empresa de seguridad es participada por destacados miembros del PSOE, entre ellos Carmen Romero mujer del ex presidente Felipe González, aunque actualmente se encuentren separados. Dicha empresa es la encargada de la seguridad de casi todas las sedes del PSOE, entre ellas la nacional de la Calle Ferraz en Madrid así como de casi todos los Ministerios desde la llegada del PSOE al poder. Además también trabaja de modo principal con la Generalitat de Cataluña, en manos del PSOE y ERC. Ha protagonizado además no pocos incumplimientos del Convenio Colectivo de Seguridad Privada y de los derechos laborales de sus trabajadores. A los vigilantes además se les ha dado una formación tremendamente deficiente, de solo 72 horas y ni siquiera se les ha exigido la ha dado la Formación Marítima Básica, que es la habilitación mínima que cualquier persona ha de tener para trabajar en la mar y que ofrece conocimientos esenciales antes de embarcarse. Pese a ello los vigilantes han hecho valer de momento su experiencia previa en la Infantería de Marina española o ante situaciones muy difíciles como la escolta en Vascongadas y Navarra para repeler ya tres ataques contra pesqueros vascongados.
La Audiencia Nacional finalmente volverá a dejar sin juzgar a los piratas capturados, malogrando la labor realizada por las Fuerzas Armadas con su detención. Las presiones políticas han impedido se aplique la Ley sobre los piratas que establecia la posibilidad de juzgarlos en España, tal como pedia la Fiscalía.
A los piratas, desde las primeras navegaciones humanas, se les toma o se les hunde. Unos pacifistas de pacotilla no pueden acabar con este multisecular derecho consuetudinario y tradicional que es la ley del mar. Ni se negocia con ellos ni se anda con miramientos. Cuando los piratas ganan, España pierde, y viceversa. La rendición nacional se está celebrando como una gran victoria, no sólo por la vergonzosa exhibición de un Gobierno rendido, sino por una oposición degradada y unos medios de comunicación moralmente envilecidos. Todos celebran la victoria pirata y la derrota española. Lo malo es que la catastrófica gestión política, militar y diplomática del caso Alakrana, que ha culminado con el titular, España se rinde ante los piratas, no es el punto final. Tras la humillación española, la guerra continúa, porque los piratas –por definición situados en frente y fuera de todo derecho y toda ley–, siguen atacando.

sábado, 21 de noviembre de 2009

La muerte de la agricultura y el campo

En el día de hoy, 21 de noviembre de 2009, una inmensa movilización agraria ha colapsado Madrid exigiendo medidas para la salvación del sector. Un sector esencial para nuestra existencia; un sector de gran capacidad y potencialidad competitiva; un sector que custodia un modo de vida tradicional y sano; un sector que asegura la preservación de la naturaleza, siempre que se ejerza la actividad productiva con responsabilidad. El campo ha sido conducido a la ruina y con él se han cebado todas las grandes injusticias del sistema liberalcapitalista: la explotación del trabajo frente a la dignidad del mismo, el carácter urbanita de la Revolución con todos sus prejuicios frente al mundo rural y la necesidad de crecimientos económicos sin freno moral ni respeto por los modos tradicionales de producción ni por la calidad de lo producido.

Sometidos a la usura de préstamos de grandes bancos que absorbieron a las cooperativas del crédito agrícola, a la imposición a la baja de pequeños precios por el gran capital para luego especular con los mismos y que el consumidor pague por los mismos productos hasta treinta veces más, a estúpidas regulaciones que nunca redundan en mejor calidad sino en puras trabas burocráticas al tiempo que proliferan cultivos transgénicos y altamente perjudiciales, así como a la competencia de un mercado mundial que impone los productos de fuera antes que los propios, la dura actividad agraria hoy en día es contraproducente. El agricultor y el ganadero pierden dinero dejándose la vida en el campo mientras los grandes capitales de distribución se enriquecen de modo fraudulento. El gobierno socialista de ocupación de España y el gobierno mundialista de la U.E. imponen normas absurdas, regulaciones e impedimentos, pero son incapaces de regular el mercado y acabar con los abusos.

Desde las primeras políticas liberales desamortizadoras el campo ha sido herido de muerte. La voracidad capitalista y el neomarxismo pueden terminar de acabar con un modo de vida y producción tradicional ajeno a la miseria moral del nihilismo postmoderno.

miércoles, 21 de octubre de 2009

El liberalismo contra los pueblos. Del navarrismo al necionalismo.


Nos hemos ocupado reiteradas veces de la situación política del Reino de Navarra, tanto porque nos han llegado las oportunas colaboraciones como porque la singularidad de su régimen político, sin ser plenamente foral, aún custodia algunas singularidades del derecho tradicional que hacen que su alteración preocupe a todos los que luchamos por las Españas. Hemos tratado de la traición de UPN a los principios que dicen inspirarla, la defensa de Navarra, y que son la base del sustrato sociológico mayoritario en el Viejo Reyno. En estas continuas ceremonias de confusión el cercano quinto centenario de la victoria de los beamonteses está dando lugar a las más disparatadas dialécticas, como ya pasó hace un siglo. En aquel entonces fue el carlista Víctor Pradera Larumbe, el encargado de enmendar la confusión. En la actualidad además ha irrumpido un elemento nuevo: el nacionalismo sabiniano, especialmente en su versión marxista, posee más fuerza que hace un siglo. Y curiosamente, los que se supone que deben defender Navarra se han aliado en muchas ocasiones con los mayores enemigos de la existencia de Navarra para conmemorar dicho centenario. Así nos encontramos el apoyo institucional a la iniciativa batasunera 1512 Nafarroa bizirik en la que concejales de UPN,, CDN y PSN se han sumado a un demencial manifiesto elaborado en los ayuntamientos de pueblos de las Vascongadas gobernados por ANV y EA. Asimismo esta dialéctica también se ha hecho presente en la exposición titulado De Reyno a Comunidad Foral organizada en el Archivo de Navarra en lo referente a los hechos de 1512, aparte de la total omisión de las guerras carlistas y de la Cruzada, Precisamente UPN es uno de los principales enemigos de la Cruzada con la devastación, acompañada de no pocas complicidades eclesiales, de todo símbolo de la misma.

UPN ha claudicado y ha modificado el foralismo por un mero autonomismo estatutario protonacionalista. Así se diseñó esa calamidad constitucionalista del Estado de las Autonomias, en una carrera por la depredación cainita y el invento de hechos diferenciales. Navarra hoy en día ha sido conducida a ser un actor más de este espectáculo, haciéndola virar los políticos insensatos entre el panvasquismo y el antivasquismo, todo por un premeditado desapego de su genuina identidad histórica.

Navarra que llaman “corazón de España”, la antigua Vasconia o tierra de vascones, montañeses de tenaz apego a su independencia. Tierra de hayedos, pinabetes, rocas que vieron pasar muchedumbres de peregrinos que venían a visitar el cuerpo de Santiago. Gargantas de Roncesvalles por las que pasó Carlomagno, los Doce Pares y las huestes lúcidas. Dicen que el valí de Zaragoza, Suleiman Ibn Alarabí, le había llamado para pelear contra el emir de Córdoba y que luego se arrepintió, ello es que Carlomagno ni entró en Zaragoza ni venció a los moros; lo que hizo fue desmantelar los muros de Pamplona. Entró con sus bizarras huestes en son de conquista. Si solo hubiera tenido intento de pelear contra los moros, los vascones de estas tierras, cristianos todos ellos, le hubieran ayudado, pero vieron en él un enemigo a su independencia. Rodrigo Jiménez de Rada, dijo en su día, que Roncesvalles fue una victoria nacional de todos los pueblos de España, que eran acaudillados por el rey de León. Canta el romancero popular a Bernardo del Carpio como adalid de la independencia hispana, que no sufre la intromisión del emperador ni de gentes extrañas en los asuntos de nuestra patria, y tal es, de hecho, el espíritu de aquella batalla.


Sus montañas no fueron holladas por los moros, sus defensores fueron echándolos con tenacidad, de modo que a finales del S.VIII el territorio de Pamplona y la montaña, estaban regidos por señores independientes, bravos guerreros, hermanos todos, que fundaron un reino y un condado, el de Aragón. Nunca ha sido pues la antigua Vasconia, ajena a la historia de sus hermanos peninsulares. Condes de su misma sangre rigieron los destinos de la Jacetania y de Sobrarbe.

Como bien desarrolló Armando Besga, en un mundo rural, como el del primer milenio, el reino de Pamplona nació en una ciudad, esto es, nació en lo distinto: en lo heredado de Roma. Era ya en tiempos inmediatos a la invasión musulmana, una ciudad visigoda situada en la frontera con los vascones; fue la ciudad hispanocristiana que más veces se rebeló contra los musulmanes en el siglo VIII, lo cual indica la existencia de una alianza de los antiguos enemigos (Pamplona y vascones) frente a un enemigo común: el Islam. Esa alianza tuvo un carácter decisivo en la larga y compleja gestación del Reino hispano de Pamplona.

Por tanto, los orígenes hispanogodos del reino están y siempre estuvieron documentados: todo lo relativo al Derecho pamplonés y navarro se relaciona con la tradición romano-visigótica, los códices neogóticos encargados por miembros de la dinastía jimenda, utilización de la cursiva visigótica, etc…etc…etc…que para nada la hacía extraña a otras tierras hermanas como Asturias o Aragón, sino que mas bien, seguía su misma evolución.

Sancho III el Mayor, el gran monarca pamplonés, el “Rex Hispaniarum”, fue el artífice del nacimiento de los dos reinos que iban a ser llamados a cumplir el gran destino que la Providencia tenía reservado a la patria: por un lado Castilla, en la figura de Fernando el Magno (conde y padre del reino de Castilla en la figura de su hijo Sancho II) de sangre vascona como bien escribió Vizcarra Arana, y por otro lado, Aragón, en la figura de Ramiro su primer monarca y de sangre vascona como su padre y hermano. Castilla evangelizó América, Aragón con sus naves, conquistó el Mediterráneo.

Esa fue la cosmovisión no solo del Mayor, sino de sus descendientes. De un conjunto de tribus pirenaicas se pasó a un gran reino que extendía su influencia desde tierras gallegas a catalanas. De las montañas, se había bajado a tierra llana y la expansión hacia el sur (que luego quedó ahogada por los reinos que ella misma había fundado) se hizo inevitable y deseada, recayendo en Nájera su capitalidad. El hermoso romance navarroaragonés, se asentaba y la historia del antiguo Reyno corría pareja a la de sus hermanos peninsulares, con los que luchó codo a codo, pues todos compartían ya desde siglos la misma empresa, en las Navas de Tolosa la gran batalla, si no decisiva, de la Cristiandad en Occidente.

Fue el mismo Sancho VII el Fuerte, héroe y veterano ya de las Navas, quién firmó con Jaime I de Aragón un tratado de prohijamiento o adopción, por el que se instituían ambos dos, herederos de sus respectivos reinos; tratado que no llegó a cumplirse pero que dio muestra de la poca visión individualista, pero gran visión hispana que tenía el Fuerte. Por desgracia, en este caso, el pueblo navarro es celoso de su independencia y libertades y buena parte de él no vió con buenos ojos que su reino cayera en manos del rey conquistador, quizá recordando la amarga experiencia que quedó cuando el gran Alfonso el Batallador de Aragón y de Pamplona, lego sus reinos a las órdenes militares. A partir de ahí, Navarra se convirtió a su pesar, en patio de atrás de las dinastías francesas, salvo pocas excepciones como la de Carlos III el Noble, hasta que fue recuperada legítimamente por Fernando el Católico: Tanto su esfuerzo como el de su esposa, la gran Isabel la Católica, estaba en ensanchar su imperio por el ámbito geográfico que la naturaleza parecía haberles señalado. La Hispania romana y visigótica no podía ni debía estar mutilada por ninguna de sus partes y en ello centraron sus esfuerzos.

Proyectaron varios enlaces entre príncipes de Navarra y de Castilla, planes siempre frustrados desde el lado francés. Se intentó atraer a Juan y Catalina de Albret y apartarlos de la influencia francesa, protegiéndolos de las pretensiones de Juan de Foix, señor de Narbona, que pretendía arrebatarles la Corona. El propio Luis XII apoyaba a su sobrino Gastón de Foix con pretensiones al trono navarro, pero al fallecer éste en batalla, cambiaron las cosas. El interesado rey cismático de Francia se atrajo a Navarra de nuevo a su órbita y combatió al Papa Julio II por los territorios del norte de Italia, cosa que provocó su excomunión y la de sus aliados navarros y dio luz verde a Fernando, aliado de Roma, para recuperar, que no conquistar, el antiguo Reino. A partir de ahí Navarra se incorporó a Castilla, conservando sus fueros y libertades.

Dio Navarra grandes hombres que sintieron la causa de España como propia: ahí estaba Antonio de Leiva (1480-1536) que sucedió al Gran Capitán al mando de las tropas españolas en Italia; Rodrigo de Narváez; Pedro Vereterra, roncalés, célebre en las guerras de Italia; Pedro de Ursúa, baztanés y fundador de Tudela y Pamplona en Nueva Granada y explorador del Dorado y Omagua con 500 españoles; Francisco Espoz y Mina, azote de franceses en la Guerra de Independencia.

Dio grandes cronistas medievales como Rodrigo Jiménez de Rada, arzobispo de Toledo; Martín de Azpilicueta, maestro en materias morales; buenos médico como Juan Huarte; Fray Diego de Estella, notable escritor místico. Nacido en Tudela, Miguel Server gran médico y heterodoxo, quemado en Ginebra por el protestante Calvino; Don Juan de Palafox; San Francisco Javier, apóstol que él solo vale por 1000; Hilarió Eslava, maestro y compositor de música religiosa; Julián Gayarre, de voz maravillosa e ideas políticas detestables; Santiago Ramón y Cajal el más célebre premio Nobel español oriundo del enclave navarro en tierra aragonesa Petilla de Aragón, Pablo de Sarasate, el gran violinista; el autor de grandes zarzuelas, Emilio Arrieta y tantos y tantos otros que han engrandecido la tierra navarra y han dado nombre a España.
Reke Ride

martes, 20 de octubre de 2009

“De la vida y de la muerte”


Seréis como dioses, mágica consigna de la serpiente que invita y tienta a tomarse atribuciones del Creador y que, usada políticamente, sirve a conseguir la degradación moral y el embrutecimiento que ciertos regímenes necesitan para conseguir con ello el poder que, bajo la etiqueta de democracia, es en realidad el más grande destructor de la sociedad y de la familia. Embrutecimiento que pasa por la promiscuidad y por el todo vale.

Seréis como dioses
, invita a tomar a cargo propio la Vida y la Muerte; a decidir sobre realidades que quedan totalmente fuera de la decisión de la persona humana acerca de su origen y de su destino transcendente, y desde luego, sobre el don de la Vida.

Ahora me viene al pensamiento una homilía pronunciada meses atrás por el capellán de mis queridas amigas Carmelitas Descalzas: El Pater nos hablaba de sus tiempos en Misiones cuando cayó enfermo uno de sus colegas. Solía visitarlo a diario en el hospital en que se hallaba ingresado, a eso de mediodía. Uno de esos días, al concluir su visita, oyó el profundo, cadencioso, doloroso toque de difuntos. Y así el día siguiente, y el otro... Extrañado se dirigió al capellán del hospital para preguntarle si no era mucha casualidad que todos los días, a las tres en punto de la tarde, las campanas doblaran a duelo, a lo que el buen sacerdote respondió lacónicamente: “A esta hora es cuando se practican los abortos en este hospital”.

La realidad es que la muerte está tanto en esos personajes políticos que instrumentan estas ideas como en los que simplemente consienten; está en esas mujeres indignas que defienden el asesinato más vil y sucio que conocerse pueda: el de seres indefensos, el de criaturas de Dios que no pueden reclamar su derecho a la vida porque se lo arrebatan en medio de sus consignas sacrílegas.

La eutanasia y el aborto: el pecado original en vivo y en nuestros días. El creerse como Dios ya que pueden decidir cuando y a quien dar muerte. La muerte está en sus almas, instalada en sus durísimos corazones de piedra, enredada en sus acciones y en sus pensamientos.

Desprecian la Vida, regalo de Dios, y confunden lo que significa el libre albedrío que Dios otorgó a sus criaturas. Creen que escaparán a la Ley de Dios: ¿dónde se esconderán de su mirada? Tan entorpecida, vil y ensoberbecida está su conciencia que no les permite comprender que ellos mismos están realizando su condenación.
Que ellos mismos...

“...sean como babosa que se deslíe al andar,
como aborto que no llega a ver el sol.” (Sal 57, 9).

Más les valdría reflexionar en lo que, muy a propósito, dice el capítulo 17 del Libro de Sabiduría.

Y para quien tenga la tentación de tratarme de intolerante, allá va este brindis:

“La vida se ha convertido en una palabra clave de nuestro tiempo frente a las amenazas de una “civilización” de la muerte... La verdad, en cambio, no forma parte de las ideas preferidas de esta época; se suele asociar con la intolerancia, y es considerada más como amenaza que como promesa. Pero justamente por eso es tan importante que preguntemos por ella y nos dejemos interrogar por ella a la luz de Cristo.” Joseph, Cardenal Ratzinger, Un canto nuevo para el Señor, Salamanca 2005, 23.


P. de Beira

lunes, 12 de octubre de 2009

Objeción de conciencia y doctrina política católica


Roma, 9 octubre 2009, festividad de los Santos Juan Leonardi, confesor y fundador; Dionisio, Rústico y Eleuterio, mártires; Luis Beltrán, confesor.

Con ocasión del próximo Congreso Internacional «Estado y conciencia» de la Unión Internacional de Juristas Católicos que se celebrará en Madrid (D.m.) los próximos días 12 y 13 de noviembre, Patricia Navas ha entrevistado al profesor Miguel Ayuso Torres, para la agencia ZENIT:

Acompañar objeción de conciencia con doctrina política católica, pide jurista

Entrevista a uno de los organizadores del congreso «Estado y conciencia»

MADRID, viernes 9 de octubre de 2009 (ZENIT.org).- «La verdadera resistencia ante las injerencias de parte del Estado debe venir acompañada de la auténtica afirmación de la doctrina política católica». Lo señala el profesor de Ciencia Política y Derecho Constitucional Miguel Ayuso en la siguiente entrevista concedida a ZENIT. Ayuso forma parte del comité del congreso de la Unión Internacional de Juristas Católicos que se celebrará en Madrid el 12 y 13 de noviembre sobre el tema «Estado y Conciencia». Entre las diversas personalidades que participarán en el Congreso se encuentran el cardenal Jean-Louis Tauran, presidente del Consejo Pontificio para el Diálogo Interreligioso, y el arzobispo Raymond L. Burke, prefecto del Supremo Tribunal de la Signatura Apostólica.

– ¿Actualmente están los Estados tomando terreno en el ámbito propio de la conciencia?

Miguel Ayuso: Es cierto que nuestros días puede hacerse más evidente la potencial conflictividad de la relación entre el Estado y la conciencia. Hay que tener presente que el Estado moderno nació basado en la afirmación de la libertad de conciencia, que ha conducido finalmente a constituir al poder político como fuente única de moralidad.

– ¿Podría poner algunos ejemplos?

Miguel Ayuso: Esto se ve con claridad en la vida interna de los Estados y en la de las organizaciones internacionales. Así, los criterios con que se pretende evitar el contagio del SIDA o regular la natalidad presuponen la exclusión de cualquier normatividad moral de origen religioso. Al mismo tiempo, el Estado separado de la Iglesia también tiende a negar la presencia de la fe en la educación o en la vida social. He ahí el dinamismo por el que el liberalismo descristianiza, como se hace patente en un mundo en el que los paradigmas de la modernidad fuerte se disuelven en un discurso de matriz nihilista.

– ¿Qué diferencias hay en este sentido respecto al pasado?

Miguel Ayuso: Para empezar, hay que distinguir, con la recta filosofía y la doctrina católica, entre libertad «de» conciencia y libertad «de la» conciencia. La segunda, que la Iglesia defiende, no es sino el reflejo de la ley moral objetiva inscrita en la conciencia, en todas las conciencias. La primera, en cambio, que es la de la cultura moderna, y la que se ha impuesto, supone la reclamación de una autonomía moral subjetiva. Las consecuencias políticas de la distinción no son pequeñas. Porque la libertad «de» conciencia lleva al individualismo exasperado, que se resuelve en una visión del derecho positivo como pura fuerza, y que presupone el concepto de libertad negativa, esto es, la libertad sin regla. Pero afirmar que todas las concepciones morales y religiosas tienen derecho de ciudadanía, con el único límite de que los actos que provengan de las mismas no dañen a otros, implica sostener que cada uno puede, en la esfera privada, hacer lo que le plazca. El hecho de drogarse, rechazar transfusiones de sangre necesarias, tener varias mujeres o evadir capitales al extranjero, por poner casos de distinta densidad, se convierten en problemas insolubles.

– ¿Cómo se pueden limitar las injerencias del Estado en los ámbitos propios de la conciencia?

Miguel Ayuso: Una primera solución conduce hacia los terrenos de la objeción de conciencia. Conviene, sin embargo, trazar aquí una distinción paralela a la que acabamos de hacer sobre la libertad de conciencia. Hay también una objeción «de» conciencia y una objeción «de la» conciencia. E igual y lógicamente la primera resulta ajena y contraria a la cultura católica; mientras que la segunda no es sólo aceptable sino que puede resultar incluso obligatoria en función de las circunstancias. Por eso, en nuestros tiempos, se oye hablar mucho de objeción de conciencia. Y bien está en cuanto supone el rechazo de leyes esencialmente injustas. Aunque con frecuencia lleva consigo una cierta ambigüedad, por el contexto de afirmaciones políticas en que se formula, y que no siempre discierne con claridad la objeción «de la» conciencia respecto de la objeción «de» conciencia. De ahí que la verdadera resistencia ante las injerencias de parte del Estado debe venir acompañada de la auténtica afirmación de la doctrina política católica. Ésta es la que sostiene que el Estado (o mejor, la comunidad política) es un instrumento del orden que se funda sobre una invariante moral, de modo que cuando se prescinde de ella no sólo se rechaza el que podríamos llamar «Estado católico», sino que es el propio «Estado» el que desaparece. No es frecuente, sin embargo, escuchar este tipo de afirmaciones en el mundo católico contemporáneo, quizá porque ha sido engullido (aun inconscientemente) por la cultura liberal.

– ¿Por qué se ha escogido para el congreso de este año el tema «Estado y Conciencia»?

Miguel Ayuso: En primer lugar, se trata de un tema central de la filosofía práctica, esto es, moral, jurídica y política. Nunca está de más, por lo tanto, contribuir a esclarecer conceptos tan importantes, tanto en sí mismos como en su interrelación, para los profesionales católicos del derecho. Pero no puede ocultarse que, en segundo lugar, la experiencia contemporánea hace más urgente esa reflexión, en cuanto exige el enjuiciamiento de múltiples cuestiones delicadas en las que está implicada la relación del Estado y de su ordenamiento jurídico con la conciencia.

– ¿Cuántas personas, y de cuántos países, prevé usted que participen en el Congreso del mes de noviembre?

Miguel Ayuso: La Unión Internacional de Juristas Católicos es una asociación privada internacional de fieles de derecho pontificio, dotada de personalidad jurídica, cuya sede central se encuentra en Roma, en el Palacio de la Cancillería, que goza de extraterritorialidad por pertenecer a la Santa Sede. Reúne profesionales o estudiosos del derecho de veinte países y tiene más de cinco mil socios. En este Congreso, el primero mundial que se celebra desde 1994, esperamos unos trescientos participantes, procedentes de una quincena de países. Por el momento, han anunciado su presencia colegas de Estados Unidos, Méjico, Colombia, Perú, Chile, Argentina, Uruguay, Brasil, Portugal, Francia, Italia, Hungría y Polonia, además de España naturalmente.

[Por Patricia Navas]

La corrupción como signo del sistema demoliberal (II)


En la anterior Bitácora Montejurra ofrecimos en enero del año 2006 una aproximación al fenómeno de la falsa representación de la democracia liberal y sus relaciones con la corrupción. El actual artículo, al hilo de los últimos escándalos de corrupción, viene a completar lo señalado en su día sobre la devastación que el derecho nuevo ha realizado sobre las firmes y justas instituciones del derecho tradicional hispánico.


La corrupción como signo del sistema demoliberal (II)

La tan celebrada por los políticos del Sistema Constitución de 1812 estableció entre sus múltiples y nefastas novedades la abolición del juicio de residencia (o purga de taula según la tradición de la Corona de Aragón) y del mandato imperativo. Se acababa así como una institución secular del derecho hispánico (en toda su amplitud, pues se aplicó tanto en la nueva como en la vieja España), que suponía una garantía de justicia en la administración de las potestades públicas. La Constitución de 1812 y todas las que la han continuado (con razón la actual de 1978 se proclama heredera de la misma) abrieron además la puerta a la proliferación de agentes y cargos públicos, que a la larga han generado una administración hipertrofiada e hiperburocrátizada, con desplazamiento de los cuerpos intermedios y asunción por parte del Estado de tareas que no le correspondian. Al margen de la valoración, obviamente negativa, que produce esta multiplicación de los cargos públicos la lógica más elemental aconsejaría el mantenimiento de las instituciones de control y fiscalización de la actividad pública. Pero para el sistema demoliberal fue al revés, cuanto más crecía la administración paralelamente menos controles se establecían sobre la misma. Por lo que obviamente la corrupción terminaba signando este modo de organizar lo público.

Esta corrupción generalizada afecta a todos los partidos demoliberales (es decir, todos los del actual arco parlamentario). La corrupción hoy en día es una característica esencial más del sistema demoliberal, articulado en torno a una representación bastardizada por los partidos políticos, sumisos a la exigencias de la finanza, la sinarquía y la mediocracia (retroalimentándose todos). Cuando sale a la luz algún caso de corrupción no es más que un arma política con la que desgastar al rival, pero no hay voluntad de acabar con ella ni de llegar al fondo de todos los asuntos (recordemos a título de ejemplo la inhibición de la Fiscalía ante el célebre caso del "3%" de comisiones exigido por la Generalitat catalana en el periodo de CiU, comisión que es muy posible que siga manteniendo el actual tripartito nacionalsocialista). Al problema de la corrupción se une el problema de la representatividad. Se prohibe el mandato imperativo, impidiendo un control efectivo por parte de los electores y es el partido quien aleatoriamente quita y pone el candidato.

Frente a la opacidad de la actual gestión pública no hay nada que inventar, pese a la nefasta mentalidad revolucionaria que esclava de continuas innovaciones que no aportan ningún remedio efectivo. La Tradición nuevamente es la solución, en ella encontramos instituciones que funcionaron eficazmente durante siglos y que si Dios quiere volverán a funcionar.


174 Juicios de residencia
Al abandonar la cartera ministerial - y al igual que todos los demás funcionarios públicos de la administración nacional, regional o local - cada ministro debe estar sometido a un juicio de residencia. En el caso de los ministros, el tribunal residenciador debe estar compuesto por cuatro magistrados seleccionados por sorteo y presididos por el presidente del Tribunal o Consejo Supremo de Justicia. Correlativamente, para los funcionarios de inferior rango los tribunales residenciadores se formarán con miembros de los proporcionales escalones inferiores de la escala judicial, a tenor de la importancia de sus puestos.
Los juicios de residencia deber n durar al menos tres meses, y durante dicho plazo el funcionario residenciado no podrá ausentarse del país ni disponer de sus bienes, para que éstos respondan eventualmente del resarcimiento de los daños y perjuicios causados durante el período de su actuación oficial.
¿QUE ES EL CARLISMO? (1971)
Edición cuidada por Francisco Elías de Tejada y Spínola, Rafael Gambra Ciudad y Francisco Puy Muñoz.
Centro de Estudios Históricos y Políticos "General Zumalacárregui"Escélicer, Madrid, 1971


LA APORIA DE LA REPRESENTATIVIDAD EN EL SISTEMA DEMOCRÁTICO, LA CORRUPCIÓN COMO SIGNO DEL SISTEMA DEMOLIBERAL
Publicado en la Bitácora Montejurra en enero del 2006

La modernidad jurídico-política inauguró un sistema de representación inorgánico a través del mecanismo de los partidos políticos y el establecimiento del constitucionalismo. Los representantes de los ciudadanos –nueva categoría política que nace al calor de la revolución- lo son de “toda la nación” y por ello se prohíbe el mandato imperativo para los miembros de las Cortes Generales (en nuestra constitución del 78 lo está por el art. 67.2). El profesor Garronera Morales realiza una síntesis explicativa de la representación inorgánica liberal: "Los teóricos liberales y los revolucionarios que ponen en práctica aquellas doctrinas convierten la supresión del mandato imperativo en auténtico banderín de enganche de los nuevos tiempos. La explicación es lógica. Ya no hay un mero agregado de delegados inconexos. Ha surgido un nuevo sujeto: la Nación y es ésta quien, como titular de la soberanía dicta la verdadera voluntad del Estado. Siendo así, no hay una voluntad previa preconstituida o preexistente a la propia de la Nación. Los representantes con su debate, deliberación y votación, contribuyen a configurar la voluntad nacional, pero no en función de los concretos intereses de sus electores y, menos aún, en calidad de mandatarios, sino como miembros del Parlamento Nacional, auténtica expresión de la nueva soberanía. La consecuencia lógica no se hace esperar: La prohibición del mandato imperativo va acompañada de la configuración de los votantes como cuerpo electoral cuya tarea es elegir a la Cámara pero cuya voluntad no puede predeterminar en modo alguno la libre voluntad del representante. Aún más, la firme convicción del liberalismo de que el libre debate en el Parlamento es la conditio sine qua non para la adopción de una decisión coherente con el interés nacional exige la más absoluta libertad del representante, que en modo alguno puede verse coartada por aprioris o mandatos esencialmente perturbadores". Representación política y constitución democrática : (hacia una revisión crítica de la teoría de la representación) Civitas 1991.

Esta construcción argumentativa viene viciada por la propia filosofía del modelo político. Y la práctica se encarga de ponerlo continuamente de manifiesto. En primer lugar resulta contradictorio que alguien elegido por un partido con unos esquemas ideológicos determinados pueda arrogarse la representatividad de toda la nación (en su sentido político y polémico) y de los intereses de la misma (pues la ideología fragmenta el todo). Por ello el legislador liberal ha arbitrado diversos mecanismos para hacer valer la independencia del diputado por encima de la disciplina partidista, pero nos encontramos con una nueva aporía, pues el sistema electoral español (excepto en el Senado, cámara alta anecdótica y sin apenas capacidad legislativa o de control) es de listas cerradas, y el elector por tanto vota a una opción ideológica, no a una persona concreta. Resulta aún más paradójico el hecho de que se les atribuya a los diputados el ser representantes de la nación cuando muchos de ellos no ocultan su voluntad secesionista y contra la existencia de la propia nación. Son los partidos quienes seleccionan y presentan a los candidatos, quienes los representan ante la autoridad electoral, quienes financian las campañas electorales y, también, quienes deciden el relevante dato del orden de las listas, aspecto trascendente cuando el sistema electoral es, (como el español) cerrado y bloqueado.

En el régimen político de la Monarquía Tradicional se partía de una noción mucho más auténtica que la artificiosa representación liberal. Del carácter social del hombre y de la inevitable existencia de intereses encontrados en la sociedad se derivaba la necesidad de representación genuina y lo que es más importante: sujeción a lo mandado y mecanismos de responsabilidad ágiles, con lo cual quedaba conjurado todo peligro de manipulación arbitraria. Asimismo la auténtica transparencia en la gestión pública quedaba salvaguardada con la institución del Juicio de Residencia, institución que alcanza su máximo esplendor en la custodia del buen gobierno de las Españas de Ultramar. Siguiendo el manifiesto de la Festividad de los Santos Reyes de 1932 de SMC Alfonso Carlos I: “Cortes verdaderamente españolas, ligadas en los casos trascendentales por el mandato imperativo de sus electores, dignas sucesoras de aquellas gloriosas Cortes de los antiguos reinos, aunque acomodadas también, en lo que fuere preciso, a las exigencias harto complejas de los tiempos modernos, y no Parlamentos estériles, donde triunfa la garrulería y el escándalo; ni diputados que apenas conozcan sus distritos, como no sea para someterlos al yugo de sus caciquismos electorales. La Monarquía que yo proclamé debe ser Monarquía de verdaderas repúblicas, es decir, de Municipios libres verdaderamente, tales como España los concibió durante dilatados siglos de su Historia; baluarte inexpugnable de las libertades públicas y honrado ejemplo de escrupulosa administración”.
Además el partido político plantea aún más problemas. En tanto que no es una unidad natural que represente intereses concretos, sino una creación ideológica, lo que resulta ya suficientemente expresivo, “pues es la mentalidad ideológica, producto de la fragmentación del orden ontológico, la que ha portado a la razón moderna a un constructivismo negador del orden natural” (1). Estas unidades artificiales al no poder autofinanciarse por no dar lugar a una actividad productiva que justifique su incardinación social acuden como hemos visto recientemente a las irregularidades en el gobierno y a la obtención de créditos multimillonarios por la banca, que luego se pagan en razón de favores estrictamente políticos. Asimismo en este ámbito también entra la compra de los medios de comunicación con la consiguiente manipulación de la información en las sociedades postmodernas. Con lo cual se teje un triangulo vicioso entre la partitocracia, la mediocracia y la plutocracia alentado por el fundamento ideológico de la democracia liberal, que es la libertad de conciencia y religiosa.

En este contexto de crisis de representatividad actual voces representativas de paradigmas intelectuales dispares como Salvador de Madariaga o Gonzalo Fernández de la Mora han abogado por una suerte de corporativismo diferente de la opción del fascismo de entreguerras y de determinados regímenes autoritarios de postguerra. Es un intento de respuesta a un problema estructural de la democracia, que en su versión orgánica intenta una aproximación a la representación tradicional, pero con la que subsinten determinadas diferencias. Se trata de introducir una corrección a las imperfecciones y contradicciones de la representación partidista, que tampoco han podido ser colmadas con los instrumentos de democracia directa o semidirecta. Cuando se asientan las democracias representativas las mismas se guardan, paradojicamente, contra estos instrumentos directos, estableciendo determinadas cláusulas de intangibilidad en el conocimiento de asuntos y no concediendo carácter vinculante a los mismos. Al margen de regulaciones positivas podemos constatar por la vía de los hechos como una suerte de neocorporativismo con la forma genérica de lobbys extraparlamentarios guían cada vez más la agenda de los gobiernos. La alegalidad de los mismos determinan situaciones complejas, más allá de una supuesta vuelta a la sociedad civil. Los poderes son cada vez más ocultos y los mecanismos del poder cada vez se hacen más difícil de determinar pese a los formalismos jurídicos.

Por el contrario el fundamento del derecho tradicional —analiza hoy Elio A. Gallego— “descansa en el modo propio en que hemos sido creados y de lo que nos es debido para nuestra perfección (2)”. El mandato imperativo como sujeción a los intereses de los diversos componentes de una sociedad, la unidad de poder y mando en la monarquía hereditaria que evitaba las luchas por el poder y aseguraba la encarnación del mismo (frente a la actualidad en la que se puede hablar con razón sinarquía y poderes ocultos en la toma de la mayoría de las decisiones) evitando las conspiraciones y luchas internas, dotando de libertades concretas a los organismos que constituyen la sociedad, y limitando el poder del Rey a través del orden ético custodiado por la Iglesia y por las Cortes auténticamente representativas y las zonas de inmunidad de actuación de la potestad regia. Con un poder encarnado y personalizado en el Monarca frente a la indeterminación de las estructuras de poder sinárquicas modernas. Estos son los fundamentos del orden social cristiano, que definiera San Pío X en “Notre Charge Apostolique,” de 1910: “No, Venerables Hermanos —preciso es recordarlo enérgicamente en estos tiempos de anarquía social e intelectual en que todos sientan plaza de doctores y legisladores—, no se edificará la ciudad de modo distinto de como Dios la edificó; no se edificará la sociedad si la Iglesia no pone los cimientos y dirige los trabajos; no, la civilización no está por inventar ni la ciudad nueva por edificar en las nubes. Ha existido y existe: es la civilización cristiana, es la ciudad católica. No se trata más que de restablecerla y restaurarla sin cesar sobre sus fundamentos naturales y divinos contra los ataques, siempre renovados, de la utopía malsana, de la rebeldía y la impiedad. Omnia instaurare in Christo”.


(1) Actas de la XLI Reunión de amigos de la Ciudad Católica. “La ideología contra la verdad”. Barcelona, noviembre de 2003.
(2) “Tradición jurídica y derecho subjetivo”, Madrid, ed. Dykinson, 1996, p.47

sábado, 10 de octubre de 2009

Reconquista de Valencia

Valencia, 9 octubre 2009. Este viernes, el aniversario de la reconquista de Valencia por el Rey Don Jaime I (la primera reconquista de la ciudad la hizo El Cid Campeador en el año 1094) se ha conmemorado un año más en el antiguo Reino de Valencia. Los actos principales tuvieron lugar en la ciudad de Valencia, Cap i Casal de lo Regne. Pese al sofocante calor del mediodía más de cien mil valencianos (en lo que sigue uno de los actos populares más masivos, tras la procesión en mayo de la Mare de Deu dels Desamparats, Patrona del Reino de Valencia y la ofrenda floral con ocasión de las Fallas en honor de San José) han llenado las calles principales de la ciudad, al tiempo que miles de balcones amanecían con la Real Senyera y la bandera de España. El descenso de la Real Senyera tuvo lugar desde el balcón del ayuntamiento, sin inclinarse, con los acordes de la Marcha Real interpretada por la banda de Valencia y tras ella el repicar de campanas de la Catedral. En la comitiva oficial acompañaban a la Real Senyera políticos y autoridades eclesiásticas y militares. A su paso se agitaron miles de banderas valencianas y españolas, con gritos en favor del Reino de Valencia, la Real Senyera y la lengua valenciana. Los políticos, tanto los del PP como del PSOE, han sido objeto un año más de contundentes críticas por la deriva pancatalanista a la que están llevando al antiguo Reino. Tras el paso de la comitiva oficial decenas de miles de valencianos, muchos ataviados con trajes tradicionales, procesionaron tras la Real Senyera, que entró en la Catedral para entonarse un solemne Te Deum. La procesión recorrió la plaza de la Reina, bajó la calle de La Paz, donde a la altura del consulado marroquí muchos valencianos profirieron gritos de "Valencia cristiana, mai musulmana" e "islamistas terroristas" siguió hasta el Parterre, donde se realizaron decenas de ofrendas a los pies de la estatua de Don Jaime y se entonaron nuevamente el himno regional y la Marcha Real. Los actos terminaron nuevamente en la plaza del ayuntamiento con una mascleta. La estatua de Francesc de Vinatea, el más significado juriconsulto del Reino de Valencia también recibió decenas de ofrendas florales. Por la tarde desfilaron collas de moros y cristianos y tuvo lugar una importante corrida de toros.

Provocación nacionalista

El Bloc Nacionalista Valencia anunció este año su presencia en la procesión cívica del 9 de octubre, lo que crispó desde hace días los ánimos de muchos valencianos. El delegado del gobierno, el comunista Ricardo Peralta, desplegó un disparatado despliegue policial para proteger a los nacionalistas. La policía llegó incluso a incautarse arbitrariamente de banderas y proponer multa a sus portadores. Sin embargo eso no amedrentó a los valencianos, que en cuanto detectaron la presencia de los indeseables del Bloc impidieron que se unieran a la procesión cívica realizando una sentada pacífica. Como desagravio a la provocación nacionalista del año pasado en que se desplegó una enorme bandera separatista al paso de la Real Senyera, este año una enorme Real Senyera saludó el paso de la procesión a la altura de la plaza de San Vicente Mártir.

Actos de la tarde

Por la tarde, el Grup d''Accio Valencianista convocó un acto cultural y festivo en la plaza del Parterre. Con ello se evitó la presencia de indeseables nacionalistas a los pies de la estatua de Don Jaime, como venía siendo habitual. Albaes y canciones tradicionales valencianas, dolçainas y tabalets crearon un bellísimo ambiente de valencianidad en una plaza usurpada otros años por los enemigos del Reino de Valencia y de España. Don Pascual Martín-Villalba, segundo presidente del GAV --con la autorización de Don Sixto Enrique de Borbón, que estampó su Real firma sobre su carnet del GAV, como suele recordar-- presente en los actos recibió un sentido homenaje de los presentes. Paralelamente tenia lugar una manifestación nacionalista, que apenas reunió a 500 personas, muchas venidas en autobuses desde Cataluña. Pese a los desperfectos causados en el mobiliario urbano, pintadas en edificios particulares, insultos y amenazas de muerte a los valencianos que reprochaban la presencia de los indeseables, la policía no actuó contra los provocadores nacionalistas, que sin embargo sintieron el rechazo radical del pueblo valenciano.

Presencia carlista

Durante la mañana un grupo de jóvenes carlistas de diversas partes del Reino acompañaron a la Real Senyera en la procesión, portando banderas con la Cruz de Borgoña, saludada con enorme simpatía por el pueblo valenciano. Invitados por los organizadores de los actos del Parterre, también estuvieron presentes en el acto valencianista de la tarde. Se repartió abundante propaganda carlista y se fijaron pegatinas por todo el centro histórico. El día anterior, 8 de octubre, los carlistas acudieron a la exposición "Els Furs. La identitat d'un poble" en el Palacio de la Almoina. Una exposición bastante interesante sobre el derecho tradicional valenciano, aunque no exenta de errores debidos a la mentalidad liberal, autonomista y constitucionalista con la que se afronta el hecho foral.

sábado, 3 de octubre de 2009

España a pique en el Índico

La ministro de cuota, Carmen Chacón, en el acto manipulado por el nacionalismo del onze de setembre en Barcelona, con los andaluces renegados del PSC.

Coincidiendo con el anuncio del gobierno español de desamparar a los atuneros españoles que pescan en aguas del Índico (unos caladeros en los que los pescadores españoles faenan desde hace cientos de años) ha sido atacado y secuestrado el atunero “Alakrana”, con base en el puerto vizcaíno de Bermeo. Los ataques e intentos de secuestro a embarcaciones españolas se cuentan por cientos, no solo a barcos pesqueros, sino también a mercantes, expediciones oceanográficas o a instituciones caritativas. La actuación del Gobierno de ocupación de España ha sido como siempre torpe y cobarde, asumiendo las exigencias de los criminales (algo de lo que este gobierno sabe mucho por su claudicación ante la banda criminal separatista y de extrema izquierda ETA). Este gobierno de títeres ni siquiera es capaz de poner orden interno y permite el chuleo de algunos barcos españoles que izan ilegalmente el trapo sabiniano, la ikurriña, como si representase algún pabellón. No obstante el PNV, uno de los partidos que más ha trabajado contra las Fuerzas Armadas, ahora exige que vayan infantes de marina --recordemos que la Infantería de Marina española, creada en 1537, es la más antigua y ha sido la más gloriosa del mundo-- a bordo de los barcos españoles, recogiendo el clamor de todos los puertos españoles (especialmente los vascongados) y como ya hacen otros países.

Es conveniente analizar algunas claves del conflicto. En primer lugar “Somalia” es uno de los llamados “Estados-fallidos” consecuencia de la enorme tragedia que fue el proceso de descolonización amparado por la ONU. Tragedia que sufrieron tanto las potencias occidentales (recordemos la masacre de franceses y españoles en Argelia y las gestiones que el Carlismo hizo por los patriotas que luchaban contra el islamista FLN, nombrando Don Javier al General Salan “Requeté de Honor”), como los pueblos a los que la ONU dotaba precipitadamente de Estado. Somalia precisamente ha sufrido algunos de los episodios más inhumanos de la descolonización, con enormes hambrunas de magnitud desconocida antes de la descolonización y salvajes guerras entre clanes por el dominio del Estado. Siempre con el común denominador de la presencia del mahometanismo más radical y un particular odio al cristianismo. El antiguo Reino de Aksum (que se extendía por parte de las actuales Somalía y Etiopía) fue uno de los primeros reinos en adoptar oficialmente el cristianismo, aunque el Evangelio entró muchos años antes en la región. En Etiopía, pese a lo lamentable de los cismas y las herejías que han roto la unidad de la Iglesia, aún se conservan algunos signos de lo que fue uno de los primeros reinos cristianos, representado por el gobierno del Negus Nagast. De ahí deriva la particular animadversión de los gobiernos somalíes a la vecina Etiopía. En este clima de devastación islamista la economía se encuentra permanentemente hundida y se alienta la piratería contra los que consideran “infieles”, armados en su mayoria por el grupo terrorista al-Shabab. Asimismo, como señalara el diario británico The Independent el pasado abril una parte significativa del dinero de los rescates se ha blanqueado mediante cuentas bancarias en los Emiratos Árabes y otros puntos de Oriente Próximo, llegando parte del mismo a militantes islamistas.


¿Qué hace el gobierno (de ocupación) de España en este escenario? Después del secuestro del "Playa de Bakio" el gobierno pagó el rescate a los piratas (el resto de potencias, como Rusia, o han recuperado a los rehenes por la fuerza o si pagaron fue en el marco de una estrategia más amplia para localizar y perseguir a los piratas). Además con el agravante de que esta embarcación izaba ilegalmente el trapo sabiniano. Tras este secuestro la pacifista ministro de cuota Chacón lanzó la idea de que España comandaría la flota internacional. Pese a la campaña mediática España no comandó nada, siendo un país más en la zona, carente de medios efectivos. Por otro lado la flota internacional solo ha tenido resultados relativos. Las fragatas y destructores no están pensados para librar una guerrilla naval contra lanchas y barcos ligeros. Comparativamente ha sido mucho más efectiva la flotilla desplegada por Rusia.

Una vez acabada el gobierno se desentiende por completo de la suerte de los pescadores españoles (mientras mantenemos grandes operativos y arriesgamos la vida de soldados españoles al servicio de la geoestrategia anglosionista en Afganistán) y les insta a que “contraten seguridad privada”. Lo que a priori podría ser una solución factible ante la pretensión del gobierno de ocupación de impedir actuar a la Armada y el recorte de medios a la que continuamente la somete --y en cierto modo acorde con el principio de subsidiariedad— se enfrenta a las tremendas limitaciones y contradicciones legales que el mismo gobierno establece, pues no autoriza a la seguridad privada a portar armas largas rayadas a bordo de los barcos. Además el anuncio se hace sin la premura suficiente, casi cuando está acabando la campaña del atún, para establecer un operativo efectivo.

En el ámbito diplomático el pasado 31 de julio el gobierno títere de ocupación anunciaba el aumento de la ayuda a Somalía en 1,3 millones de euros, al tiempo que paralelamente se establecía un recorte del presupuesto del Ministerio de Defensa para el año 2010. Recorte del 6´2%, el mayor proporcionalmente de la historia para uno de los ministerios más castigados por la falta de recursos y de capacidad operativa. La improvisación e ineptitud con que este gobierno acomete cualquier acción es de órdago. El envío de ayuda a Somalia es un regalo al Gobierno Transicional de Somalia, un órgano controlado por el integrismo islámico que pretende perpetuar la tiranía sunni en el cuerno de África mediante la persecución brutal a los cristianos y el intento continuo de invadir Etiopía.

El gobierno más débil de la historia arrodilla a España ante las pretensiones de unos bandidos tercermundistas. Como señaló el despacho de FARO de 16 de septiembre de 2009:
  • Sería difícil hacer más burla de las Fuerzas Armadas y de los españoles que pagan los abusivos impuestos del régimen imperante. Sería difícil dejar más claro que el Gobierno (de ocupación) de España no defiende los intereses de la nación ni las vidas de sus súbditos, a los que insultantemente llama "ciudadanos".
  • Pero, ya que así lo ponen, desde FARO lanzamos una propuesta: recuperar las patentes de corso, para que barcos privados se armen y combatan a los piratas. Como dichas patentes solía darlas el soberano legítimo, sugerimos que, si el Gobierno (de ocupación) no lo hace, las otorgue desde el exilio S.A.R. Don Sixto Enrique de Borbón.
  • (Mientras tanto, las tropas españolas siguen teniendo que repeler ataques cada vez más feroces en Afganistán, donde han sido obligadas a custodiar las elecciones organizadas por el integrista mahometano Karzai, elecciones que la propia Unión Europea acaba de reconocer fraudulentas. El Gobierno sigue sin reconocer que se trate de una misión de guerra).

Addenda: Días después de escribir estas líneas, el 7 de octubre de 2009, un nuevo soldado español ha muerto en Afganistan. Se trata del Cabo Cristo Ancor Cabello Santana, natural de Las Palmas de Gran Canaria, del Regimiento de Infantería Soria Nº 9, que murió a consecuencia de las heridas sufridas al tocar su vehículo, que formaba parte de una patrulla del contingente español, un artefacto explosivo cerca de Herat. Otros cinco militares españoles han resultado heridos. Rogamos oraciones por su eterno descanso. Con él ya son 83 los soldados españoles muertos en la absurda misión en Afganistan.