
Resulta asombrosa en primer lugar la frivolidad con que se pretende identificar a UPN con el Carlismo. Lamentablemente algunos sedicentes carlistas han contribuido a esta confusión, pidiendo el voto a UPN (al igual que hacen en el resto de España para el PP) como aceptando cargos políticos de gobierno en Navarra. Si bien es cierto que entre los grupos que concurrieron a formar UPN había carlistas y que buena parte de las bases militantes, votantes e incluso no pocos concejales (especialmente en los pueblos de Navarra con mayor presencia de nacionalismo terrorista) de UPN sí podrían englobarse dentro del carlismo sentimental o vivencial (preferimos dicho término al confuso y pretenciosamente científico de “sociológico”) resulta soez identificar a sus cargos de gobierno y dirigentes actuales con el Carlismo. Si algún antecedente ideológico tienen es el llamado fuerismo liberal, que representó en Navarra Juan Yanguas Iracheta. Con toda la carga contradictoria que eso representa. El fuerismo liberal es una ilusión, un postizo del verdadero fuerismo, que se circunscribe dentro de todo el ente moral de la Tradición Española. Y en esa ambigüedad milita UPN. Pero de tradicionalismo o de carlismo nada de nada.
Los fueros navarros, patrimonio de España, se han conservado tradicionalmente por dos hechos: su fe católica y su valor militar. Navarra signa el Viejo Fuero General sus principios generales “en los del Derecho Natural”, señalando en el Fuero Nuevo que "son contrarios a Fuero no solo las disposiciones que se opongan a las costumbres y leyes de Navarra, sino también todas las que contradigan sus principios generales y las que vulneren la tradición religiosa en las que aquéllas siempre se han fundado"
NAVARRA LEAL, NAVARRA FORAL