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domingo, 11 de noviembre de 2012

Por Dios y por España. Por Euscalerría foral y española.


El pasado sábado 27 de octubre de 2012 la carlista vizcaína Pilar Badiola Aldarondo, víctima del terrorismo, intervino en el programa «Una hora en libertad» de Radio Ínter (antigua Radio Intercontinental).

Un testimonio entre tantos cientos de miles de como el nacionalismo sabiniano "vasco" (en puridad antivasco) llevó a cabo una siniestra campaña sistemática y premeditada de exterminio de patriotas vascos, con el consiguiente silencio cobarde y cómplice de esa mayoría no nacionalista de la sociedad vascongada que amedrentada con su silencio ha contribuido a forjar una falsa impresión de la realidad sociológica de Vascongadas y Navarra. Nuestra admirada Pilar pone de manifiesto con absoluta claridad las verdades de un proceso criminal ejecutado como comparsa de la instauración del actual sistema político demoliberal nacido de la Constitución del 78.

ETA acabó con la vida de cientos de vascos "incómodos" para el pactada repartición de las parcelas de poder del aludido sistema. Por eso jamás se pusieron los medios necesarios para acabar con la lacra terrorista que ensangrentaba Vascongadas y toda España: respondía a un macabro reparto de prebendas y sinecuras del juancarlismo. Los separatistas tendrían impunidad en Vascongadas y en Cataluña, las fábricas serían controladas por las mafias sindicales de UGT y CC.OO., la cultura quedaría en manos de la izquierda más soez y degenerada y de la finanza participarían los partidos del pensamiento único del sistema, herederos del caciquismo, la corrupción y el turnismo electoral sobre los que se fue asentando la democracia liberal contra el pueblo español.

En el análisis del exterminio y la diáspora de los patriotas vascos hay que reseñar como primero fueron las amenazas, luego los ataques contra bienes inmuebles y vehículos, y finalmente, los asesinatos. Desde entonces, ETA desplegará su violencia contra aquellos vascos que se sentían lo que eran, es decir, tan vascos como españoles. Al final del proceso, el miedo, consistente y mantenido, atenazó a una sociedad entera. Ese miedo les hizo abrazar, de forma mayoritaria, cualquiera de las variantes del nacionalismo como única forma de sobrevivir. Los asesinados son vascos de estirpe y cuna, vascoparlantes (para algunos incluso el vascuence en alguna de sus diversas variantes es su única lengua) y defensores de la personalidad e identidad de Euscalerria sin incurrir en los errores y delirios del nacionalismo sabiniano. Los terroristas y sus cómplices por contra se nutrían en no pocas ocasiones de chusma desarraigada, delincuentes comunes, quinquis y recién llegados de otras zonas de España e incluso del extranjero. La maldad de los criminales etarras no se detiene en el exterminio físico. Los proetarras son muy propensos a la burla de los muertos, al continuo ataque a las familias de las víctimas y especialmente --fenómeno de indudable inspiración satánica-- al ataque a las tumbas en las que reposan los restos mortales de las víctimas. Es el caso de la de José María Arrizabalaga, destruída hasta en ocho ocasiones.

El proceso había empezado unos años antes. En julio de 1961 ETA intentó hacer descarrilar un tren que conducía a ex combatientes vascos de la Cruzada que venían  de celebrar el XXV aniversario del Alzamiento Nacional. El 14 de agosto de 1968 fue incendiado y destruido el caserío del alcalde de Lazcano. Durante 1969 y 1970 la banda fue prácticamente desarticulada, y los ataques cesaron casi por completo. Pero en 1971 se produjo el  "desembarco" de cientos de militantes (John Sullivan, El nacionalismo vasco radical, Alianza Editorial, 1988), que se agrupaban bajo una escisión de las juventudes del PNV denominada EGI-Batasuna. Se reiniciaron, entonces, las acciones de persecución e intimidación a los vascos que no estaban dispuestos a tragar con los delirios racistas, totalitarios, y más que dudosamente acordes con la realidad histórica e identitaria vasca, de Sabino Arana.

El 29 de noviembre de 1971 era incendiada y destruida la boutique Gurruchaga de San Sebastián. El 10 de diciembre le tocaba al caserío Mainguama de José María Recondo en Urnieta y el 14 de diciembre de 1971 la destrucción llegaba a la droguería de los Arrizabalaga en Ondárroa. La dependienta quedó ciega tras dicho ataque. Estos actos de intimidación constante a los vascos no nacionalistas fueron reivindicados en el mismo comunicado en el que la banda se hizo responsable del secuestro de Lorenzo Zabala Suinaga el 19 de enero de 1972, liberado tres días después. La nueva ETA, formada por los que fueran cachorros del PNV, dejaba claro que serían implacables para conseguir sus fines y enviaba, de paso, un mensaje a determinados sectores de la sociedad vasca. Florencio Domínguez en Las Raíces del Miedo. Euskadi, una sociedad atemorizada (Aguilar, 2003, pág. 22) explica perfectamente el salto cualitativo que suponía el asesinato de Carlos Arguimberri:

  • La extensión del miedo se produce cuando diferentes sectores de la sociedad vasca empiezan a sentir que corren peligro de ser atacados, al igual que les ocurre a otros conciudadanos con los que pueden tener algún grado de identificación. Con el asesinato de Carlos Arguimberri Elorriaga, ETA comienza a atacar a ciudadanos vascos de a pie. Arguimberri representa el principio de una línea de acciones de ETA que se mantendrá de forma ininterrumpida durante una década y que se saldará con la muerte de casi un centenar de personas. Hasta entonces ETA sólo había buscado la muerte de policías, guardias civiles o representantes del poder, como Carrero (...) A partir de 1975, hay civiles que son objetivo directo de ETA. En una primera etapa, que se extiende desde 1975 a 1977, la práctica totalidad de las víctimas son de origen vasco como lo revelan sus apellidos: Arguimberri, Camio, Arregui, Guezala, Albizu, Cortadi, Azpiroz.
Muchos autores no españoles que han escrito sobre ETA o han sido ambiguos y equidistantes, o han caído abiertamente embobados ante la dialéctica de los puños y el tiro en la nuca de la banda. Posiblemente porque no vivieron, como sí lo vivió la investigadora alemana Marianne Heiberg, cómo salió la serpiente del huevo. Heiberg residió entre febrero de 1975 y septiembre de 1976 en Elgueta, pequeña localidad de mil doscientos habitantes. En su tesis doctoral describió el asfixiante clima que se creó contra los vascos no nacionalistas. Muy gráficamente expuso cómo quedaban señaladas ante la sociedad "aquellas personas que, de una manera u otra, quebrantaban las normas del lugar, revelándose como antivascos... el paralelismo entre las acusaciones de chivatazo y las acusaciones de brujería de otras partes del mundo era realmente sorprendente". (Heiberg, Marianne, La formación de la nación vasca. Editorial Arias Montano, Madrid 1991).

Carlos Arguimberri Elorriaga se convirtió, de este modo, en la primera víctima de una locura colectiva que, en el fondo, tenía poco de locura y sí mucho de frío, cruel y despiadado cálculo tendente a conseguir que las zonas rurales quedaran total y absolutamente en manos de los diferentes seguidores de Sabino Arana. Tal vez así nos podemos explicar, más fácilmente, los recientes resultados de Bildu en esas zonas, poniendo de manifiesto hasta qué punto ha tenido éxito la estrategia descrita por Marianne Heiberg y Florencio Domínguez que se inició en los setenta.

En el caso concreto del asesinato de Carlos Arguimberri, ejemplo acabado de este exterminio sistemático, quien más datos ha dado sobre los años previos a su asesinato ha sido el antropólogo Joseba Zulaika, que conoció personalmente a la víctima. Cuenta Zulaika cómo desde los años sesenta una parte de la población de Icíar empezó a involucrarse en actividades nacionalistas, actividades en las que Carlos quedó al margen. Carlos empezó a ser objeto de una agresiva campaña de acoso que desembocó en su asesinato. Previamente al atentado, los jóvenes de la localidad boicotearon una sala de fiestas que había promovido mientras fue concejal en Deva; miembros de un grupo sedicentemente católico elaboraron pintadas en 1972 donde se podía leer "Karlos hil" ("muerte a Carlos"), y la banda terrorista ETA le incendió el autobús antes de asesinarlo (Joseba Zulaika, Violencia vasca. Metáfora y sacramento, Nerea, 1990, citado por Rogelio Alonso, Florencio Domínguez y Marcos García Rey en Vidas Rotas, Espasa, 2010).

Carlos Arguimberri Elorriaga, de 43 años, era un hombre del pueblo, muy trabajador, siempre dispuesto a hacer favores, y muy apreciado por los vecinos, por lo que la noticia de su asesinato produjo una gran conmoción en la comarca. Pertenecía a una familia carlista del barrio de Icíar, en el municipio de Deva. Su padre fue sepulturero, carpintero y cartero, y Carlos había trabajado de zapatero y de conductor de autobús. Fue alcalde pedáneo y concejal del Ayuntamiento de Deva hasta 1974. En el momento de su asesinato Carlos Arguimberri se hallaba especialmente vinculado a la Hermandad de Labradores y Granjeros. Su puesto de alcalde no significaba identificación con el régimen franquista, sino que era un modo de participar en política dentro de la estrategia de oposición doméstica que los carlistas desarrollaron durante este periodo histórico.

Carlos Arguimberri Elorriaga fue el primer carlista vasco asesinado por ETA. El nacionalismo vasco desde su nacimiento había asesinado anteriormente a cientos de carlistas vascos. No sería el último. Además de ellos, militando en otras organizaciones políticas y con militancia pasada y simpatía mantenida por el carlismo encontramos a otros asesinados como Juan María Araluce, Ramón Baglieto, Gregorio Ordóñez o José Javier Múgica.

La presión y el acoso mientras tanto continúa hoy día. Frente a una falsa "normalidad" en las calles de Vascongadas y Navarra los proetarras siguen impunemente manteniendo su acoso e impidiendo una acción política en libertad. No podemos dejar pasar acontecimientos como el reciente ataque a la casa Baleztena en Leiza. Uno más de los muchos acaecidos durante la vigencia del sistema demoliberal, a imitación de los acontecidos contra la misma casa durante la II República.

Las últimas elecciones celebradas en los territorios vascongados suponen por tanto una burla a la representatividad. Incurren en el colmo de las contradicciones cuando recientemente una comisión jurídica reconoció la legalidad del voto de los cientos de miles de vascos desterrados por la campaña de exterminio nacionalista, pero pese a ello no se les ha permitido votar. Por lo tanto de acuerdo con la lógica del sistema, si éste la respetase, la normativa y las circunstancias de sus procesos electorales los convierten en completamente antidemocráticos.

Sin embargo, con democracia o sin ella, los carlistas no podemos aceptar hechos consumados. Y jamás toleraremos la secesión de las Vascongadas ni la anexión de Navarra a un hipotético Estado independiente, liberal y centralista, basado en las mentiras racistas y totalitarias del nacionalismo sabiniano.

lunes, 20 de febrero de 2012

Todos juntos en unión defendiendo la bandera de la Santa Tradición

Madrid, 17 febrero 2012, feria de Sexagésima. El Profesor José Miguel Gambra, Jefe Delegado de la Comunión Tradicionalista, recibió ayer jueves al periodista Dimitri Sawin, representante del Movimiento Imperial Ruso.

El señor Sawin expuso al profesor Gambra el ideario y actividades de su movimiento, así como su constante lucha contrarrevolucionaria y la persecución que por este motivo padecen sus miembros. Se habló de la ya vieja colaboración de los monárquicos rusos con el Carlismo, ya desde la Primera Guerra en 1833, pasando por la condición de oficial de la Guardia Imperial Rusa del Rey Don Jaime III (1909-1931) y la participación de rusos blancos en la Cruzada española de 1936, casi todos en las filas del Requeté. El profesor Gambra, asistido por Eduardo Corchero, explicó al visitante el ideario carlista y la historia y actividades presentes de la Causa, entregándole diversos materiales al respecto.

Esta noticia en el periódico digital del Movimiento Imperial Ruso: http://rusimperia.info/news/id11582.html

martes, 31 de enero de 2012

Ceremonias de confusión que se comentan por sí solas


Puesta en escena impecable para un acto carlista, en un lugar tan relevante para el Reino de Valencia como el Monasterio de Ntra. Sra. del Puig. Lamentablemente el fondo de lo que allí se expuso contradijo diametralmente el significado de las banderas que presidían el acto y del emplazamiento en que se desarrolló.
Este blog no prejuzga los Derechos de Don Carlos Javier. Son las autoridades legítimas del carlismo a quien corresponde dicha potestad. Sin embargo como órgano de información y opinión libre sólo constata hechos. Y hay hechos y ceremonias de confusión que se comentan por sí solas:

Molt Alts Senyor i Senyora, damas y caballeros, amigas y amigos carlistas:

Solo unas cortas palabras en la lengua propia del pueblo valenciano.

En nom dels organitzadors de l’aplec del Puig, la nostra cordial benvinguda als amics que veniu de les diverses comarques valencianes, de Catalunya i de Balears, amb els que compartim una mateixa llengua, i avui també ens uneix aquest monestir fundat per Jaume I, el més emblemàtic rei de la Corona d’Aragó, i ens uneixen, també, els mateixos ideals, una comuna lleialtat i una llarga lluita. [Nótese la utilización no de la lengua valenciana --que no es la única propia del pueblo valenciano-- sino de giros barcelonís de los que precisamente en ese mismo Monasterio de Ntra. Sra. del Puig se depuró a la lengua valenciana en unas normas firmadas en 1979 y promovidas por los carlistas valencianos].

También a los amigos y carlistas procedentes del resto de las Españas una fraternal bienvenida. Si la larga vida del Carlismo se debe, en gran parte, al componente dinástico, éste, indefectiblemente, va unido a la continuidad biológica. Probablemente nuestra adhesión dinástica es una paradoja, un contrasentido en la sociedad democrática actual. Posiblemente, pero ya se sabe que nadie es perfecto.

Estas últimas semanas los carlistas estamos de enhorabuena. Una nueva generación de la familia Borbón-Parma está en camino. Nuestra felicitación a Carlos Javier y Ana María. Durante la misa rezaremos y, en la comida posterior, brindaremos por un feliz natalicio. El hecho biológico, el recambio generacional en la dinastía carlista, en los últimos tiempos, siempre ha compensado momentos duros.

A la dolorosa desaparición, hace poco más de un año, de Carlos Hugo, nuestro irrepetible Líder y abanderado, ahora se superpone el anuncio de la llegada de una nueva generación. Quisiera recordar que el nacimiento de Carlos Javier estuvo precedido por la expulsión del territorio español de la familia Borbón Parma, decretada por aquel general zafio y chusquero. Los entonces jóvenes carlistas valencianos, tras el nacimiento de Carlos Javier, cantábamos aquello de: “ole, ole Irene, un Infant ens ha naixcut, i al règim li ha fotut. Ole donya Irene”. Traducido benévolamente dice: un Infante nos ha nacido, y al régimen le ha fastidiado.

Doña María Teresa no puede estar hoy con nosotros por obligaciones familiares. ¡Cuánto nos hubiera gustado contar con su presencia, y con la de sus hermanas, doña María Cecilia y doña María de las Nieves! En los últimos años del franquismo compartió con nosotros largas y numerosas estancias clandestinas en Valencia. Fueron tiempos de una intensa dedicación, cambiando constantemente de piso, con citas de seguridad, pelucas que, de tan inverosímiles, resultaban creíbles. María Teresa realizó con los jóvenes carlistas del momento una inmensa tarea de pedagogía política y sigue siendo una referencia, un icono, de luchadora incansable, de generosidad y compromiso. Y pese a su fama de princesa roja, es una de las personas, junto a Carlos Hugo, más profundamente cristianas que he conocido.

Para los carlistas valencianos que organizamos este acto están muy lejos de nuestro ánimo la nostalgia, la añoranza y la autocomplacencia. Por supuesto que nos sentimos orgullosos de pertenecer a uno de los colectivos más antiguos de las Españas, luchamos en los momentos clave de la historia y en el día a día, como los que más, pero, sobre todo, nos preocupa el futuro. Nos sentimos herederos de la legitimidad histórica, pero para los carlistas la legitimidad es, solo, un punto de partida, no es, en sí misma, ni un objetivo ni una meta. La legitimidad no es un derecho, es un compromiso.

Tal vez este acto, tan solemne como austero, de imposición de Cruces de la Legitimidad Proscrita pudiera parecer, en sus fórmulas y estética, caduco, viscontiniano y decadente. No hemos venido aquí para celebrar una convención de damas de compañía, gentilhombres y cortesanos. No escenificamos un cuento bucólico de súbditos y reyes. Estamos aquí para renovar, una vez más, el pacto que nos une con la familia Borbón Parma. Y juntos, dinastía y carlistas, proyectar nuestro compromiso con las libertades de las personas y de los pueblos y por una sociedad más equitativa y solidaria.
(...)
Le gustaba recordar a Carlos Hugo que un rio solo es fiel a sus fuentes si fluye hacia el mar. Intuyo que quería expresar con este proverbio que el Carlismo solo seria fiel a sus orígenes si se proyecta hacia el futuro y no renuncia a cambiar el sistema que, dicho sea de paso, se agrieta en toda sus estructuras. Y este debe ser, como lo ha sido siempre, nuestro reto: conquistar, imaginar y definir el futuro.

Josep M. Sabater

jueves, 17 de noviembre de 2011

El Carlismo ante las próximas Elecciones Generales

Madrid, 16 noviembre 2011, festividad de Santa Gertrudis, virgen. La Secretaría Política de S.A.R. Don Sixto Enrique de Borbón ha hecho públicos este comunicado y el artículo que le sigue.

El Carlismo ante las próximas Elecciones Generales

El domingo 20 de noviembre de 2011 se celebran elecciones generales en España. No se presentan candidaturas de la Comunión Tradicionalista. El proceso electoral en curso --que es, no está de más recordarlo, de por sí ilegítimo-- tenía ya en su normativa las marcas del totalitarismo, la corrupción legalizada, el clientelismo y la incongruencia, que aseguraban la nula representatividad de los elegidos. Hace unos meses, las maquinarias de los partidos del sistema han dado un paso más en su dictadura democrática, al añadir requisitos para presentar candidaturas que hacen extraordinariamente difícil la presencia de otras voces que no sean las suyas, las de los oligarcas. El partido único --de hecho-- formado por PP, PSOE, IU y nacionalistas, no quiere competencia.

No existe obligación moral de votar ni de participar en el proceso electoral. El próximo domingo, en casi toda España, la obligación moral es la contraria: la abstención.

La única opción lícita de voto se circunscribe a una región. Es legítimo otorgar el sufragio a las candidaturas de la Plataforma por Cataluña (PxC).

En todas las demás, no es lícito votar. Tampoco debe optarse por el voto en blanco, que la absurda ley electoral hace que favorezca a las listas electas, ni por el voto nulo. Trabajemos por la regeneración de España, al margen de las urnas. El 20 de noviembre, ABSTENCIÓN.

El abstencionismo militante de la Comunión Tradicionalista

martes, 15 de noviembre de 2011

Libro de las actas del Congreso Internacional sobre el carlismo de 2008

Cuando se cumplían 175 años de la irrupción del Carlismo, los días 27 y 28 de septiembre de 2008 tuvo lugar en Madrid un Congreso internacional para aportar las claves de interpretación de este movimiento político. Una cincuentena de especialistas de las más diversas disciplinas, provenientes de una decena de países, respondieron a aquella convocatoria académica, cuyo resultado puede considerarse el más completo esfuerzo realizado hasta ahora para ofrecer una visión cabal de la poliédrica realidad carlista.

Este volumen recoge una amplia selección de las ponencias del Congreso y bucea en las profundidades del Carlismo, recreando su historia en los distintos reinos peninsulares y ultramarinos, presentando cómo ha sido visto desde otros universos culturales, tratando de su representación por la literatura y el cine y, finalmente, indagando las razones de su doctrina en contraste con los problemas del presente.

En La Librería Católica; Pincha AQUÍ

jueves, 3 de noviembre de 2011

La Cena de la Lealtad: Madrid 5 de Noviembre (Cena de Cristo Rey)

Madrid
sábado 5 de noviembre de 2011
21:00
Cena de Cristo Rey
Hotel NH Zurbano
C/. Zurbano, 79

S.A.R. Don Sixto Enrique de Borbón ha confirmado su asistencia a este acto.

A los postres tomarán la palabra los siguientes oradores:
  • D. José de Armas (Presidente del Círculo Tradicionalista Roca y Ponsa de Las Palmas de Gran Canaria).
  • D. Maurizio Di Giovine (Delegado de la Comunión Tradicionalista en la Península Italiana y secretario del Comité organizador de los Congresos tradicionalistas de Civitella del Tronto).
  • D. José Miguel Gambra (Jefe Delegado de la Comunión Tradicionalista).
Dado el número limitado de plazas, para asistir a la cena es imprescindible haber hecho una reserva y que ésta haya sido confirmada por la organización. A tal efecto hay que mandar un correo electrónico, jefaturadelegada@carlismo.es o llamar al teléfono 622796664, especificando nombre y apellidos de cada uno de los solicitantes, y esperar la confirmación de la reserva. El precio del cubierto será de 40 €.

Antes de la cena, en el mismo Hotel NH Zurbano, a las 19:00, el Consejo de Estudios Hispánicos Felipe II presentará el libro A los 175 años del Carlismo: una revisión de la tradición política española, que recoge parcialmente las actas del Congreso internacional celebrado en Madrid los días 27 y 28 de septiembre de 2008, en cuya organización colaboró el Círculo Cultural Antonio Molle Lazo.

Intervendrán:
  • Miguel Ayuso Torres (Director Científico del Consejo de Estudios Hispánicos Felipe II).
  • Alfonso Bullón de Mendoza Gómez de Valugera (Director del Instituto CEU de Estudios Históricos).
  • Andrés Gambra Gutiérrez (Secretario General de la Universidad R. Juan Carlos).
  • Manuel de Santa Cruz (historiador y periodista)
Entrada libre

miércoles, 25 de agosto de 2010

XL del primer atentado contra El Pensamiento Navarro


El pasado 23 de agosto se cumplieron cuarenta años del primer atentado contra El Pensamiento Navarro. Dicho atentado fue una cruel represalia frente a los la casi unánime decisión de cese de su antiguo director, Javier María Pascual. El Pensamiento Navarro fue el único periódico carlista de toda España (existían más de cien cabeceras netamente carlistas) que no fue robado por las autoridades franquistas en base al llamado "decreto de unificación". Se salvó in extremis mediante la constitución de "Editorial Navarra S.A.", una sociedad bajo la que se parapetó la Comunión Tradicionalista, dando participaciones a los dirigentes más destacados del carlismo navarro, que no se consideraban propiamente titulares de las mismas, sino fideicomisarios a las órdenes de lo que dispusiera la Comunión Tradicionalista. Por lo que el verdadero dueño del diario era el pueblo carlista.
Hasta finales de 1968 Carlos Hugo continuó presentándose ante los españoles como "el Príncipe de la Cruzada", y por ello gozó de enormes simpatías populares que el franquismo desoyó con la imposición de la restauración de la monarquía liberal. A partir de la designación de Juan Carlos y aprovechando la nueva pastoral del Concilio Vaticano II Carlos Hugo traiciona todo lo que venía manteniendo con la excusa de atender "a los cambios sociológicos", apostando por un "carlismo" de izquierdas y cercano a los nacionalismos separatistas. Jóvenes izquierdistas sin vinculación alguna anterior con el carlismo empiezan a partir de entonces a infiltrarse en el mismo, en un intento de canalizar la oposición del carlismo a Franco por vías distintas y distantes a las que de acuerdo con la doctrina tradicionalista se venia haciendo. Clérigos nefastos y modernistas, como Arturo Juncosa, embravecidos por los vientos del postconcilio empiezan a sembrar la confusión. En Navarra la nueva estrategia de Carlos Hugo y de los izquierdistas de quien se habia rodeado pasaba obviamente por el control de El Pensamiento Navarro, que durante mucho tiempo fue el diario más leído en el Viejo Reyno y con miles de suscriptores en el resto de España. Fundado en 1897 (como sucesor de La Lealtad Navarra), fue su primer director Eusebio Echave-Sustaeta. Sufrió en su larga historia (fue el más longevo de todos los periódicos y publicaciones carlistas) la persecución y prohibición de los gobiernos liberales, primorriveristas, republicanos y franquistas. El periódico fue todo un símbolo, no sólo del carlismo navarro, sino de toda la Comunión Tradicionalista, siendo un periódico fuertemente navarrista pero con una indudable proyección hispánica. En la preparación de la insurrección contra la II República a El Pensamiento Navarro concederá Fal Conde un papel esencial, y al tiempo que se preparaba el armamento para los requetés y su instrucción militar el propio Fal Conde se encarga de disponer para El Pensamiento Navarro de la última tecnologia procedente de Alemania, haciendo de El Pensamiento Navarro uno de los periódicos mejor editados de España. La inversión de Fal Conde no era en saco roto, pues la firmeza de la línea editorial del director Francisco López Sanz marcó con una lograda prosa --hoy inimaginable en ámbitos periodísticos-- el crecimiento y la moral de victoria del Requeté en Navarra, del que fue su portavoz oficial. Precisamente Francisco López Sanz será sustituido por en 1966 Javier María Pascual, hombre de Carlos Hugo con un perfil en teoría más "profesional" y no tan marcadamente político. Con la excusa de "profesionalizar" el diario para que pudiese competir con los de información generalista se comenzaron a introducir cambios pequeños y paulatinos en la línea editorial, alentados con los nuevos cambios eclesiales. Esta situación se hizo insostenible y el consejo de administración, que representaba al pueblo carlista, decidió casi unánimente (sólo se opuso, ante las presiones de Carlos Hugo, un miembro del consejo: Luis Martínez Erro) el cese de Javier María Pascual.
Los seguidores de Carlos Hugo, incrustados ya de lleno en toda la demagogia marxistizante no tardaron en responder de acuerdo con su ideología: con el terrorismo.

Juan Félix Eriz, industrial de Elorrio ya fallecido, relata en su libro Yo he sido mediador de ETA, la forma en que los huguistas (corriente en la que militaba) prepararon aquel atentado. Eriz afirma que la idea de colocar una bomba en El Pensamiento Navarro surgió en el Colegio Mayor Belagua, donde los miembros del GAC se reunían aprovechando la circunstancia de que uno de ellos era miembro del Opus Dei. (Curioso el empeño de muchos pseudointelectuales de la prelatura por ir contra el tradicionalismo al tiempo que dentro de la misma había marxistas terroristas).

El 23 de agosto, cinco miembros de los llamados "Grupos de Acción Carlista" penetraron en el periódico armados con pistolas, encerraron a los empleados en un cuarto y colocaron la bomba. "El impacto fue tremendo -escribe Juan Félix Eriz-. Afortunadamente y tal como se había previsto, la explosión sólo afectó a la maquinaria y en especial a la rotativa".

Pese a no causar víctimas mortales el impacto psicológico y físico para los trabajadores secuestrados fue enorme. Muchos no volvieron a trabajar nunca más. Los culpables de estos hechos nunca fueron detenidos. Sin embargo pese a los cuantiosos daños materiales que tanto dañaron económicamente al periódico el atentado no sirvió para desmoralizar al consejo de redacción, que mantuvo inalterable su línea sin ceder al chantaje de los criminales. En 1972 sufrió un nuevo atentado con bomba que afectó a la máquina rotativa, retrasando la aparición del diario. Recientemente la banda terrorista de izquierdas y nacionalista ETA se atribuyó en un boletín interno el atentado contra El Pensamiento Navarro de 1970, lo que pone de manifiesto las intimas y estrechas vinculaciones entre el huguismo y el terrorismo etarra, que se empezaba a hacer presente en Montejurra hasta el año 1976.

No será el atentado contra El Pensamiento Navarro la única acción armada de los terroristas mal llamados "Grupos de Acción Carlista", atentando principalmente contra personas y medios carlistas, como Radio Requeté de Pamplona y prestándo ayuda y cobertura a ETA y a otros grupos terroristas, como el "Movimiento Ibérico de Liberación", de tendencia anarquista, comandado por el tristemente célebre criminal Salvador Puig Antich. También se formarán por los huguistas unas llamadas "Fuerzas Armadas Revolucionarias Carlistas" (FARC), cuyo acrónimo coincide expresamente con el de la guerrilla narcoterrorista colombiana.

El Pensamiento Navarro pese al acoso y las presiones seguirá saliendo, con su ejemplar director Juan Indave Nuin al frente. Desde allí se librarán importantísimas batallas doctrinales, sobre todo desde la tercera del diario, en contra de la Constitución atea y antiespañola en curso y en defensa de Navarra frente al intento de hacerla desaparecer en un "Euzkadi" artificial y de inspiración sabiniana. Por ello seguirá en el punto de mira de la mafia terrorista ETA. Destacadas familias carlistas de Navarra, especialmente los Baleztena, sufrirán el calvario del acoso y persecución de la mafia etarra y proetarra, que continúa hasta nuestros días, por su gallarda oposición al despotismo de Carlos Hugo y sus secuaces en el intento de robo de El Pensamiento Navarro y de expolio de todo el patrimonio carlista. El empresario Jiménez Fuentes, uno de los principales anunciantes del periódico sufrió un intento de secuestro, por lo que tuvo que abandonar Navarra con su familia; meses después sus oficinas fueron destruidas por un potente artefacto, que costó la vida a un policía cuando intentaba desactivarlo, en Pamplona. En 1982 ETA asesinaba al carlista pamplonés, suscriptor durante toda la vida de El Pensamiento Navarro Alberto Toca Echeverría. Su hermano, el también carlista Ignacio tuvo que abandonar Navarra por amenazas a finales de los setenta, sufriendo un infarto al poco tiempo de su marcha por la presión a que se vió sometido. También el jefe de las Juventudes Tradicionalistas del Señorío de Vizcaya José María Arrizabalaga Arcocha fue un destacado suscriptor y difusor del periódico; así como otros carlistas de Vascongadas asesinados aquellos años por ETA. También en la trinchera religiosa no se claudicará, pese a los cambios eclesiásticos (los nefastos años del nacionalista vasco Cirarda en la archidiócesis de Pamplona y diócesis de Tudela). En El Pensamiento Navarro escribían las plumas más destacadas de la Tradición Española y otras afines, por lo que se convertía en un periódico de referencia en toda España. Allí estaban las firmas de Francisco López-Sanz (que había sido director de 1933 a 1966), Rafael Gambra, Jesús Evaristo Casariego, Raimundo Aldea Eguilaz, Casilda Elizalde, Ignacio de Orbe Tuero (barón de Montevilla), Juan Sáenz Díez, Nemesio Cortes Izal, José María Codón, el canónigo y ex rector del Seminario de Pamplona don Carmelo Velasco, Miguel Ayuso Torres, Carlos Etayo Elizondo, Manuel Ángel Vieitez Pérez, Francisco Guinea Gauna, Fco. Sánchez de Muniain Gil, Andrés y José Miguel Gambra, Serafín Argaiz Santelices, Alberto Ruiz de Galarreta (con sus diversos pseudónimos), Anselmo Ruiz, el Capitán de Navío Camilo Menéndez Vives, Federico Cantero Núñez, don José Ricart Torrens, Pascual Molins, Guillermo de Padura, Javier Nagore, Eulogio Ramírez, don Luis Madrid Corcuera, Andrés Caso-Sanz, Ramón Salas Larrazábal, Stanley G. Payne, Javier Morte, etc. Sin embargo el formato de diario se vió sobrepasado por el cambio operado en los hábitos periodísticos de los españoles, interesados más en la información generalista y deportiva frente a los periódicos con una línea doctrinal muy marcada. Además el boicot de la publicidad institucional fue prácticamente total, al igual que se hizo contra el periódico de la Confederación de Ex-Combatientes, fundado por los requetés que defendieron el Alcazar de Toledo, El Alcazar. En este contexto fue imposible competir contra los grandes grupos periodísticos, apoyados por capital público y financiero que tanto han empobrecido a la prensa en España desde la llamada transición. El 13 de enero de 1981 aparece el último número de El Pensamiento Navarro. Con la intención de continuar la senda doctrinal marcada por El Pensamiento Navarro en el ámbito religioso nace en 1982 Siempre P´alante, como semanario navarro católico (después pasará a ser quincenal, con el doble de páginas) que se sigue publicando de manera ininterrumpida hasta hoy, siendo uno de los máximos defensores (pese a la distinta factura de algunas de sus colaboraciones) de la Unidad Católica de España.

El 13 de enero de 1981, el número 27.276 de El Pensamiento Navarro seria el último en ver la luz. En un contexto según recogia el periódico aquel día: "demoliberal, con consenso marxistoide y separatista". Con un artículo bajo la rúbrica "Volveré.... con mis principios, si España es salvable (Carlos VII)" el carlista asturiano J. E. Casariego señala ."Denunciar y combatir el error y señalar la verdad es misión nobilísima, clarividente, salvadora, propia de espíritus dignos e íntegros. Tal fue la visión de El Pensamiento Navarro, que llega a esta hora con el orgullo, la satisfacción y la alegría del deber cumplido". El consejo de administración de "Editorial Navarra S.A." escibiría por su parte en un artículo titulado "La tradición, alma de la vida nacional": "No nos duelen prendas. Repetimos aquí que gracias al carlismo tradicionalista (antes era imposible separar tales conceptos), ironizado por muchos, gracias a él fue posible por algunos, odiado por muchos, gracias a él, fue posible que españoles y navarros no cayeran en el marxisno antirreligioso, antipatriótico y antiforal, antimonárquico. Si hoy otros 'gárrulos sofistas' -demócratas totalitarios, neoliberales y marxistas, reunidos- han empobrecido, mermado y desolado a un pueblo al que encaminan a un rápido suicidio, nosotros, los tradicionalistas, no tenemos la culpa".

El espíritu y la lucha de El Pensamiento Navarro, contra el que no pudieron las bombas ni las amenazas marxistas y separatistas, sigue en la Comunión Tradicionalista.

sábado, 21 de agosto de 2010

Carlos Hugo ante el reto de la historia.

Carlos Hugo (de Borbón Parma) nació en el exilio en París el 8 de abril de 1930, segundo de los hijos y primero de los varones de Don Francisco Javier de Borbón y Braganza y de su esposa Doña Magdalena de Borbón Busset. Don Javier, su padre, se convirtió en jefe de la Junta Suprema Carlista de Guerra en 1936 y pocos meses después en Príncipe Regente, a la muerte del Rey Don Alfonso Carlos. La conspiración, el Alzamiento Nacional, la guerra, nuevamente el exilio y en éste su captura por los nacionalsocialistas alemanes y su internamiento en campos de concentración --sería liberado del de Prax, con la salud quebrantada, en mayo de 1945-- no permitieron a Don Javier ocuparse personalmente de la educación de su primogénito; de lo cual habría de lamentarse años más tarde.

Tras un período de apartamiento de la Familia Real y de la Causa carlista, el entonces Príncipe de Asturias, Don Carlos Hugo, retornó a las mismas en 1956, y en mayo 1957 fue presentado en el anual acto de Montejurra por don Rafael Gambra Ciudad (quien años más tarde se convertiría en Jefe de la Secretaría Política de Don Sixto Enrique, hermano de Carlos Hugo y actual Abanderado del Carlismo).

Los años que siguieron fueron de entusiasmo y de fortalecimiento del Carlismo, de la Comunión Tradicionalista, que salió con fuerza de la semiclandestinidad en que vivía desde 1937. Don Carlos Hugo, de personalidad atractiva y aparentemente entregado a la Causa, ganaba apoyos por todas partes. Muchos pensaron que el General Franco se vería obligado a reconocerlo como su sucesor, ya que había rechazado a su padre, Don Javier (legítimo Rey de las Españas desde 1952). Esta creencia marca la primera de las desviaciones de la ortodoxia carlista promovidas por Carlos Hugo: el colaboracionismo franquista, que gradualmente se fue intentando imponer a los carlistas.

El 29 de abril de 1964, en las Basílica de Santa María la Mayor de Roma, Carlos Hugo casó con la Princesa Irene de Lippe-Biesterfield, hija de la Reina Juliana de Holanda. De este matrimonio nacieron cuatro hijos: Carlos Javier (1970), los gemelos Margarita y Jaime (1972) y María Carolina (1974).

La década de mil novecientos sesenta trajo la gran tragedia para la Cristiandad que supuso el Concilio Vaticano II, especialmente grave para una causa estrictamente católica como el Carlismo. Amparados en la confusión de aquellos momentos, Carlos Hugo y el equipo que se formó alrededor --en el cual el papel de ideóloga quedó en manos de su hermana la ex Infanta María Teresa, convertida al marxismo más radical, y el de asesor "espiritual" en las del jesuita ultramodernista Arturo Juncosa-- pasó rápidamente del tradicionalismo al franquismo con ribetes demócrata-cristianos, y de éstos a un extraño "socialismo autogestionario". Apartando a quienes habían sido colaboradores y hombres de confianza de su padre el Rey Don Javier, y aprovechando la cada vez más delicada salud de éste, intentó cambiar por completo al Carlismo, poniéndolo al servicio de ideologías y de caprichos diametralmente opuestos a los principios que dicha Causa venía sosteniendo ininterrumpidamente desde 1833.

Para cuando se produjo la ruptura definitiva, en 1975, se había pasado de cientos de miles de militantes entusiastas a unos pocos miles, divididos entre quienes, engañados, creían permanecer fieles a la Dinastía intentando seguir los constantes cambios de Carlos Hugo, y quienes de verdad permanecieron fieles al viejo lema de Dios, Patria, Fueros y Rey legítimo. En 1976 Carlos Hugo provocó graves incidentes en el acto anual de Montejurra, al invitar a toda la extrema izquierda de la llamada Transición, terroristas incluidos. El 7 de mayo de 1977 murió el Rey Don Javier, cuyos últimos meses fueron amargados por el maltrato moral y hasta físico que sufrió a manos de su hijo Carlos Hugo y las hermanas solteras de éste, María Teresa, María de las Nieves y Cecilia, convertidas en sus cómplices. La Reina viuda, Doña Magdalena, denunció todo esto, y su condena llegó hasta a prohibir la presencia en su propio velatorio y funeral, en 1984, de otros hijos que no fueran Doña Francisca y Don Sixto Enrique.

Mientras tanto, Carlos Hugo, erigido en "presidente" del sospechosamente legalizado y mal llamado "Partido Carlista", ya completamente escindido de la Comunión Tradicionalista Carlista, recibió un vergonzoso otorgamiento de la nacionalidad española legal por parte del Usurpador Juan Carlos, con quien se reunió en numerosas ocasiones, y se presentó a las elecciones generales de 1979, en las que obtuvo resultados insignificantes. En 1980 abandonó sin más explicación el "Partido Carlista" que había creado, dejando considerables deudas a quienes quedaban. Poco después se separó de él su esposa, la Princesa Doña Irene. Hoy prácticamente ha desaparecido aquel "Partido Carlista", cuyos escasos miembros se caracterizaron por detestar a Carlos Hugo, después de su defección, más aún que los verdaderos carlistas.

Tras residir en varios países, Carlos Hugo fijó en Bruselas su residencia habitual. En el año 2002 añadió a su larga lista de felonías la de entregar al Gobierno liberal de Madrid el archivo del Rey Don Alfonso Carlos que se conservaba en Puchheim (Austria), incrementado con el que la ex Infanta Cecilia custodiaba en París. Antes y después reiteró en numerosas ocasiones su reconocimiento de Juan Carlos como "rey", y llegó a enviar a hijos suyos a actos de la familia del actual Jefe de Estado.

Ayer ha muerto Carlos Hugo en la barcelonesa Clínica Quirón, la misma a la que al parecer acude con frecuencia el propio Juan Carlos. La corte holandesa se ha hecho cargo de las exequias, que resultan algo extrañas: indignamente dejado primero el cadáver en el Tanatorio San Gervasi, se anuncia su posterior traslado a La Haya, para luego ser llevado a Parma y sepultado en la cripta de la iglesia de la Stecatta. Es necesario recordar que Carlos Hugo nunca llegó a ser legítimo Duque de Parma, y que desde 1975 no ostentaba legítimamente título alguno, por rebeldía contra su Rey y padre y por rechazar los principios fundamentales de la legitimidad española.

El Carlismo, la Comunión Tradicionalista, sigue su historia, bajo el mando de Don Sixto Enrique de Borbón. Que Dios, en su infinita misericordia, se haya apiadado de Carlos Hugo y consuele y guíe a sus hijos. Requiescat in pace.

martes, 23 de marzo de 2010

A propósito del Museo de Historia del Carlismo de Estella


La inauguración hoy, día 23 de marzo de 2010, del Museo de Historia del Carlismo de Estella impone una serie de necesarias consideraciones sobre su creación y gestión que imponen una serie de cautelas a los carlistas sobre el futuro de dicho Museo.

Por un lado, en un contexto de agresivos ataques a la Historia de España, a través de la nefasta memoria histórica, que como recordaba recientemente S.A.R. Don Sixto de Borbón consiste en la cancelación de la historia a través del falseamiento de la memoria por la ideología, es una buena noticia que se intente preservar el legado del Carlismo frente a los talibán progres. Desde hace años fundaciones y asociaciones de carácter privado y comunitario, con el concurso y la participación del Pueblo Carlista, vienen manteniendo con bastante eficacia dicha legado. Dichas instituciones además gozan de la suficiente independencia para preservar dicho legado sin desvirtuarlo. En el caso actual será una institución de carácter público, esclava de los contextos políticos de cada momento, la que administre dicho legado. Asimismo la irrupción de una institución pública y política sitúa a las instituciones privadas y comunitarias en una situación de debilidad, pues implica que la institución pública puede acaparar más fondos, tanto por su mayor financiación a través de tributos como por gozar de los privilegios inherentes a su carácter de organismo público. En este aspecto concreto se suscita uno de los grandes puntos de la doctrina carlista, en relación a la preeminencia de la sociedad frente a lo público. Con este Museo cabe el riesgo muy cierto de que contrariamente a dicha doctrina se produzca una preeminencia de lo público frente a la sociedad.

Es evidente que la historia de Navarra, y aún los restos de su foralidad que aún hoy subsisten y que son la esencia de Navarra, no puede explicarse sin el Carlismo. Pero paradójicamente una de las grandes maldiciones que viene sufriendo el Carlismo de unos sesenta años a esta parte es la misma limitación del Carlismo a un fenómeno "típicamente navarro", en un reduccionismo folclorista que pretende escamotear el auténtico sentido de una lucha que tiene dimensiones mucho mayores, en última instancia preternaturales. En este sentido la gestión del Museo es muy probable que apunte en ese sentido, con algunas gotas de nefasto progresismo debido a la presencia en su Consejo Consultivo del Partido (anti)Carlista y de grupúsculos cercanos al mismo, que han sido los mayores enemigos de la Santa Causa en los últimos cuarenta años.

Si el Gobierno de Navarra tuviese realmente interés en preservar la historia del Carlismo empezaría por declarar contraria a Fuero la imposición totalitaria de la Ley de Memoria Histórica. Por contra, ya desde antes de la misma empezó el desmantelamiento del legado carlista en Navarra, con ataques tan infames como el perpetrado, en coautoría con el Arzobispado de Pamplona, contra el Monumento de Navarra a los muertos en la Cruzada, desacralizado, desvirtuado, infamado y blasfemado.

Muchas cautelas hay que tener ante el nuevo Museo de Historia del Carlismo de Estella. Los carlistas, a través de la Comunión Tradicionalista, hemos de luchar por el mantenimiento y continuación de nuestro legado, sin mediatizaciones ni componendas y por el triunfo de nuestros ideales por el bien de Dios y la Patria. Ideales que son de máxima actualidad y que han de estar presentes en todas las instituciones. Y no solo en museos, como nuestros enemigos quieren.

domingo, 17 de enero de 2010

Nombramiento de nuevo Jefe Delegado de la Comunión Tradicionalista.

(Castillo de Lignières)

Lignières, 6 enero 2010, Santos Reyes, fiesta de la Monarquía Tradicional. [FARO]. S.A.R. Don Sixto Enrique de Borbón se ha servido nombrar nuevo jefe de su Secretaría Política al Excmo. Sr. D. José Miguel Gambra Gutiérrez.

José Miguel Gambra nació en Pamplona en 1950. Profesor Titular de Lógica en la Universidad Complutense de Madrid y Catedrático de Filosofía de Instituto de Enseñanza Media, es presidente del Círculo Cultural Antonio Molle Lazo de Madrid, del cual fue cofundador en la década de 1970. Patrón de la Fundación Francisco Elías de Tejada y miembro ordinario del Consejo de Estudios Hispánicos Felipe II, especialista en sociología política, es autor de varios libros, articulista y conferenciante prolífico. Está casado y tiene hijos y nietos numerosos.

Carlista militante de siempre, el pasado 18 de julio de 2009 el Abanderado de la Tradición lo creó caballero de la Orden de la Legitimidad Proscrita. Forma parte de la Secretaría Política del Duque de Aranjuez desde 2007.

domingo, 21 de septiembre de 2008

La Comunión Tradicionalista, único partido Carlista

Cartel de las falsas Juventudes Carlistas enroladas en el mal llamado Partido Carlista.


Cuando, tras la muerte del General Franco, la Comunión Tradicionalista obtuvo su legalización, ya en 1977, en sus primeros Estatutos se consignó que podría utilizar también la denominación de Partido Carlista. Poco tiempo después Carlos Hugo de Borbón Parma consiguió, sin embargo, la legalización de su propio grupo con esta misma denominación (algunos vieron en ella un fruto de sus buenas relaciones con el sucesor de Franco, Juan Carlos). Desde entonces, y a pesar del abandono del propio Carlos Hugo, EKA/"Partido Carlista" ha vivido sólo para perjudicar al Carlismo y a su causa, que es la de Dios, España, Tradición y Legitimidad. Los falsos carlistas siguen empeñados en esa sucia tarea, bien ayudados por el sistema liberal, la izquierda y el separatismo.

Uno de los principales voceros mediáticos del falso partido Carlista ha sido el Diario de Noticias de Navarra. Su director Pablo María Muñoz (si no fuese colaborador del nazionalismo vasco, sería calificado como "maketo indeseable") viene de la dirección del diario proetarra guipuzcoano Egin. En julio de 2006 se le ha acusado de participar en la red de extorsión etarra. El Diario de Noticias, participado por el Grupo PRISA, ha sido usado para convocar manifestaciones separatistas, y sus continuos ataques a navarros no nacionalistas se han demostrado a menudo falsos e injuriosos, por lo que se ha visto obligado a rectificar no pocas informaciones por imperativo legal. Este marginal periódico navarro (en muchas librerías y puestos de prensa ni siquiera puede encontrarse, pues su venta es casi nula en los pueblos del sur del Reino de Navarra -en Estella, por ejemplo, sólo llega con regularidad los fines de semana-; aunque el gobierno de UPN se empeña en mantener suscritas a todas las bibliotecas e instituciones culturales a su cargo), mantenido por la publicidad institucional (mucha de la cual procede de las vecinas Provincias Vascongadas, de la "Comunidad Autónoma del País Vasco") se ha distinguido por haber sido el principal vocero del mal llamado "Partido Carlista", por otro nombre EKA (Euzkadiko Karlista Alderdia o Euskalerriako Karlista Alderdia, según las épocas), sustentando todas sus tesis anticarlistas y sus delirantes interpretaciones de hechos de la historia reciente.

El micropartido EKA ha ido alternando su nombre entre el neologismo "Euzkadi" o "Euskadi", inventado por Sabino Arana, y el término Euskalerría, históricamente correcto pero referido a un ámbito cultural y no político. Según han observado prestigiosos lingüistas euskaldunes Arana (al igual que el director del Diario de Noticias) no hablaba bien el vascuence y así introdujo la desidencia –di/-ti, sólo aplicable a vegetales, como si a España la llamaramos “Españoleda” al modo de pereda, robleda, etc... EKA son los restos de la escisión del Carlismo provocada y luego abandonada por Carlos Hugo de Borbón Parma en la década de 1970, reforzada actualmente por algún fichaje nuevo como el ex falangista, que en su día pidió el voto para el Teniente Coronel Antonio Tejero, Javier Onrubia Rebuelta (sedicente "cristiano" vinculado a la "Asociación de Teólogos y Teólogas Juan XXIII", donde entabló contacto con María Teresa de Borbón Parma). Este se ha convertido en su representante en Madrid, desde donde publica libritos y panfletos en los cuales, tras citas de Mao Tse-tung y versiones de la historia del Carlismo que simplifican aún más las invenciones de José Carlos Clemente, puede leerse afirmaciones como las siguientes: "ETA era una organización Político-militar que despertaba una enorme simpatía no solo en el País Vasco, sino en toda España" (Javier Onrubia Rebuelta, La resistencia Carlista a la dictadura de Franco: los "Grupos de Acción Carlista" (G.A.C.). Magalia Ediciones, Madrid 2000). Entre los pocos militantes de aquella primera escisión que aún permanecen bajo las siglas de EKA, algunos fueron estrechos colaboradores de ETA. Mientras que los carlistas fueron objeto de asesinatos por parte de los etarras, sus casas y negocios sufrieron ataques con bomba; mientras muchos de ellos se vieron obligados a abandonar las Vascongadas y Navarra debido a la amenaza contra su familia. Este falso Partido Carlista/EKA fue en su día (12 de septiembre de 1998) firmante del llamado “Pacto de Estella”, promovido por Herri Batasuna y también firmado por la burguesía nacionalista del PNV y EA, enemigos históricos del Carlismo con los que históricamente siempre se ha terminado a tiros en medio de la protección que la policía liberal dispensaba a los mismos. Las bases de ese pacto son las mismas que ahora marca la banda criminal ETA: libertad para sus asesinos, anexión de Navarra, Treviño y zonas de los Reinos de Castilla y Aragón por Euskadi y separatismo. Más recientemente se han destacado por su apoyo a la candidatura etarra Iniciativa Internacionalista-La Solidaridad de los Pueblos. Asimismo el dirigente de EKA, Feliciano Vélez Medrano, ocupa la alcaldía del municipio navarro de Puente la Reina a través de una agrupación electoral, marca blanda de la constelación de Batasuna, gracias a los votos de ANV-ETA, uno de cuyos concejales es su hermano. Pese a que sus apellidos denotan que el aludido no es vasco Vélez se ha empeñado en su absurda campaña de imposición nacionalista, marcada por ANV.

Tras el relativo fracaso de su ocupación de Montejurra en 1976, los ekarras se han dedicado a perpetuar su versión rigurosamente falsa de los hechos gracias al apoyo de la izquierda y de los medios del sistema. En esta labor se ha destacado en los últimos años el Diario de Noticias de Navarra, secundado en ocasiones por el derechista y anticarlista Diario de Navarra.

Lo reducido del número de miembros de EKA se compensa con el apoyo ocasional de la extrema izquierda y también, como veremos, de la izquierda supuestamente moderada (el PSOE) e incluso de la derecha liberal y juancarlista. El falso Partido Carlista hizo campaña en favor del SÍ a la Constitución de 1978, consolidando así el régimen liberal y juancarlista. Después fue fundador de Izquierda Unida, partido fanáticamente abortista, laicista e internacionalista. Aunque también se ha dejado querer por la derecha separatista y normalmente acuden al Aberri Eguna, acto del partido racista PNV. Entre sus últimos disparates e intentos interesados de confusión destaca su presencia desde hace dos años en el acto anticastellanista de Villalar de los Comuneros, donde el partido Tierra Comunera junto a grupúsculos de extrema izquierda realizan un antihomenaje demencial a los Comuneros, mezclando el falso pendón de morado de Castilla con banderas tricolores republicanas y reivindicando una falsa Castilla que se extiende sobre los Reinos de León, Toledo y Murcia. Con este fin EKA desplaza a la villa castellana a gentes de Navarra y Vascongadas de avanzada edad. Hace seis años la Comunión Tradicionalista de Castilla emitió un comunicado (“En Villalar sobran todos los que van”) señalando la incongruencia de esa ridícula conmemoración. Su última delegación “castellana” de Valladolid se encuentra compuesta por un par de conocidos personajillos de la capital pucelana que al mismo tiempo son presidentes de toda una constelación de grupúsculos de extrema derecha así como de una asociación que reivindicaba la memoria del guerrillero liberal “El Empecinado”, cuyos restos mortales pretendían exhumar. También se les ha visto reclamando la imposición a los bables y al resto de asturianos de una falsa lengua de laboratorio que se pretende hacer pasar por asturiana parida en centros de la extrema izquierda de Oviedo. Paradójicamente ninguno de los dos militantes que tiene EKA en Asturias son oriundos del Principado. En su labor de lucha contra la identidad de los pueblos hispánicos han venido ondeando con tenacidad la bandera almohade que el masón Blas Infante inventó en el Ateneo liberal de Sevilla para Andalucía. Y han presentado a candidatos mahometanos en circunscripciones electorales andaluzas, ofendiendo de ese modo la fe católica del pueblo andaluz.

Dentro del mismo falso Partido Carlista los enfrentamientos internos están a la orden, principalmente entre los nostálgicos de Carlos Hugo y los que basándose en la traición del mismo pretenden desligar al Carlismo de cualquier sombra monárquica (antes renunciaron a Dios, a la Patria y a los Fueros). Ideológicamente son los mismos, pero les diferencia su adhesión a la figura del ex – príncipe traidor. Ciertos dirigentes de las falsas Juventudes Carlistas se han significado por ese empeño, pretendiendo incluso nombrar “presidentes” de su minúscula organización a los hijos de Carlos Hugo sin que estos hayan mostrado interés alguno. Hemos de hacer constar que esta obsesión con Carlos Hugo se mantiene después del reconocimiento por Carlos Hugo de la Dinastía liberal y de actuaciones más que dudosas de sus hijos en relación con los usurpadores. No es de extrañar estos súbitos cambios de criterio por el ex - príncipe, ya que anteriormente Carlos Hugo ofreció la jefatura delegada de la Comunión Tradicionalista a Blas Piñar, fundador de la revista Fuerza Nueva, e inició una política de aproximación al franquismo en los años 60 para lo que se valió de gentes recién llegadas al Carlismo después de retirar a dirigentes históricos. Algunos de esos recién llegados (ni por asomo todos) secundarían posteriormente la deriva socialista y anticarlista de Carlos Hugo. Pese a todo mantienen ilegítimamente algunas posesiones relacionadas con el Carlismo y la fachada de su nombre que les concede el sistema liberal. Así engañan a un reducido grupo de personas de buena fe que a pesar de no militar en dicho Partido suele asistir a alguna conmemoración. Pero entre los dirigentes del mal llamado Partido Carlista sólo se mantiene la denominación "carlista" para colaborar en la máxima aspiración del nacionalismo vasco, que es el desprestigio y la persecución del Carlismo, de la Comunión Tradicionalista, máximo obstáculo, en cuanto representa las verdaderas reivindicaciones históricas de Navarra, de Vizcaya, de Guipúzcoa, de Álava y del resto de España, para los criminales objetivos políticos del separatismo.

domingo, 9 de diciembre de 2007

Apuntes y Documentos para la Historia del Tradicionalismo Español 1939-1966

Dice el Diccionario de la Lengua Española, que "historiador es el que escribe historia" e historia es en su primera acepción, "la narración y exposición de acontecimientos pasados y dignos de memoria, sean públicos o privados". Yo añadiría, para completar estos conceptos, que la importancia de la obra histórica dependerá, independientemente de la veracidad de lo narrado, puesto que si no, no sería historia, de la importancia de los acontecimientos referidos y de la existencia del peligro de que estos se olviden. Desde estos conceptos hay que decir que Manuel de Santa Cruz, con su obra Apuntes y Documentos para la Historia del Tradicionalismo Español 1939-1966, alcanza la más alta y auténtica dimensión de historiador, transmitiendo a las nuevas generaciones unos acontecimientos no sólo ciertos y dignos de memoria, sino además en peligro real de olvido. Continuación de la magna obra de Melchor Ferrer, Historia del Tradicionalismo Español, la obra de Manuel de Santa Cruz rescata del olvido la historia del Carlismo en la crucial etapa que abarca desde el año 1939 al año 1966. Sin conocer lo acontecido en estos años no se puede entender la situación actual del Carlismo y por ende se desconocería una parte fundamental de la historia de España.

José Antonio Gallego. Licenciado en Historia, diplomado en Heráldica y Vexilología Militar, premio Gustavo de Maeztu de la Fundación Hernando de Larramendi por su obra "El alzamiento carlista en Castilla la Vieja".


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lunes, 7 de mayo de 2007

Una biografía falsa

La verdadera Libertad, la que defiende el Carlismo -la que defendió el Rey Javier- está basada en la Tradición (Dios, Patria, Fueros y Rey), y no en la falsedad socialista, que pretendió imponer, contra el Rey y el pueblo carlista, Carlos Hugo. En la imagen cartel javierista.



Carlos Hugo de Borbón Parma ha publicado el día 6 de mayo en El País, con motivo del XXX aniversario de la muerte de su padre, el Rey Don Javier de Borbón, un artículo tutilado "Un demócrata que renovó el movimiento carlista". Hace diez años, prologaba la obra "Don Javier, una vida al servicio de la libertad". La respuesta -publicada en las páginas principales de uno de los periódicos españoles de mayor tirada- que M. Ayuso escribió en 1997 para ésta puede reproducirse también a los efectos de aquélla.


UNA BIOGRAFÍA FALSA

La experiencia del hombre muestra con usura lo que fue objeto de la enseñanza de Pablo de Tarso: que hay diversidad de carismas que se nos dan en el servicio de múltiples vocaciones para la común utilidad. Así, el secreto de la vida no es otro que el del discernimiento de cuál sea nuestro don y la perseverancia en su desenvolvimiento. La fecundidad se halla precisamente ahí, al igual que en el desprecio o el abandono de lo propio radica la inautenticidad y a la postre la esterilidad.
El carlismo tiene una larga historia. Que puede gustar o repugnar, pero que es la que es. Como su nítido signo intelectual. Y que, desde luego, excede de la coyuntura histórica de un hoy hasta pintoresco pleito dinástico, que en puridad no pasó de simple banderín de enganche, para venir a encarnar la vieja España en la continuidad —durante los dos últimos siglos— de la defensa del régimen histórico español y de la religión como fundamento de la comunidad política. Este carácter es precisamente el que ha teñido la trayectoria del carlismo, singularizándolo de otros legitimismos. Y aun así, ¡qué entrega a sus reyes la de los leales de la Causa, envidia tantas veces de la rama reinante! Porque en el primado de la que, con toda intención anticarlista, llamó el gran historiador Jesús Pabón «la otra legitimidad», se alimentaba al tiempo el fervor por la originaria legitimidad dinástica.
Como quiera que sea, en la vitalidad tanto tiempo sostenida del carlismo, así como en sus numerosas reviviscencias posteriores, late la «diferencia» de la historia contemporánea española —de la guerra de la Convención a la de 1936—, fundada en la resistencia del comunitarismo religioso y tradicional frente a la laicización y desvinculación introducidas por la revolución liberal. Al fin y al cabo, el profesor Palacio Atard pudo escribir, con referencia a la España del barroco, que «nosotros, los que no somos europeos», «tuvimos un programa político con validez para el mundo», y «no solamente lo tuvimos: lo sostuvimos». El carlismo es cabalmente la continuidad de esa vieja España.
Ahora, cierto sector de la familia de Don Javier de Borbón Parma —que, a la muerte de don Alfonso Carlos en 1936, abanderó la Comunión Tradicionalista—, a comenzar por el heredero Carlos Hugo, no contento con la acción profundamente desnaturalizadora desarrollada ya en el seno de ésta desde finales de los sesenta, pretende «recrear» la figura de Don Javier con una biografía delirante. ¿Por qué no había de llegar hasta Don Javier la piqueta que no respetó elemento alguno del entero edificio del carlismo? La desaparición durante los últimos años de sus muñidores de la escena española, la retirada —al menos— a un discreto segundo plano, permitieron concebir durante algún tiempo la esperanza de que, ya que no el arrepentimiento, el desánimo hubiera cundido entre ellos. Pero ya se sabe que en el infierno hay que dejar toda esperanza, y —así— ha terminado por resultar vana.
La figura de un gran príncipe cristiano, confidente y agente de Pío XII, que dio a la Comunión Tradicionalista la orden de sumarse «con todas sus fuerzas» al Alzamiento Nacional, que dirigió las actividades de aquélla durante tres decenios con centenares de manifestaciones de purísima doctrina tradicionalista —pueden exhumarse acudiendo a la oceánica recopilación de Manuel de Santa Cruz en 28 tomos, alguno de varios volúmenes—, se convierte en el libro que comento en «el hombre que osó enfrentarse a Franco y situó al carlismo a la izquierda». Raya lo grotesco lo primero, pues —aparte del tono— la oposición carlista al régimen fue oscilante, precisamente porque el propio Don Javier durante algún tiempo defendió la «colaboración», y siempre sui generis. Y lo segundo es una manipulación grosera, porque tal es lo que intentó hacer Carlos Hugo, sin más éxito que la «gloria» de haber contribuido a desarbolar un carlismo demasiado azotado ya por el franquismo, el cambio social y, sobre todo, el concilio Vaticano II. Pero, Don Javier... Los gestos que trabajosamente se ayuntan en tal sentido, no sólo son de un raquitismo extremo, que delata el fraude, sino que en todo caso desacreditan a quien los utiliza por la falta de piedad que implica. Francamente, son actos arrancados por su hijo don Hugo en la avanzada ancianidad de Don Javier. Silenciándose, en cambio, entre otras, la frontal oposición de su esposa, Doña Magdalena de Borbón Busset.
Sobre el resto no merece la pena volver ahora. Es el carlismo socialista de una «historia-ficción» que, a fuerza de repetirla durante veinticinco años, temo que ha comenzado, ya que no a calar, a dejar algunos tics. La impresión que deja esta sedicente biografía de Don Javier no puede ser sino de nostalgia y hasta de tristeza. Por la falsificación de la historia, por la ingratitud de unos príncipes que —tras haberse burlado de la lealtad heroica de un pueblo que lo ha dado todo por sus antepasados— no dudan ahora en hacer irrisión de su propio padre. Por la misma postración del carlismo. José María Pemán dijo de los carlistas que habían mantenido intacta, por encima de toda claudicación, «la castidad de su pensamiento y de su esperanza». Parece que algunos, por contra, han hecho su propia revolución sexual.
Entre el carlismo y la corriente histórica de la contemporaneidad media un abismo. La situación de la Iglesia católica, la presión internacional y las propias tendencias sociales más acusadas —en buena medida inducidas comunicacionalmente— marchan en dirección opuesta a la del pensamiento tradicional. Lo que no quita para que sea posible descubrir en la situación presente otra serie de rasgos que abren brechas en el sistema de la modernidad: la crisis moral profundísima que ha puesto en primer plano la necesidad de la «comunidad»; la crisis del Estado-nación, que abre vías a nuevas formas de integración territorial, que recuerdan al foralismo; la crisis del parlamentarismo y de la partitocracia, que lleva a fórmulas presidencialistas y a la quiebra de la monopolización de la representación por los partidos. He ahí un camino abierto para, auscultando los signos de los tiempos, y sin renunciar a un acervo amasado en dos siglos de heroísmo y sacrificios sin cuento, lanzar el grito de «aún vive el carlismo». El rescoldo queda en muchas viejas y nobles familias adormecidas hoy en la plácida vida de sociedad. Y el pueblo... La senda esforzada conduciría a avivarlo. Otros, a lo que se ve, se afanan en extinguirlo.

M. Ayuso