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domingo, 13 de diciembre de 2009

Basta de gobiernos marroquís en España


De entre los diversos grupos que se reparten el poder del gobierno de ocupación de España destaca notablemente el marroquí. Un absoluto desconocido, José Luis Rodríguez Zapatero, en su etapa de jefe de la pseudo-oposición al PP ya mostraba singulares desvelos por ese Estado artificial e innecesario llamado Marruecos. Por aquel entonces en plena crisis con Marruecos, no tuvo el menor empacho en hacerle una visita al sultán marroquí, haciéndose una foto con el sultancito, y un mapa de Marruecos que incluía a las Canarias, los reinos del sur de la Península, Ceuta y Melilla. Significativo fue también el apoyo del PSOE a Marruecos durante la invasión de Perejil. Se valió de su medio oficioso, El País, para publicar artículos de supuestos "expertos" apoyando la tesis de la marroquinidad del islote en cuestión. Desde la llegada al poder del PSOE, como consecuencia del pucherazo mahometano del 11-M (del cual aún es una incógnita el alcance del apoyo marroquí, que en cualquier caso existió y no es descartable que como venganza por la reconquista de Perejil) se ha pasado a una situación de total sometimiento a Marruecos de acuerdo con la máxima "se hará todo lo que Marruecos quiera".
Esta contextualiación es necesaria para abordar la crisis de incierta solución en torno a Aminatu Haidar. Recordemos los hechos que han derivado en dicha crisis:

El Sahara Occidental jamás ha sido parte de ese engendro llamado Marruecos y según la pura legalidad internacional –-a la que dice someterse tanto el Estado artificial de Marruecos como el gobierno de ocupación de España-- obliga a que se mantenga un status jurídico diferente del de la potencia que lo administre o lo ocupe.

Aminatu Haidar quiso entrar en su tierra, el Sahara Occidental, tras recibir en los Estados Unidos un premio de reconocimiento a su lucha pacífica por los derechos humanos en el Sahara Occidental ocupado.

Marruecos le impidió entrar en su tierra y le quitó el pasaporte de la potencia ocupante, Marruecos.

Fue introducida contra su voluntad en una aeronave española. Cuando el Comandante del avión constató que no tenia pasaporte no permitió su entrada en el mismo, pero una "orden superior" del gobierno de ocupación de España obligó al Comandante a embarcarla, contraviniendo la propia legilslación que ellos aprobaron, pisoteando de ese modo el Estado de Derecho.

Desde entonces Aminatu Haidar mantiene una huelga de hambre como protesta por una situación de absoluta ilegalidad, tanto desde el derecho interno como el internacional, pero en el que hay un trasfondo más problemático: la lucha por la dignidad y la libertad del pueblo saharaui, sojuzgado por Marruecos.


Las "soluciones" que el gobierno de ocupación de España ha ofrecido han sido lamentables, y seguramente diseñadas por el grupo marroquí que ostenta el poder en España. Jugando con la frágil salud de Aminatu se le ofreció un salvoconducto por el que fue embarcada de nuevo con dirección a Marruecos, pero en el último instante se le impidió volar. Una maniobra más que evidente para desmoralizarla y debilitar su frágil estado de salud. En esta maniobra una vez más una "orden superior" hizo que la Delegada del Gobierno (de ocupación) en Canarias se impusiera al cumplimiento estricto de la ley, pues el jefe del puesto fronterizo del aeropuerto de Arrecife quiso cumplir la ley solicitando un nuevo salvoconducto para permitir la entrada en el país de Aminatu Haidar. Esta había cruzado la frontera y había salido de España y, por tanto, para volver a entrar necesitaba una nueva autorización. Entonces, el director del gabinete de Moratinos le pidió al agente que estampase el sello de entrada en el salvoconducto, a lo que él se negó porque el documento sólo servía para salir. El agente argumentó que lo más lógico era que Aminatu Haidar se quedase en la zona de tránsito del aeropuerto, que es el lugar donde aguardan los extranjeros que van a ser devueltos a su país porque no tienen la documentación en regla. De esta forma, sería más fácil presionar a Marruecos, ya que la activista no se encontraría en territorio español, sino en una zona internacional. Finalmente, intervino el comisario del aeropuerto de Arrecife que le dijo al jefe del puesto fronterizo que se fuese porque estaba destituido del servicio. Aminatu Haidar volvió así a entrar, muy a su pesar, en territorio español.

Esta crisis merece varias observaciones. La primera es que no es descartable que la misma no haya sido espontánea, sino organizada, aunque seguramente no calculó Marruecos el valor y la determinación de Aminetu Haidar. El régimen de Mohamed VI se asienta en la represión de su pueblo y sobre el majzén, algo más que la corte: toda una red de intereses y corrupción en torno a la pseuomonarquía chapucera alauita. Unas bases ciertamente débiles, pese a la extrema crueldad de las mismas. Por lo que en ocasiones le viene muy bien ensañarse con los aún más débiles (el pueblo saharaui, expoliado y privado de su territorio) para fomentar un artificial nacionalismo. La doctrina oficial de la pseudomonarquía chapucera alauita es la del partido nacionalista Istiqlal, un engendro que vendría a ser algo así como un PNV marroquí, que reivindica el disparate del "Gran Marruecos". Estas concepciones cada día son más débiles y gozan de menor apoyo popular. Primero por la absoluta artificialidad del Estado marroquí. De ello deriva el giro izquierdista del nacionalismo marroquí, que ha ocasionado puntuales distanciamientos con la pseudomonarquía. Y después por el significativo crecimiento de los partidos islamistas radicales, especialmente el Partido de la Justicia y el Desarrollo, que antepondrían la sharia más radical a cualquier consideración estatal. Por más que la pseudomonarquía alauita se asiente sobre ese mismo islamismo radical y de hecho haya impulsado el crecimiento de esos partidos, el llevar hasta las últimas consecuencias esas pretensiones podría acabar imponiendo una república islámica como la de Irán, llevándose por delante a los pseudomonarcas alauitas y todo el majzén. Además el crecimiento de esos partidos irrita a Estados Unidos, que en última instancia es el culpable de la creación del artificial estado de Marruecos y su principal mantenedor. Por tanto estos episodios le vienen muy bien a Marruecos para escenificar una posición de nacionalismo que deje en un segundo plano sus tremendos problemas de estabilidad. Sin embargo si Aminetu persevera en su decisión resquebrajará la alianza de Marruecos con la infracultura progre en su ocupación de España.

Por último hay que tener cautelas en torno a las asociaciones que se dicen de apoyo al pueblo saharaui. Las mismas en su origen nacieron de peninsulares y canarios que habían realizado el servicio militar o habían servido en el ejército o en la administración civil en el Sahara Español (los saharianos). Pero después la progresía (otro de los grupos que se reparte el poder en el gobierno de ocupación de España) las copó y adoptó un nuevo discurso ideologizado "anticolonialista", cuando el Sahara Español para nada era homologable a las aventuras coloniales de las potencias europeas. Y eso a pesar de que su colonización se hizo prácticamente por gobiernos liberales e izquierdistas, muy lejos del afán misionero de la Monarquía Hispánica. Asimismo dichas organizaciones empezaron a organizarse de un modo un tanto extraño, abandonando el carácter de federación nacional con órganos de gobierno comunes y siguiendo de repente las separaciones de las "comunidades autónomas" para organizarse independientemente. Al calor de esta separación han surgido asociaciones que reproducen la organización puramente separatista, como la Koordinadora Otsailak en las Provincias Vascongadas y Navarra (no obstante hubo asociaciones tanto en Vascongadas como en Navarra que rechazaron ese engendro y siguieron trabajando independientemente). En muchas ocasiones bajo estas asociaciones lo que hay son veladas plataformas de apoyo al llamado derecho de autodeterminación de sus respectivas regiones, en lugar de un verdadero apoyo a la dignidad y libertad del pueblo saharaui.

Este gobierno de ocupación de España no puede durar más tiempo. No podemos ser por más tiempos esclavos de los intereses extranjeros. Es hora de derrocarlo.


Adenda: En medio de toda esta tormenta el gobierno de ocupación de España regala a Marruecos 14 millones de euros “dicen” que para reformar su sanidad:

http://www.canarias7.es/articulo.cfm?id=150945

viernes, 4 de diciembre de 2009

Suiza valiente. Consideraciones ante el referéndum sobre los minaretes y las formas tradicionales de gobierno.

Procesión en Ecône, Suiza, símbolo de la resistencia católica.

Cuando la oligarquía dominante recurre a instrumentos de verdadera democracia suele llevarse grandes disgustos. Suiza es una nación que mantiene muchos de estos mecanismos, no como innovación revolucionaria, sino como manifestación de sus tradiciones políticas seculares. El parlamentarismo suizo es débil y el sufragio universal no se estableció hasta 1971, de nuevo mediante grandes presiones externas.

Pese a la paulatina degradación de estos instrumentos tradicionales de verdadera democracia (en el sentido de forma de gobierno, no de ideología) en esta ocasión el pueblo suizo demostró su voluntad de no claudicar ante la imposición del dogma islamista. Los suizos han aprobado el domingo 28 de noviembre la iniciativa lanzada por el partido Union Démocratique Fédérale a fin de prohibir la construcción de minaretes en las mezquitas. El “sí” ha ganado con extraordinaria mayoría. El 57,5% de los votos, venciendo además en la mayoría de los 26 cantones de Suiza. Sólo se han manifestado en contra Ginebra, Vaud, Neuchâtel y Basilea-Ciudad. Es decir, en los territorios más calvinistas y protestantes. Es significativo que si se exceptúa el cantón montañés protestante de Glaris, sólo los cantones católicos han venido practicando con continuidad la democracia directa, la Landsgemeinde. Este resultado representa una sonora bofetada para el conjunto de la clase política suiza, la cual se había enfrentado de forma unánime al proyecto, respaldado por una iniciativa popular que había recogido 113.000 firmas.

Además hay que tener en cuenta las presiones de la casta política (tanto de derechas como de izquierdas, partido ecologista incluido), la enorme ofensiva emprendida por la práctica totalidad de los medios de comunicación, las imprecaciones lanzadas por la Conferencia Episcopal Suiza, las tergiversaciones lanzadas adrede por los institutos de sondeos, los cuales habían pronosticado una contundente derrota de una iniciativa popular, que sólo iba a obtener, según ellos un 37% de los votos. El poder ha entorpecido todo lo posible la propaganda favorable a la prohibición de los minaretes, mandando a la policía a requisar multitud de propagandas que se limitaban a reproducir textos del Corán bajo la excusa de que "resultaban discriminatorios". (Obviamente resultaban discriminatorios, pero para los no mahometanos). La actitud promahometana de la Conferencia Episcopal Suiza (¡cuanto defendió Mons. Lefebvre al Papado denunciando los males del colegialismo!) es coherente con sus múltiples heterodoxías. El futuro presidente de la misma, Norbert Brunner, ha señalado que el celibato de los curas católicos debería ser voluntario y que estaría dispuesto a ordenar a sacerdotes casados y a mujeres de presbíteros. Evidentemente los seguidores de un catolicismo consecuente, tradicional por tanto, no paran de crecer en Suiza. Que es uno de los puntales de la resistencia católica antimodernista. También los judíos apoyaron el "sí" a la construcción de minaretes a traves de un comunicado de la económicamente influyente "Federación Suiza de Comunidades Israelitas".

Pese a acoger muchas instituciones internacionales Suiza es una nación muy celosa de su independencia y soberanía. Suiza tiene uno de los sistemas de gobierno más antiguos, democráticos --no en el sentido ideológico, sino como forma de gobierno-- y equitativos del planeta. Además de una concepción confederal en las antípodas del centralismo, sin que haya habido nunca tentativas secesionistas pese a la heterogeneidad cultural de la misma. Su identidad política está muy definida y existe un enorme patriotismo, pese al carácter de confederación cantonal. Su ejército es una milicia de voluntarios, los profesionales no llegan al 7%. Han sido muchos los carlistas, los regionalistas partidarios de la reintegración foral o los simples estudiosos del derecho histórico español los que han trazado un paralelismo entre el sistema suizo y el tradicional hispánico. Las innovaciones liberal constitucionalistas siempre se han impuesto por la fuerza de las armas, primero con la invasión napoleónica y después con el desenlace de la Sonderbundskrieg. El gobierno de muchas aldeas y pueblos es lo más similar al concejo abierto hispánico (hoy día restringido y tutelado por poderes foráneos tras la constitución del 78) y el equilibrio entre los poderes cantonales y el confederal es admirable, y ello pese a la ausencia de una Monarquía que represente los principios de autoridad y totalidad, pudiendo ejercer de moderador.
Si Suiza ha votado no a los minaretes de acuerdo con su idiosincrasia lo más probable es que lo lleven adelante, dando al mundo una lección de no dejarse avasallar ni por la invasión islámica ni por las presiones mundialistas. No pesa ningún racismo ni xenofobia en esta votación. Desde siempre Suiza ha acogido a millones de inmigrantes (muchos españoles y portugueses, por cierto) desde hace cientos de años. Solo la llegada de indeseables hijos de la secta de Mahoma ha dado problemas. Los mismos ante los que el gobierno masónico de ocupación y su nefasto sistema constitucional-liberal nos pretende arrodillar.